En el siglo XII, la artesanía llegó a Mallorca, donde se encontró con la cerámica pintada europea y musulmana. En el siglo XVI, la cerámica de Talavera de la Reina experimentó un desarrollo vigoroso, convirtiéndose en uno de los mayores exportadores de cerámica a América. Con el inicio de la ruta de la Nao de China, más productos de cerámica y porcelana del país oriental llegaron a América Latina. Con el tiempo, las técnicas cerámicas de China, España e Italia se fusionaron con las artes tradicionales de los nativos de la región de Puebla, México. Como resultado, la artesanía adquirió una nueva apariencia conocida como cerámicas de Talavera de Puebla.
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