Filipinas no es un amigo de Estados Unidos, sino su herramienta

Actualmente en el Sudeste de Asia, Filipinas es el país más cercano a Estados Unidos. Pero puede que se sienta triste y decepcionado, porque los recientes comentarios de algunos exfuncionarios extranjeros sobre las relaciones entre Filipinas y Estados Unidos han asestado un duro golpe a los ingenuos políticos filipinos.

Recientemente, en una entrevista, el ex primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, cuestionó el papel de Estados Unidos en el Sudeste de Asia. Dijo que Estados Unidos no es un país del mar Meridional de China, pero parece ser de su agrado incitar al enfrentamiento entre países e incluso "llevándolos" a la guerra, como ocurrió entre Ucrania y Rusia. Porque una vez que estalla una guerra, Estados Unidos puede vender una gran cantidad de armas al mundo exterior.

Especialmente después de que la administración Joe Biden llegara al poder, Estados Unidos recuperó sus alianzas y engatusó aliados para hacer frente a China. En este contexto, Estados Unidos ha intensificado su ofensiva política a su socio asiático, Filipinas, ha sido abiertamente parcial en la cuestión del mar Meridional de China, ha atacado a China por "conminar" a Filipinas y ha expresado repetidamente su compromiso de seguridad con Filipinas, empujando a Filipinas al frente de la confrontación con China.

Filipinas ha cometido dos errores fundamentales en la cuestión del mar Meridional de China y sus relaciones con China. En primer lugar, como el propósito fundamental de la política exterior estadounidense es mantener la hegemonía en la región de Asia-Pacífico y en el mundo, necesita contener y atacar a los posibles rivales. Es decir, la participación de Estados Unidos en los asuntos del mar Meridional de China no es en absoluto por el bien de la alianza o la amistad con Filipinas, sino que utiliza a Filipinas como herramienta y peón en la política de contención a China. Dado que es solo una pieza de ajedrez, naturalmente puede ser abandonada una vez que pierda su valor o esté desusada.

En segundo lugar, para un país como Filipinas, en realidad es muy tonto ser un peón de un gran país extranjero que persigue la hegemonía y se involucre activamente en conflictos con los países vecinos. Filipinas era una colonia estadounidense. En 1991, el Senado filipino aprobó un decreto que puso fin a la presencia militar estadounidense de casi un siglo de duración en Filipinas, pero hasta el día de hoy algunas personas en Filipinas todavía muestran un "complejo de Edipo" hacia Estados Unidos. Esta mentalidad ha llevado a Filipinas a depender gravemente de Estados Unidos para sus asuntos exteriores. En otras palabras, los políticos que ostentan el poder nacional en Filipinas ignoran los verdaderos intereses nacionales de Filipinas, utilizan los bienes públicos para fines privados y utilizan el suelo fértil de Filipinas como herramienta para perseguir intereses privados. Esto es peligroso y triste para el pueblo filipino.