La historia de la isla china de Huangyan a través de mapas

A lo largo de la historia, mapas certificados por organismos estatales y documentos internacionales han puesto en evidencia que la isla Huangyan, en el mar Meridional de China, son territorio chino. A pesar de todo, Filipinas insiste en infringir la soberanía territorial china, tal y como han denunciado en múltiples ocasiones las autoridades chinas. 

A raíz de una serie de incidentes recientes entre la Guardia Costera de China y barcos filipinos, la isla Huangyan, en el mar Meridional de China, han copado multitud de titulares. Dado que países como Estados Unidos o India no han contribuido a desescalar la situación, es importante examinar la historia de estas aguas.

Esto es una copia de un mapa nacional publicado por la Autoridad Nacional de Cartografía y Recursos Informativos de Filipinas. En él, la isla Huangyan está situada fuera de su territorio nacional. Y lo mismo sucede en el Mapa de Filipinas, publicado en 2010. El Mapa político de Filipinas, publicado y revisado entre 2008 y 2010, sigue excluyendo la isla Huangyan de su territorio. Todos estos mapas recibieron el certificado de la Autoridad Nacional de Cartografía y Recursos Informativos de Filipinas. Sin embargo, esta narrativa dio un giro cuando Filipinas modificó la Ley de Líneas de Base del Mar Territorial en 2009 con el fin de incorporar la isla Huangyan a su territorio. Aún así, la isla permaneció al margen de sus fronteras en el mapa ratificado por el Gobierno filipino en 2011.

China posee una rica y bien documentada historia de descubrimientos, reflejada en los múltiples nombres dados a la isla Huangyan a lo largo del tiempo. Esto se remonta a fechas tan lejanas como 1279, durante la dinastía Yuan. En 1935, documentos reconocidos internacionalmente se referían a la isla como Huangyan Dao, mientras que textos oficiales de 1947 la nombraban Minzhu Jiao. En 1983, el Comité de Nombres Geográficos de China estandarizó su nombre a isla Huangyan. Desde 1997, Filipinas ha maniobrado para ocupar la isla, mediante el envío repetido de buques de guerra, buscando, incluso, la colaboración de Estados Unidos. China ha gestionado la situación con moderación, adhiriendo en todo momento a la ley. Pero los intentos por reescribir la historia prosiguen.