¿Por qué Estados Unidos necesita la sabiduría diplomática de Kissinger?

El presidente chino, Xi Jinping, se reunió el día 20 en Beijing con el ex secretario de Estado de EE.UU., Henry Alfred Kissinger. llamando al centenario como un "viejo amigo", Xi agradeció sus contribuciones históricas al desarrollo de las relaciones entre China y Estados Unidos y a la amistad entre los dos pueblos. Kissinger dijo que las relaciones entre EE.UU. y China es vital para la paz y la prosperidad de los dos países y del mundo, y que está dispuesto a seguir esforzándose para mejorar el entendimiento mutuo entre los pueblos de EE.UU. y China.

Hace cincuenta y dos años, también en julio, en este mismo lugar, Kissinger, como asistente para asuntos de seguridad nacional y enviado especial del entonces presidente estadounidense Richard Nixon, se reunió con la vieja generación de China, iniciando el proceso de normalización de las relaciones entre Estados Unidos y China. Éste se considera un momento importante en la carrera diplomática de Kissinger. En la actualidad, ha estado enChinamás de cien veces y, a sus más de cien años, sigue activo en la promoción de la comunicación y el diálogo sino-estadounidenses. Estos "doscientos" son suficientes para ganarse el respeto del mundo.

En la política estadounidense, Kissinger representa la fuerza pragmática que aboga por el diálogo y el contacto con China y por un tratamiento adecuado de las diferencias. Esta fuerza es capaz de formular una política racional y constructiva hacia China desde el punto de vista práctico de salvaguardar realmente los intereses de Estados Unidos. De hecho, repasando la historia de las relaciones diplomáticas chino-estadounidenses, no es difícil constatar que siempre que en Washington prevalezca la voz de la cooperación con China, el desarrollo de las relaciones chino-estadounidenses está en general fluido. Por el contrario, pasa por momentos tormentosos.

Una de las cosas que algunos políticos de Estados Unidos suelen decir es que el camino de desarrollo, el sistema político y los valores de China son muy diferentes de los de Estados Unidos, y los utilizan como base para la hostilidad y la supresión de China. Pero lo que pasa es que esta diferencia no existe sólo ahora. Con el trasfondo histórico del apogeo de la Guerra Fría, China y Estados Unidos rompieron el hielo de más de 20 años de aislamiento mutuo y lograron el "apretón de manos a través del Pacífico", que conmovió todo el mundo. ¿Por qué fue esto posible en aquel momento? Fue posible no sólo por el momento y la situación, sino también porque los líderes de China y Estados Unidos se dieron cuenta de que la transformación de China y Estados Unidos de enemigos en amigos no sólo beneficiaría a la otra parte, sino también al mundo. Como resultado, ambas partes, con extraordinaria sabiduría estratégica, visión y valentía, sobrepasaron sus diferencias ideológicas y dieron un paso adelante histórico.

Como testigo personal de los contactos y negociaciones entre China y Estados Unidos, Kissinger es especialmente consciente de que la cuestión de Taiwán es el núcleo más importante y sensible de las relaciones sino-estadounidenses. Durante esta visita a China, dijo al Presidente Xi que debía atenerse a los principios establecidos en el Comunicado de Shangai y comprender la importancia vital que tiene para China el principio de una sola China. Los políticos estadounidenses que siguen "jugando con fuego" en Taiwán deben escuchar las exhortaciones de este personaje centenario.

Como suelen decir los chinos, "adquirir nuevas ideas volviendo a estudiar viejos materiales ". En los últimos 52 años, China y Estados Unidos han trabajado juntos para hacer grandes asuntos en beneficio de ambos países y del mundo. Hoy en día, los responsables políticos estadounidenses deben mirar a la historia en busca de respuestas: ¿cómo mirar a China y cómo llevarse bien con China, lo que realmente redunda en el interés nacional de Estados Unidos? Pensando claramente en estas cuestiones fundamentales, el compromiso de Estados Unidos con China no se limitará solo a la gestión de la crisis. El futuro de las relaciones entre China y Estados Unidos depende de las decisiones que se tomen hoy y de la asimilación de la experiencias históricas. Para desarrollar bien las relaciones China-EEUU, Estados Unidos necesita sabiduría diplomática al estilo Kissinger.