¿Cuáles son las implicaciones de la "ruptura del hielo" entre Australia y China?

"China y Australia acuerdan abrir una nueva página", "La reunión marca un deshielo en las relaciones diplomáticas entre ambos países tras años de tensiones que han obstaculizado el comercio"... La reunión entre los líderes de China y Australia ha llamado mucho la atención a los medios de comunicación occidentales.

El presidente chino, Xi Jinping, se reunió el 6 de noviembre en Beijing con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, que se encontraba en China en visita oficial. El presidente Xi describió la visita de la parte australiana como "llevar adelante el pasado y abrir el futuro", subrayando la importancia de captar la dirección correcta del desarrollo de las relaciones China-Australia en medio de los profundos cambios de la situación mundial, y construir conjuntamente las relaciones China-Australia sobre la base de los intereses comunes de los dos países para tratarse en pie de igualdad, buscar un terreno común reservando las diferencias, y promover las relaciones China-Australia de beneficio mutuo y la cooperación, así como impulsar continuamente la asociación estratégica integral China-Australia. El primer ministro Albanese declaró que Australia y China tienen sistemas políticos diferentes y es normal que haya diferencias, pero que no se debe permitir que las diferencias definan la relación entre ambos países; Australia y China tienen una amplia gama de intereses comunes, y el diálogo y la cooperación son la opción correcta.

Las relaciones China-Australia habían ocupado durante mucho tiempo un lugar destacado en las relaciones de China con los países occidentales desarrollados. Como mayor socio comercial de Australia, la reforma, apertura y modernización de China han creado enormes oportunidades para Australia. Sin embargo, durante los dos Gobiernos australianos anteriores, Australia siguió la llamada "Estrategia Indo-Pacífica" de Estados Unidos, bloqueó el 5G de Huawei y provocó repetidamente a China en cuestiones como Xinjiang y el mar Meridional de China. Esto ha provocado un grave retroceso en las relaciones entre China y Australia, y también ha dañado los propios intereses de Australia. El exministro australiano de Comercio e Inversión, Andrew Robb, declaró recientemente que en los últimos años, cada vez que se producen giros políticos entre China y Estados Unidos, los funcionarios estadounidenses siempre han instado a los dirigentes australianos a desempeñar el papel de "portavoz" de Estados Unidos mientras este país sigue haciendo negocios con China, lo que resulta exasperante. Esto refleja el descontento interno de Australia con la política irracional del Gobierno anterior hacia China.

En noviembre del año pasado, el presidente Xi Jinping se reunió con el primer ministro Albanese en Bali poco después de que él asumiera el cargo, lo que contribuyó directamente a la mejora de las relaciones entre China y Australia. Durante esta reunión en Beijing, China subrayó que "los pequeños círculos no pueden resolver los grandes retos a los que se enfrenta el mundo, y los pequeños grupos no pueden adaptarse a los grandes cambios del mundo actual", y que "debemos estar alerta y oponernos a los intentos de perturbar la región Asia-Pacífico", lo que pone de relieve el quid de los problemas en los últimos años en las relaciones China-Australia. Solo si se asimilan verdaderamente las lecciones aprendidas de los "desvíos" de estos años, el desarrollo de las relaciones China-Australia tendrá una base política sólida.

Se espera que en los próximos 50 años, China y Australia sigan la tendencia de los tiempos, mejoren el entendimiento mutuo y la confianza en la coexistencia pacífica, y alcancen un desarrollo común en una cooperación mutuamente beneficiosa. Como escribió el primer ministro Albanese en las redes sociales: "Lo que permanece constante es que el compromiso entre nuestros dos países sigue siendo importante."