Los aranceles indiscriminados solo perjudicarán a Estados Unidos cada vez más

El día 14 de mayo, Estados Unidos anunció nuevos aranceles a las importaciones de productos chinos, de los cuales, los más castigados son los vehículos eléctricos, las baterías de litio y los paneles solares, además de los minerales clave, semiconductores, acero, aluminio, grúas portuarias, y equipos de protección personal, etc. Lo más sorprendente es que los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos pasan del 27,5 % al 102,5 %; los gravámenes a las células solares, del 25 % al 50 %; y en elcaso de las baterías de litio, del 7,5 % al 25 %. Obviamente, la medida estadounidense apunta principalmente a la industria china de nuevas energías. No es de extrañar que recientemente, varios funcionarios estadounidenses de alto rango hayan promocionado con bombos y platillos en repetidas ocasiones la supuesta "sobrecapacidad" de la industria de nuevas energías de China, porque esas declaraciones exageradas no son más que una excusa para imponer aranceles adicionales. Muchos medios de comunicación creen que Estados Unidos sigue politizando las cuestiones económicas y comerciales, socavando sus intercambios económicos y comerciales normales con China en detrimento del desarrollo de las industrias relacionadas, de lo cual, EE. UU. sentirrá un dolor una vez más fuerte.

Los analistas señalaron que la razón por la que el gobierno estadounidense ha actuado de esta forma es que, por un lado, EE. UU. no es capaz de competir con China en campos como las nuevas energías, por lo tanto, los políticos estadounidenses no tienen más remedios que recurrir al proteccionismo para reprimir el desarrollo de las industrias ventajosas de China, con la finalidad de buscar un entorno competitivo más favorable para las empresas norteamericanas y mantener su posición privilegiada en la cadena industrial global. 

Por otro lado, el accionar de EE. UU. se parece más a un "espectáculo político". 2024 es año electoral en Estados Unidos, pero la economía estadounidense está atrapada en múltiples dificultades, como una alta inflación y un déficit fiscal elevado. "Culpar a otros países por sus propios errores" se ha convertido en la opción habitual del gobierno actual estadounidense. Como han señalado muchos analistas, el lanzamiento de una "guerra arancelaria" por parte de la administración Biden contra China en este momento se debe principalmente a necesidades políticas internas. El propósito es mostrar dureza contra China en cuestiones económicas que preocupan a los votantes de los estados indecisos, para ganar más votos.

Los hechos han demostrado que la competencia abierta le ha dotado a la industria de nuevas energías de China de una fuerte cpmpetitividad. No solo ha enriquecido la oferta global y ha aliviado la presión inflacionaria global, sino que también ha hecho grandes contribuciones a la respuesta global al cambio climático y a la transformación verde. Estados Unidos ha recurrido a todos los medios para reprimir a China, pero no ha logrado detener su desarrollo y revitalización. En cambio, el accionar de EE. UU. ha puesto al descubierto su desconcierto y su pérdida de la razóny ha confirmado su condición de ser "infractor de las reglas internacionales". En fin, el garrote arancelario solo acabará haciendo sufrir a Estados Unidos cada vez más.