"Los vehículos eléctricos son ahora como 'iPhones sobre ruedas'. ¡Imagínese que millones de vehículos eléctricos chinos circularan por las carreteras estadounidenses, 'recogiendo' datos de millones de estadounidenses cada minuto de cada día y 'transmitiéndolos' de vuelta a Beijing! ...... " Es difícil imaginar que estas palabras absurdas hayan salido de la boca de Gina Raimondo, secretaria de Comercio de EE. UU.. ¿Ignora cómo funciona el comercio internacional o simplemente se hace la tonta al realizar estas declaraciones sensacionalistas utilizando la ficción?
Lo que es aún más irónico es que este comentario antiintelectual saca a la luz su estupidez. Como señaló una portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores en las redes sociales extranjeras: "¿Insinúan [las palabras de Raimondo] que los iPhones, los vehículos Tesla e incluso los aviones Boeing han estado transmitiendo datos clasificados de vuelta a EE. UU., que podrían ser bloqueados por Washington en cualquier momento?".
Detrás de la incitación de Raimondo a que la sociedad estadounidense se vuelva hostil a los vehículos eléctricos chinos, hay tanto factores económicos como intenciones políticas.
En 2023, las exportaciones chinas de vehículos de nueva energía alcanzaron los 1,203 millones de unidades, lo que supone un aumento interanual de casi el 80 %. Como "hito" del sector, la firma china BYD superó a la estadounidense Tesla en el cuarto trimestre del año pasado y se situó por primera vez a la cabeza de las ventas mundiales de vehículos eléctricos. Esto tiene a algunos estadounidenses en ascuas. Uno de los principales objetivos de la difusión de la información falsa por parte de Raimondo es crear opinión pública y manipularla para que Estados Unidos adopte las políticas proteccionistas pertinentes.
Además, algunos análisis señalaron que el 2024 será el año electoral en EE. UU., y estados como Michigan y Ohio, donde se concentran más los obreros, son el blanco de la contienda entre los demócratas y los republicanos. En ese momento, las medidas políticas implementadas por la Casa Blanca para desalentar la industria china del automóvil eléctrico, y la exageración de los automóviles chinos como “amenaza” de Raimondo también son un instrumento político para complacer a la industria automovilística estadounidense y a los grupos de trabajadores del automóvil, con el fin de ganar más votos.
En la globalización económica actual, la libre competencia es la regla básica, y las economías están estrechamente interrelacionadas entre todos los países. La "desvinculación" forzada no sólo encarecerá los productos automovilísticos en el mercado estadounidense, sino que también ralentizará la transición de los coches a gasolina a los eléctricos en Estados Unidos. Al final, los perjudicados son los intereses de los consumidores estadounidenses y la competitividad de su sector automovilístico.
Cuando los políticos estadounidenses mencionan a China, siempre hacen referencia a la "competencia", pero la competencia de la que hablan no es una competencia leal en el mercado bajo reglas justas, sino zancadillas y tácticas solapadas.
Reprimir a otros no le hará a uno más fuerte. Aconsejamos a la señora Raimondo que, en lugar de decir palabras absurdas, haga algo serio para que Estados Unidos mejore la competitividad.
Nota: Este artículo refleja las opiniones de su autor, que no necesariamente coinciden con las del equipo editorial de CGTN Español.