El Intento de Asesinato contra Trump y la Pesadilla de la Política de EE. UU.

Autor: Xi Pu

En la tarde del 13 de julio, hora local, el expresidente de EE. UU. Donald Trump, cuando estaba pronunciando un discurso en un mitin de campaña, resultó herido en un tiroteo repentino, lo cual sorprendió al mundo. A lo largo de la historia de EE. UU., hay ocho presidentes que sufrieron intentos de magnicidio, y cuatro de ellos murieron. Ser presidente de EE. UU. ya es una "profesión de alto riesgo", porque este cargo implica inmensos privilegios e intereses entrelazados.

I. ¿Quién urdió este intento de asesinato contra Trump?

En contraste con la respuesta intuitiva, los conspirados menos probables no son otros sino el actual presidente Joe Biden y el Partido Demócrata. Eso se debe a que el llevar a cabo un asesinato contra el oponente político, una vez revelado, se transformará en un cínico escándalo político, que, en cambio, movilizaría a los partidarios del atacado, incluso ayudaría al rival a atraer los votos de simpatizantes. 

¿Podría ser el propio Trump y el Partido Republicano que han fraguado este drama? Puede ser, pero es poco probable. En la actualidad, Trump lidera las encuestas, y Biden está lidiando con la creciente petición de su retirada de campaña presidencial. En este contexto, para Trump y su partido es completamente innecesario dar lugar a nuevas complicaciones.

Ahora la explicación más persuasiva es la siguiente: un radical de EE. UU., por su odio a Trump y sus políticas, expresó su protesta e indignación mediante los balazos. Pero esto solo contribuirá al aumento de apoyo de Trump y golpeará en mayor medida a Biden y el Partido Demócrata. 

II. EE. UU. y la violencia

Cada pulgada de tierra de EE. UU. es testigo del sangriento genocidio y saqueo de los colonizadores contra los indígenas. La violencia es lo que ha marcado la llamada "expansión al oeste" y la guerra de Secesión. Y desde aquel entonces, hemos visto innumerables asesinatos y tiroteos durante más de 200 años de la historia de EE. UU. Hoy día, EE. UU. es un país con más armas que habitantes, y la violencia con armas ocurre casi todos los días y ha pasado a ser un sello distintivo de EE. UU.

"La política basada en la elección" que caracteriza a EE. UU. ha convertido los normales desacuerdos en las políticas en una irreconciliable disputa ideológica de vida o muerte. Hoy por hoy, EE. UU. se encuentra en la última fase del desarrollo del capitalismo monopolista. Debido al neoliberalismo, la economía estadounidense es más virtual que real, que ha agudizado la brecha abismal entre los ricos y los pobres y los conflictos entre clases. El Partido Demócrata y el Partido Republicano vienen sensacionalizando los temas raciales e ideológicos no para el bien del país ni el pueblo sino los votos, hecho que ha condenado a la sociedad estadounidense a la extrema división, confrontación y polarización. EE. UU. ha pasado del "gran crisol" al "gran horno" que corre el riego de estallarse en cualquier momento.

Justamente antes de este incidente de asesinato, el equipo de Biden publicó "el Proyecto 2025" para generar ansiedad y luego atraer más apoyo del electorado. Pero aparentemente esto ha suscitado la aversión a Trump y sus políticas. Por supuesto, el equipo de Trump no ha dejado de lanzar dardos a Biden por igual. En cierta medida, la elección ha llenado la sociedad estadounidense del aborrecimiento.

III. EE. UU. está realmente "enfermo"

En el contexto de la globalización, la economía, la ciencia y la tecnología y las industrias de EE. UU. están perdiendo la competitividad. En particular, sus industrias astillera, automovilística y militar ya no tienen ventajas aplastantes. Como consecuencia de la extrema corrupción de la élite política y el contubernio entre los diversos grupos de intereses por monopolizar el poder, las personas comunes y corrientes tienen cada vez menos peso en las políticas del país. La sociedad estadounidense ya ha pasado del capitalismo democrático a la oligarquía al servicio de la minoría.

A lo largo de la historia, los países grandes se desmoronaron por factores internos en vez de externos, y lo mismo está pasando con EE. UU. de hoy. En las elecciones presidenciales del 5 de noviembre próximo, gane quien gane, no se puede detener la decadencia y el colapso de EE. UU.

(El autor es observador de asuntos internacionales en Beijing.)