El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó el 19 de abril un estado de excepción por 60 días en el país debido a la "grave conmoción interna y calamidad pública" causada por la crisis energética, lo que llevó a aplicar prolongados racionamientos de electricidad.
El estado de excepción tiene objetivo de contar con el flujo suficiente de recursos económicos para hacer frente al déficit de energía eléctrica y garantizar la prestación del servicio. Con la declaratoria de emergencia, se priorizará la adquisición y generación adicional de energía eléctrica para superar la crisis provocada por un déficit histórico en los embalses que abastecen a las centrales hidroeléctricas.