Para combatir el cambio climático China cumple lo que promete

CGTN Español 2023-12-06 18:44:29
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A finales de septiembre de este año, la nueva capacidad instalada de energía eólica de China durante 14 años consecutivos, con una capacidad instalada acumulada durante 13 años consecutivos, ocupa el primer lugar en el mundo, representando más de la mitad del mercado mundial. En la actualidad, casi la mitad de la capacidad de generación de energía fotovoltaica instalada en el mundo está en China, más de la mitad de los vehículos de nueva energía del mundo circulan en China y una cuarta parte de la nueva superficie verde del mundo procede de China...

A través de estas cifras, no es difícil entender por qué la contribución de China está siendo objeto de atención en la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que se celebra en Dubai.

A estas alturas, es probable que todos los habitantes del planeta lo perciban de primera mano: los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y el cambio climático ha sido una auténtica crisis. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un informe el día de la inauguración de la COP28, anunciando que 2023 ha sido el año más caluroso de la historia de la humanidad desde que se tienen registros. La temperatura de la superficie de los océanos alcanzó máximos históricos, mientras que los niveles de hielo marino de la Antártida cayeron a mínimos históricos.

Ante estos retos, la COP28 tiene la esperanza de hacer un inventario e instar a una acción más eficaz para reducir el uso de energías fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero, en un esfuerzo por limitar el aumento de la temperatura dentro de 1,5°C, realizando el primer "balance mundial" de la aplicación del Acuerdo de París.

Como mayor país en desarrollo del mundo, China ha desempeñado un papel clave para facilitar la celebración y la entrada en vigor del Acuerdo de París y ha realizado sus propios esfuerzos para alcanzar los objetivos a largo plazo. China ha tomado la lucha contra el cambio climático como estrategia nacional, ha desarrollado las energías renovables, ha establecido un sistema de políticas "1+N" de limitación y neutralidad del carbono, ha promovido ajustes estructurales en la industria, la energía y el transporte, y ha creado el mayor mercado de carbono del mundo que cubre las emisiones de gases de efecto invernadero. Para 2022, las emisiones de dióxido de carbono de China se habrán reducido en más de un 51 % con respecto a los niveles de 2005, y la proporción de consumo de energía no fósil habrá alcanzado el 17,5 %. En la última década, China ha apoyado un crecimiento económico del 6,2 % con una tasa media anual de crecimiento del consumo de energía del 3 %.

Al mismo tiempo, China promueve activamente la gobernanza mundial del clima y presta apoyo y asistencia a otros países en desarrollo a través de la cooperación Sur-Sur. A finales de junio de este año, China había firmado 46 documentos de cooperación Sur-Sur sobre cambio climático con 39 países en desarrollo.

¿Por qué China ha sido la defensora y activista de la gobernanza climática mundial? No es porque otros se lo pidan, sino porque China quiere hacerlo. Porque la cultura tradicional china tiene el concepto de "unidad del cielo y la humanidad", porque la lucha contra el cambio climático es un requisito intrínseco para el desarrollo sostenible de China, y una de las características importantes de la modernización china es la "coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza", y porque es una obligación internacional para un gran país responsable. 

Desde un punto de vista pragmático, China es un país en desarrollo con una gran población y una escasez relativa de recursos energéticos, y se enfrenta a muchas dificultades y retos en el proceso de transformación e innovación ecológicas. China ha pasado en pocas décadas el proceso de industrialización que los países desarrollados occidentales han atravesado durante cientos de años, y también completará la tasa de reducción de la intensidad de las emisiones de carbono más alta del mundo, y logrará en el menor tiempo de la historia pasar del pico a la neutralidad de carbono, lo cual es más difícil de lo que cabe suponer, y requiere esfuerzos denodados y concienzudos.

China seguirá haciendo todo lo posible para hacer frente al cambio climático mundial. Sin embargo, ante dicho reto, no basta con confiar únicamente en los esfuerzos de unos países; es necesario practicar el multilateralismo y adherirse a la responsabilidad común pero diferenciada de la cooperación mundial. Los países desarrollados, en particular, tienen una responsabilidad histórica en el cambio climático y deben liderar la reducción significativa de las emisiones y proporcionar apoyo financiero, tecnológico y de capacitación para la acción climática en los países en desarrollo.

La gobernanza mundial del clima exige ahora no sólo compromisos verbales, sino también acciones prácticas. Ningún país puede permanecer al margen de la lucha contra el cambio climático. La vía fundamental para que la humanidad aborde el cambio climático es practicar el multilateralismo con las Naciones Unidas como núcleo, responder plenamente a las preocupaciones de los países en desarrollo y trabajar en solidaridad y cooperación para promover la transformación verde. China seguirá contribuyendo a la gobernanza mundial del clima en la medida de sus posibilidades, esforzándose por alcanzar el máximo de carbono en 2030 y la neutralidad de carbono en 2060, y cumplirá con lo que dice.

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