"La sabiduría de Kissinger", el legado más importante para Estados Unidos

A la edad de 100 años, el 29 de noviembre, falleció el ex secretario de Estado estadounidense Henry Alfred Kissinger, un viejo amigo del pueblo chino. Como el diplomático más destacado de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, Kissinger dejó un importante legado al impulsar los contactos diplomáticos entre China y Estados Unidos, así como al desempeñar un papel clave en la mediación en Medio Oriente. El 30 de noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, envió un mensaje de condolencia al presidente estadounidense, Joe Biden, expresando que el nombre de Kissinger siempre estará vinculado a las relaciones entre China y Estados Unidos, y que el Dr. Kissinger será recordado y extrañado por el pueblo chino.

A pesar de su singularidad en un momento particular de la historia, la sabiduría diplomática de Kissinger merece reconocimiento por su contribución a la paz y la estabilidad mundial. A lo largo de su carrera diplomática, Kissinger dio prioridad y sirvió a los intereses nacionales de Estados Unidos, demostrando que, incluso desde esa perspectiva, con una auténtica sabiduría diplomática se puede influir positivamente en la escena global.

La sabiduría diplomática de Kissinger proviene de su profundo conocimiento de la historia del mundial y de su precisa comprensión de las leyes de las relaciones internacionales. Como un típico realista, Kissinger es capaz de superar los prejuicios ideológicos, trascender más allá de la política interna estadounidense y llevar a cabo acciones diplomáticas desde la perspectiva de los verdaderos intereses nacionales de Estados Unidos.

En un momento en que las relaciones entre China y Estados Unidos enfrentan importantes desafíos, la necesidad de figuras políticas como Kissinger es más evidente que nunca. Estados Unidos requiere de líderes capaces de ir más allá de la política interna con el objetivo de comprender y apreciar la historia y cultura china, y evaluar objetivamente los intereses comunes, con el fin de establecer una percepción precisa de del país asiático para continuar avanzando en las relaciones bilaterales.

Kissinger argumentó que la cultura china no es expansionista por naturaleza, sino más bien es una sociedad reflexiva con la que Estados Unidos debe mantener contacto. Destacó la relevancia de entender su cultura e instituciones políticas, así como también la importancia de comprender el principio de una sola China. Asimismo, afirmó que las relaciones bilaterales son cruciales para lograr la paz y la prosperidad, no sólo para ambas naciones sino también a nivel mundial. Su vida fue testigo de significativos cambios en el panorama internacional, poseyendo un profundo conocimiento de los intereses nacionales de Estados Unidos y contribuyendo de manera objetiva a la paz y la estabilidad global.

El legado más valioso de Kissinger a Estados Unidos es que, a pesar de las diferencias entre China y Estados Unidos, una estrategia diplomática inteligente puede superar los obstáculos y construir una relación basada en el beneficio mutuo. Este enfoque ha beneficiado tanto a China como a Estados Unidos, siendo bien recibido por la comunidad internacional.

El pueblo chino nunca olvidará la contribución histórica de su viejo amigo Kissinger al desarrollo de las relaciones entre ambos países. El pueblo chino espera los líderes estadounidenses comprendan la cambiante realidad mundial, hereden la sabiduría diplomática de Kissinger, apliquen el importante consenso de la Cumbre de San Francisco entre los jefes de Estado chino y estadounidense, y contribuyan al progreso mutuo y prosperidad común en este nuevo período histórico. Este, sin duda, sería el mejor homenaje a Kissinger.