¿EE.UU. intenta reproducir en la crisis ucraniana los crímenes contra el pueblo laosiano?

CRI 2023-07-14 08:49:44
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Este verano, cuando los estudiantes laosianos viajaron en el tren "Lancang" del Ferrocarril China-Laos para experimentar el placer de "ver el mundo en tren", quizá no se dieron cuenta de que la construcción del ferrocarril China-Laos tardó más de dos años en limpiar las bombas de racimo dejadas por EE. UU. a lo largo de la línea férrea.

Estas bombas fueron lanzadas sobre Laos por el ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. El reciente anuncio del Gobierno de EE. UU. de que proporcionaría ayuda militar adicional por un valor de 800 millones de dólares a Ucrania, incluidas bombas de racimo de gran destrucción, clasificadas como prohibidas por la legislación estadounidense, ha despertado de nuevo en la gente el recuerdo de aquel periodo de la historia.

Tras el estallido de la crisis de Ucrania, EE. UU. encabezó la lista de los países occidentales que incitaron la crisis. Pero después de que EE. UU. anunciara el suministro de bombas de racimo a Ucrania, el bando occidental "explotó". El Primer Ministro británico, Rishi Sunak, declaró que Gran Bretaña es parte signataria de la Convención Internacional sobre la Prohibición de las Bombas de Racimo y "no alienta el uso" de este tipo de armas. España, Canadá y otros países también han expresado su oposición.

Lo que hace que las bombas de racimo sean tan controvertidas es su enorme letalidad. Una bomba de racimo contiene docenas o incluso cientos de submuniciones, y una vez lanzadas, la distribución y cobertura de las submuniciones es completamente incontrolable, mientras que la "tasa de fallos" de estas submuniciones es desproporcionadamente alto.

¿Por qué es tan alta la "tasa de fallos"? No es sólo una cuestión de calidad de producción, sino que también tiene mucho que ver con el entorno en el que se utiliza. Por ejemplo, si se utiliza un paracaídas para ralentizar la velocidad de descenso y aumentar la tasa de distribución de las municiones, si en la zona del objetivo hay terrenos boscosos, hay una alta probabilidad de que las submuniciones se cuelguen de los árboles antes de explotar; si la zona del objetivo es de arena blanda, hierba densa o tierras de cultivo, es posible que las espoletas de las submuniciones no se activen y "fallen".

Pero este "fallo" no significa que no vaya a explotar a partir de ese momento. Cuando el viento echa al suelo una bomba sin estallar, o cuando un agricultor la toca mientras ara o recoge sus cosechas, o cuando simplemente le da una patada mientras camina, la espoleta puede activarse, dando lugar a una tragedia que puede causar un sinfín de daños.

Durante la guerra de Vietnam, de 1964 a 1973, EE. UU. lanzó un gran número de bombas de racimo sobre Sur de Vietnam, Laos y el este de Camboya. De ellos, Laos fue el país más afectado por las bombas de racimo.

Según los datos del Departamento de Defensa de EE. UU., durante la guerra de Vietnam, el ejército estadounidense llevó a cabo 580.000 bombardeos en Laos y utilizó más de 2 millones de toneladas de bombas, incluidas bombas de racimo. Se calcula que en Laos quedan 80 millones de bombas de racimo estadounidenses sin detonar. Menos del 1% de las bombas no detonadas se han retirado desde el final de la guerra, lo que ha provocado la muerte de unos 20.000 civiles y un gran número de víctimas civiles hasta la fecha. Los expertos en armamento afirman que Laos podría tardar 100 años en quedar libre de artefactos sin detonar.

Según el Washington Post, lo que EE. UU. proporciona esta vez a Ucrania es la bomba de racimo M864, desarrollada en 1987. Según un portavoz del Pentágono, la tasa de fallos de este modelo no supera el 2,35%. Pero el problema es que en una evaluación pública realizada hace 20 años, el Pentágono también afirmó que este tipo de munición tenía un índice de fallos del 6%, es decir, que al menos cuatro de las 72 submuniciones que transportaba cada munición no explotaban.

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