Es hora de que Filipinas vuelva al camino correcto tras llamada telefónica a canciller chino

El ministro de Relaciones Exteriores y también miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, Wang Yi, sostuvo el 20 de diciembre una conversación telefónica con su homólogo filipino, Enrique A. Manalo, en un momento en que las relaciones entre ambos países se han visto afectadas, especialmente por la cuestión del Mar Meridional de China. La llamada telefónica ha generado una gran atención por parte de la comunidad internacional.

¿Por qué las relaciones entre China y Filipinas atraviesan dificultades?

En el transcurso de la llamada, China dejó en claro que la raíz del problema reside en el cambio de postura política por parte de Filipinas, el incumplimiento de sus propios compromisos y la persistente provocación hacia las embarcaciones chinas que ejercen la soberanía nacional en el Mar Meridional de China. Asimismo, subrayó que las relaciones entre ambos países se encuentran en una encrucijada, e instó a la parte filipina a actuar con prudencia para no deteriorar aún más los ya debilitados vínculos.

Un ejemplo de estas tensiones es el caso del arrecife Ren'ai, que forma parte de las islas Nansha de China. En 1999, un buque de guerra filipino "varó" ilegalmente en el arrecife, violando la soberanía territorial china. Filipinas se comprometió a remolcar el buque de guerra "varado" ilegalmente, y ambos países alcanzaron un acuerdo sobre la gestión adecuada del Arrecife Ren'ai, con el objetivo de mantener la estabilidad marítima en la zona.

Sin embargo, desde principios de este año, las autoridades filipinas han enviado de manera constante naves y buques de guerra para irrumpir en las aguas del arrecife Ren'ai. Además, han suministrado materiales de construcción al buque de guerra "varado" ilegalmente, en un intento de lograr una ocupación permanente del arrecife. Resulta claro que la parte filipina es la instigadora inicial y ha buscado confabularse con algunos países occidentales para intervenir en la cuestión del Mar Meridional de China. Asimismo, Manila ha intentado tergiversar la situación ante la comunidad internacional, presentándose como la parte afectada y alegando que China adopta una postura intimidante hacia los países más débiles. Recientemente, el líder filipino declaró que "China está planteando un verdadero desafío a sus vecinos asiáticos" y resaltó la necesidad de reforzar sus alianzas con otros países para enfrentar a Beijing. Esto demuestra que Filipinas carece de disposición para entablar un diálogo constructivo y gestionar de manera pacífica sus diferencias con China, e incluso sugiere la intención de llevar las relaciones chino-filipinas hacia una dirección más riesgosa.

¿Cuál es la razón detrás del cambio en la postura del Gobierno filipino hacia China, adoptando una conducta inflexible en el Mar Meridional de China?

Los analistas señalan que, por un lado, Filipinas ha adoptado una actitud intransigente en la cuestión del Mar Meridional de China a través de sus dirigentes, quienes buscan consolidar su posición y expresar de manera firme sus intereses en el área en cuestión. Por otro lado, con la actualización de la cooperación en el ámbito de la seguridad y otras áreas, la política exterior filipina claramente se inclina hacia Estados Unidos. Algunos sectores en Filipinas consideran el Tratado de Defensa Mutua EE. UU.-Filipinas como un "talismán" y buscan aprovechar la influencia estadounidense para impulsar la denominada "estrategia Indo-Pacífico". Esta tiene como objetivo intensificar las tensiones en el Mar Meridional de China con el propósito de involucrar a otros actores y que éstos ejerzan presión sobre China.

En esta llamada telefónica, la parte filipina expresó su esperanza de fortalecer el diálogo con China, desempeñar un papel constructivo en el mecanismo de comunicación bilateral sobre cuestiones marítimas y trabajar conjuntamente en la búsqueda de soluciones. China no cerrará la puerta al diálogo con la parte filipina, esperando que ésta retome el camino correcto, implemente su compromiso con el diálogo y utilice los canales del consulta para resolver las diferencias de manera adecuada con China. En última instancia, el futuro de las relaciones chino-filipinas dependerá de las acciones que tome Manila.