Desarrollan humedales en suelos de conservación para reducir los efectos del cambio climático sobre la Ciudad de México

El calentamiento global sigue golpeando al planeta y una de las urbes capitalinas más pobladas del mundo no podía escapar a sus efectos. La Ciudad de México pasa por una escasez de agua y elevadas temperaturas que han traído fuertes sequías en diferentes zonas de la capital mexicana, pero hoy, más allá de hablar del problema, nuestro corresponsal, Juan Carlos Aguirre nos presenta algunas soluciones que expertos vienen trabajando para evitar que la Ciudad de México llegue al denominado "día cero", día en el que la ciudad se quedaría sin suministro de agua.

Esta es la Ciudad de México. Convulsa, robusta. Una mezcla de ecosistemas y culturas donde unos cuantos millones de personas se encargan de darle vida o tal vez, inconscientemente, muerte a su hogar. La contaminación impone días de contingencia ambiental donde no todos pueden circular en sus vehículos. Otras zonas padecen por falta de agua y es que la capital mexicana viene aumentado el consumo diario del vital líquido. Saque usted la cuenta: según ONU Habitat, esta urbe consume 366 litros por persona al día, ahora multiplique esos litros por 20 millones de habitantes.

"Mi nombre es Miguel Ángel Delgado Reyes y soy el responsable del Vivero San Luis. Aquí, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural ha implementado acciones para la restauración de las zonas lacustres de la Ciudad de México. Dentro de esas zonas lacustres se encuentran los humedales", dijo Miguel Ángel Delgado Reyes, responsable del Vivero San Luis.

Sobre estas cinco hectáreas de terreno, años atrás solo había escombros, cascajo y grietas que marcan el fondo de lo que antes fueron lagos y humedales.

"Se hizo todo el proceso para la recuperación y se inició un proceso de restauración. La idea de poner un humedal es porque estamos en suelo de conservación para empezar dentro de la Ciudad de México, pero además en una zona muy particular que es la zona lacustre. La zona lacustre está compuesta por todo un sistema, anteriormente, lagos y ahora ya solo quedan los remanentes de esos lagos que existían desde la época prehispánica, pero se intentó recuperar, justo para mantener, no solo la parte cultural asociada a estos lagos que fueron muy importantes porque permitieron el desarrollo de la población en el México prehispánico, sino porque nos brindan muchísimos beneficios ambientales no solo a la ciudad sino al planeta", afirmó Mariana Rodríguez Sánchez, técnica de la Subdirección de Conservación y Beneficios Ambientales de la CORENADR.

Actualmente se calculan 13 tipos de plantas acuáticas y más de siete mil listas para ser distribuidas en los humedales. 38 especies de aves, aprovechan el ecosistema.

"Entonces lo que nosotros tenemos que hacer, cuando estamos propagando, dividimos las plantas. Esta tiene la capacidad de generar una nueva planta, al igual que ésta. Entonces nosotros nos damos a la tarea de propagar a través de la división de las plantas. Esta tiene una mezcla de suelo de la zona, un suelo lacustre con posta, arena y en la parte superior le ponemos una capa de tezontle para evitar que se nos mezcle con la tierra", expresó Miguel Ángel Delgado Reyes.

"Pues en general todos los humedales en el mundo captan una gran cantidad de gases de efecto invernadero. ¿Y eso qué significa? Pues que ayudan a controlar, por ejemplo, la temperatura y ayudan también a controlar los contaminantes porque son un centro, son un sumidero que permiten la filtración de esos contaminantes, pero también de la purificación del agua que se filtra al manto acuífero, que es de donde tomamos el agua todos los habitantes de la ciudad", indicó Mariana Rodríguez Sánchez.

En el año 2000, al menos unas 50 colonias de la Ciudad de México tenían cortes del suministro de agua o debían recibirla en camiones cisterna. En 2024 esta cifra supera las 300.

"Para que la ciudad como tal siga existiendo, tiene que haber suelo de conservación. Si nosotros descuidamos esa parte, nos vamos a tener que ir, ya sea por falta de agua o por falta de un aire limpio. Entonces, sí tenemos que estar integrados y sí puede haber un desarrollo sustentable, sostenible", afirmó el responsable del Vivero San Luis de Xochimilco.

La diferencia de estos humedales con respecto a otros hechos por el hombre, es que aquí los consideran naturales y no artificiales lo que les puede dar más vida en el tiempo y mejor aprovechamiento.

"Todo es un proceso ecológico y todos esos procesos son la base de la vida en el planeta. Entonces, hacer todas estas políticas públicas y todos estos proyectos que buscan la recuperación y la restauración o la conservación de los ecosistemas que ya tenemos, pues buscan eso. No viéndolo desde un lado antropogénico para tener una mejor vida, sino para sostener la vida en general del planeta", dijo Mariana Rodríguez Sánchez.

"Lo que llueve en el valle de México es suficiente como para reabastecer la cuenca. Sin embargo, con las obras de alcantarillado y de drenaje que le han hecho a la ciudad, no permitimos que esta agua de lluvia se quede y se infiltre. Entonces hay como un déficit cada año. Cada año, aprovechamos, sacamos del manto acuífero del sistema Cutzamala para abastecer nuestras necesidades de agua potable, pero no permitimos que toda el agua de lluvia se infiltre", afirmó Miguel Ángel Delgado Reyes, responsable del Vivero San Luis de Xochimilco.

Saben que este proyecto de humedales no solucionará por completo el problema del agua si no es replicado en otras partes de la ciudad. Reiteran que es un trabajo con resultados a mediano y largo plazo donde la naturaleza no debe adaptarse a los humanos, sino los humanos a la naturaleza. Estos ecosistemas pueden bajar hasta en dos grados Celsius la temperatura de la zona donde se ubiquen.