Wang Chengbang: héroe de forestación
Si mencionamos el nombre de Wang Chengbang, muchas personas de la Prefectura Autónoma Mongol de Bazhou e incluso personas de Xinjiang lo conocen muy bien. Definitivamente preguntarás, ¿qué tipo de persona es él? Vamos a conocer el héroe de la forestación: Wang Chengbang.
Debido al rico cultivo de peras, la ciudad de Kuerle de la Prefectura Autónoma Mongol de Bazhou también se conoce como la ciudad de peras. Aquí, el hermoso río Pavo Real pasa por la ciudad, y los sauces a ambos lados del río se balancean en miles de estilos y se convierten en un hermoso paisaje de la ciudad de peras. Desde el Puente del León hasta el Puente Jianshe en el río Pavo Real, estos sauces que pueden sombrear la lluvia y el sol tienen un nombre común: Chengbang. Hablando de los sauces de Chengbang, hay que mencionar este anciano amable.
En 1956, Wang Chenggang, de 20 años, ingresó en el ejército en Zhangye de la provincia de Gansu, y fue en este año él abandonó su ciudad natal por primera vez para llegar a la zona fronteriza tan lejano. Llevó 17 días en el automóvil. Cuando Wang Chengbang miró el paisaje fuera de la ventana, solo vi el desierto de Gobi muy infinito, así dejando una primera impresión de Xinjiang: sin árboles ni nadie, este es Xinjiang.
Hasta que el automóvil llegó a Hami, el paisaje fuera de la ventana ya no era monótono. Vio el verde que no existió hace mucho tiempo y también vio a la gente. Aquel entonces, Wang Chengbang tuvo un concepto en su cabeza: "En Xinjiang, el árbol es el alma de la vida de las personas. Sin árboles, la gente no sobrevivirá."
En opinión de Wang, siendo como un soldado, además de defender la zona fronteriza, es necesario construirla. En ese momento, Xinjiang era básicamente una tierra estéril. El joven Wang Chengbang no entendía el carácter de esta tierra. Sin embargo, sintió que Xinjiang necesitaba árboles, y la gente aquí también los necesitaba, así que arregló una tarea para sí mismo: plantar árboles. Desde entonces, además de dedicarse al entrenamiento militar en el campo de batalla, tuvo otro campo de arena, para luchar contra esta arena amarilla, siempre tomó tiempo para la causa de plantaciones.
Para ayudar a la gente local a producir y vivir, Wang Chengbang y sus camaradas tuvieron que cultivar la tierra, recoger la cosecha y plantar árboles al mismo tiempo. A veces, para garantizar la germinación de las semillas, incluso probó la tierra con la boca a examinar la cantidad de álcali y determinó la cantidad de agua para verter. Para resolver el problema de la fuente del retoño, utilizó el método más simple para probar continuamente las ramas del árbol y encontrar una manera adecuada de cultivar y regar.
Después de años de persistencia, Wang Chengbang vio la eficacia e hizo que la gente sintiera el cambio. Además de regular la temperatura, estos árboles juegan un papel importante en el control del viento arenoso, y este es el cambio que están más ansiosas por ver para las personas que viven en Xinjiang.
En 1988, Wang Chengbang se retiró con anticipación debido a la enfermedad y terminó su carrera militar de 33 años. "Estoy retirado, pero mi trabajo no puede ser retirado. Tengo que mantener el estilo del ejército y el partido y luchar por el partido y el pueblo hasta el final de mi vida". Con tal creencia, Wang Chengbang abandonó la cómoda vida de volver a casa para disfrutar a edad avanzada. Continúo sumergiéndote en el campo de arena de plantación de Xinjiang.
En 1993, Wang Chengbang llegó a la Base del Comando de Exploración y Desarrollo de Petróleo de Tarim, Xinjiang. Siendo como un trabajador temporal de riego que no necesitaba salarios, trabajó 9 años. Durante este período, llevó a los trabajadores a renovar 10 pozos en la base, construyó 13 embalses, ahorró más de 2 millones de yuanes para la base y plantó más de 1,5 millones de árboles.
Por razones físicas, después de finalizar el trabajo de plantación de árboles en la Base del Comando de Exploración y Desarrollo de Petróleo de Tarim, Xinjiang, Wang Chengbang regresó a la ciudad de Kuerle, donde trabajaba su esposa, y continuó trabajando obligatoriamente en la plantación en el Servicio de Bosques y Parques Municipales. En 2001, se topó con un sauce que nunca había visto antes, que el tronco permaneció verde en el frío pleno invierno. Después de preguntar a muchos expertos en plantación y jardinistas, pero aún no supo cómo se llamaba este árbol.
Trasplantó y cultivó este árbol y descubrió que tenía las características de buena forma del árbol, menos plagas y enfermedades, resistencia a la sequía, etc. Fue muy adecuado para plantar como un árbol verde en la ciudad. Por lo tanto, con el apoyo del Servicio de Bosques y Parques Municipales, Wang Chengbang comenzó el experimento de cultivo en el vivero.
La primera generación tiene 1 árbol, la segunda generación tiene 80 árboles, la tercera generación tiene 400 árboles y la cuarta generación tiene 2000 árboles. El experimento de cultivo está progresando sin problemas y la tasa de supervivencia de la plantación de sauces es cada vez mayor. Debido a que no tiene nombre, algunas personas proponen llamarlo "Sauce Chengbang". Cuantos más árboles se plantan, sauce Chengbang se vuelven más famoso, y esta es la única especie de árbol que lleva el nombre de la gente de la Prefectura Autónoma Mongol de Bazhou.
Hoy en día, incluso en invierno, debido a estos sauces Chengbang, la frío ciudad de Kuerle todavía tiene vegetación, que se ha convertido en el símbolo de la ciudad de peras.
Ya sea la carrera militar en los primeros años o la causa de plantación por más de 60 años, Wang Cheng ya había caído en la raíz de la enfermedad. A pesar de la tos, fiebre y otras enfermedades, no le importó e insistó en plantar árboles todos los días. En 2005, debido a que no podía respirar cuando tosió, fue enviado por la fuerza al hospital para su examen. Aquel entonces, sabía que ya tenía cáncer de pulmón de la fase terminal. El diagnóstico del médico fue que solo podía vivir hasta seis meses.
Zhang Aiying, esposa de Zhang Chengbang, no pudo aceptar esta noticia fúnebre y se apresuró a ir a varios hospitales. En secreto abrazó la expectativa de diagnósticos erróneos, y el resultado fue la misma respuesta.
El médico local sugirió que iría a los hospitales de Beijing. Cuando pensó en el costo del tratamiento y el procedimiento para trasladarlo, Wang Chengbang consideraría que era mejor pasar el resto del tiempo con el árbol en el vivero. Wang escribió en su diario: "Mi salud no es tan buena como antes, mi enfermedad empeora cada día. Solo puedo tener una preparación: seguir trayendo a camaradas para hacer la plantación. Han sufrido mucho conmigo. No puedo dejarlos. Prefiero morir en el sitio de plantación de árboles que en el lecho de enfermo. Me quedaré hasta el final de mi vida y lucharé por esta tierra verde hasta el final de mi vida.”
"Todos los días llaman por teléfono a hacer arreglos para que planten árboles. Creo que él ya está enfermo, y ¿para qué sirve plantar árboles?". El comportamiento y la actitud del esposo hicieron que Zhang Chunying se pusiera ansiosa y enojada.
Debido a la falta de conocimiento sobre el cáncer de pulmón, Zhang Chunying no sabía lo que significaba la enfermedad de Wang Chengbang. Solo sabía que el cáncer era particularmente grave. Además, durante el período de hospitalización, dos pacientes cuyas enfermedades eran menos graves que la de Wang Chengbang murieron uno tras otro, por eso Zhang Chunying comenzó a entrar en pánico.
Después de permanecer en el cuarto del enfermo durante más de 40 días, Wang Chengbang pidió a Zhang Chunying a volver a casa. Al ver que Wang Cheng prometió quedar bien en el hospital, se tranquilizó y se fue a casa.
"Menos de una semana después que regresé a casa, él también regresó con la maleta. Al día siguiente, fue a plantar árboles por la mañana, y no le importaba nada su enfermedad."
Ante la posible muerte, Wang Chengbang parecía muy tranquilo. Su última voluntad es: "Las cenizas no deben empacarse en urnas, y deben colocarse debajo de un árbol con una bolsa. Estoy vivo para nutrirlas. Las veré crecer después de la muerte".
"Siendo como su esposa, lloré, grité y nos reñimos, pero no pude cambiar su opinión. De ninguna manera, tuve que rendirme y dejarlo". Zhang Chunying, que no tiene nada que hacer, ya no menciona la cura. Todos los días, Zhang ayudaba a su esposo a preparar la ropa y la comida, para poder plantar árboles con tranquilidad. Wang Chengbang sigue igual como antes, tomado en el mismo autobús, con las mismas herramientas, yendo al vivero todos los días aunque caigan chuzos de punta.
Los días son tan simples y repetidos, Wang Chenbang siempre recordó los retoños, y el sufrimiento de la enfermedad también se quedó atrás. La condición no parecía continuar deteriorándose. Después de un año, fue a la revisión, la condición física era mejor que antes.
Desde el primer día de entrada a Xinjiang, Wang Chengbang ha estado plantando árboles en esta tierra durante más de 60 años, y no busca ningún retorno, sino solo el corazón inicial. Algunas personas lo elogiaron como un héroe de forestación, ¿por qué no? ¡Wang Chengbang, un soldado veterano modelo, practica la misión de los miembros del Partido Comunista de China a la acción! Usa la vida para ecologizar la ciudad de peras, escribe la vida con su propio juramento.