La parte estadounidense debería dar al mundo una explicación sobre las "sospechas a Boeing"

"Si me pasa algo, no se refiere nada a mi suicidio”. Hace unos días, la conversación entre John Barnett, un empleado jubilado de Boeing, y sus amigos, expuesta por los medios estadounidenses, hizo que el misterio en torno a Boeing fuera cada vez más grande.

Barnett, de 62 años, trabajó para Boeing durante más de 30 años, donde fue gerente de control de calidad. En repetidas ocasiones dio la noticia sobre los problemas de fabricación de los aviones de pasajeros y el caos dentro de la empresa. El 9 de marzo, fue encontrado muerto en un camión, y la policía estadounidense juzgó que se había "disparado a sí mismo".

La muerte de Barnett es solo una mínima parte de la reciente "crisis de confianza" de Boeing. Desde principios de este año, Boeing ha tenido una serie de problemas de seguridad. Según estadísticas de Fox News, solo en enero y febrero hubo seis accidentes con aviones Boeing, e incluso el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, se vio obligado a cambiar de avión para regresar a Washington desde Davos después de que su avión sufriera una falla crítica.

Los tiempos cambian con cada día que pasa. Mientras que otros países están aprendiendo de la experiencia de Boeing para mejorar continuamente el nivel de fabricación, la economía estadounidense ha "pasado de lo real a lo virtual", dejando atrás la cultura de los ingenieros que se esfuerzan por alcanzar la excelencia. Los analistas creen que el caos de producción y fabricación de Boeing ha sido un problema durante mucho tiempo, principalmente debido al énfasis en las acciones sobre la calidad, los frecuentes cambios de liderazgo y la falta de mecanismos de rendición de cuentas.

La falta de supervisión por parte de los departamentos pertinentes del Gobierno de Estados Unidos es un factor profundamente arraigado en los problemas de vuelo de Boeing. Para Boeing, es la propia empresa la que ha perdido en esta "crisis de confianza". Frente a las "sospechas a Boeing", las partes relevantes en Estados Unidos no deben evadir el problema y eludir sus responsabilidades, sino que deben responder con seriedad a las preocupaciones de todas las partes y dar una explicación razonable al mundo.