En los dos últimos días se han multiplicado las críticas en las redes sociales extranjeras por el rechazo de Estados Unidos, con un solo voto, a la solicitud de Palestina de convertirse en miembro de pleno derecho de la ONU.
China, Egipto, Irlanda y muchos otros países han expresado su decepción. El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo emitió una declaración criticando a Estados Unidos por hacer retroceder los esfuerzos para lograr una paz justa y global en Medio Oriente.
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, el voto negativo emitido por Estados Unidos el 18 de abril destrozó sin piedad el sueño que el pueblo palestino ha tenido por décadas, exponiendo una vez más su hipocresía y su "doble moral" en la cuestión palestino-israelí. Mientras continua la guerra en Gaza, Estados Unidos sigue sin desempeñar su papel como es debido, y cuando el pueblo palestino planteó sus demandas de justicia, Estados Unidos las bloqueó sin razón alguna. Esto ha dejado claro que la política "inclinativa a un lado" de Estados Unidos ha sido el mayor obstáculo para el proceso de paz palestino-israelí.
La admisión de Palestina en las Naciones Unidas como Estado miembro de pleno derecho le permitiría gozar de un estatuto igual al de Israel y contribuiría a crear las condiciones necesarias para las negociaciones palestino-israelíes. Sin embargo, el veto único de Estados Unidos ha sofocado una vez más las aspiraciones del pueblo palestino y los esfuerzos de la comunidad internacional.
Los analistas señalan que, por un lado, en aras de consolidar la hegemonía en Medio Oriente y las necesidades políticas internas, las sucesivas administraciones estadounidenses han considerado a Israel como su aliado más importante, y su favoritismo e indulgencia hacia él pueden calificarse como "sin línea básica". Cuando Israel se opone a la adhesión formal de Palestina a las Naciones Unidas, Estados Unidos siempre actúa de cooperación. Por otra parte, Estados Unidos siempre ha creído que cualquier avance en la cuestión palestino-israelí debe hacerse bajo su propio liderazgo, por lo que, si Palestina solicita unilateralmente el ingreso, debilitará el papel de líder de Estados Unidos en el proceso de paz palestino-israelí. Se puede ver que, Estados Unidos no puede ser imparcial de ninguna manera en este conflicto. A sus ojos, no es importante si Palestina e Israel pueden lograr la paz, sino más bien si se pueden salvaguardar sus propios intereses.
En la actualidad, el conflicto palestino-israelí continúa y la crisis humanitaria se agrava. De acuerdo a una declaración emitida por el departamento de salud de la Franja de Gaza el día 19, las operaciones militares israelíes han causado la muerte de más de 34.000 palestinos y han dejado heridas a casi 77.000 personas. Como tercera parte más importante en la cuestión palestino-israelí, Estados Unidos no ha brindado suficiente ayuda a la Franja de Gaza, no obstante, ha proporcionado a Israel un flujo constante de armas y equipos, y ha vetado repetidamente las propuestas en pro de un alto el fuego en Gaza en las Naciones Unidas.
Lo más preocupante es que siguen surgiendo los efectos indirectos del conflicto palestino-israelí, y la región de Oriente Medio parece sumida en una nueva ronda de represalias y contrarrepresalias. La cuestión de Palestina está en el centro de la cuestión de Medio Oriente. Por lo tanto, la admisión de Palestina como Miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas es más urgente que nunca.
Irónicamente, la representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, ha afirmado que la plena adhesión de Palestina a las Naciones Unidas no ayudará a lograr una solución de dos Estados al conflicto palestino-israelí.
Habría que preguntar a la representante de Estados Unidos ¿qué ayudará a alcanzar la resolución de dos Estados? ¿Serán las armas que Estados Unidos envía a Israel una y otra vez? ¿O es el veto tras veto emitido en la ONU?
Estas acciones, que van en contra de la paz, confirman aún más que Estados Unidos es un "destructor" y un "saboteador" en los asuntos internacionales y regionales. Nadie tiene derecho de veto sobre cuestiones que afectan al futuro y al destino del pueblo palestino.