¿Quién Está al Borde del Colapso?

CGTN Español 2024-07-26 15:09:01
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Autor: Xi Pu

Durante cierto tiempo, EE. UU. viene pregonando que la economía china está “al borde del colapso”. Esta conclusión, lejos de reflejar la realidad, es una muestra más de su ansiedad por el declive de su hegemonía económica, porque es la propia economía estadounidense la que está al borde del colapso.

EE. UU. no se atreve a tener una competencia leal.

Kay Bailey Hutchison, ex Embajadora estadounidense ante la OTAN, afirmó públicamente que la mejor manera de contener a China es provocar una crisis económica dentro del gigante asiático. Estas palabras reflejan el miedo cerval de EE. UU. a una competencia leal.

Jeffrey D. Sachs, catedrático de la Universidad de Columbia aseveró que las políticas económicas estadounidenses contra China provienen de un viejo guion elaborado para prevenir que su principal rival gane la competencia económica y tecnológica.

En el pasado, EE. UU. asestó fuertes golpes contra empresas japonesas, impuso aranceles contra la Unión Europea y destruyó el gigante industrial francés Alstom. En los últimos años, EE. UU., violando una y otra vez las reglas económicas y comerciales internacionales y el orden de mercado, ha puesto numerosos obstáculos a China y ha coaccionado a otros países para que se desvinculen de China en las cadenas de suministro. El último ejemplo es la imposición de elevados aranceles a los vehículos eléctricos chinos.

EE. UU. exporta crisis financiera.

Durante mucho tiempo, Washington ha abusado de la posición dominante del dólar estadounidense para convertirse en “el mayor depredador financiero del mundo”.

Desde marzo de 2022, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) subió 11 veces consecutivas los tipos de interés, lo que acarreó una fuerte depreciación de diferentes monedas del mundo y disparadas presiones de solvencia para los países con préstamos denominados en dólar.

En lo que va del año 2024, afectados por el aumento de las tasas de interés de la Fed, muchos países se han hundido en turbulencias financieras, y el valor de dos tercios de las monedas mundiales ha bajado drásticamente.

La cambiante e imprevisible política monetaria del EE. UU. también ha elevado su propio riesgo de endeudamiento. La total deuda nacional de EE. UU. ha alcanzado 34,7 billones de dólares.

Según Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable de EE. UU., el abuso del estatus del dólar a costa de su credibilidad por parte del gobierno estadounidense ha hecho la “desdolarización” una creciente tendencia internacional.

EE. UU. fragmenta la economía global.

Hoy en día, EE. UU. es el mayor saboteador del sistema comercial multilateral. De acuerdo con un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), EE. UU. es el responsable de dos tercios de las violaciones de normas de la OMC por parte de sus miembros, y ha renunciado reiteradamente a acatar los veredictos de la OMC.

El “multilateralismo” declarado por Washington es, de hecho, otra versión de “Estados Unidos primero” y un “pseudo-multilateralismo” que ha fragmentado el mundo. Lo que ha hecho EE. UU. de formar distintos grupos y círculos ha hundido la globalización económica en un severo retroceso.

Según el libro “US Hegemony and International Organizations” publicado por la Prensa de la Universidad de Oxford, la voluntad de EE. UU. de desplegar cooperaciones multilaterales depende de si estas organizaciones multilaterales son o no instrumentos adecuados para satisfacer sus propios objetivos.

Basándose en esta mentalidad, ningún “marco” o “alianza” fraguado por EE. UU. puede conducir a la prosperidad verdadera.

EE. UU. mantiene a duras penas su hegemonía. 

Desde 2023, no pocos expertos y medios de comunicación han pronosticado que un posible desplome económico estadounidense está por venir, que causará graves impactos en la economía global.

A nivel internacional, EE. UU. está saqueando la riqueza mundial valiéndose de su hegemonía financiera. Al politizar las cuestiones económico-comerciales, hasta la fecha EE. UU. ha impuesto sanciones económicas a unos 40 países, afectando así a casi la mitad de la población mundial.

A nivel doméstico, Washington hace caso omiso a lo que gana su pueblo. El ritmo de crecimiento de los salarios está muy por debajo del de la productividad, y los problemas como la inflación, el endeudamiento y la polarización entre ricos y pobres están lejos de solucionarse.

La decadencia de la hegemonía económica de EE. UU. es algo palpable, porque se nota una considerable caída en su participación en el PIB global, su contribución al crecimiento económico mundial y la proporción del dólar en las reservas mundiales de divisas.

En contraste, China siempre ha sido el estabilizador de la economía mundial y el motor más importante del crecimiento global. Recientemente, China ha presentado más de 300 medidas de reforma. El colapso de la economía estadounidense no será una buena noticia para China. Pero si esto es inevitable, la comunidad internacional no tiene otra alternativa que construir un nuevo orden internacional.

(El autor es observador de asuntos internacionales en Beijing)

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