Este debate sobre derechos humanos en Beijing demuestra que Occidente no es el "juez" de los derechos humanos

Este año se cumple el 30º aniversario de la adopción de la Declaración y Programa de Acción de Viena. Este documento, que establece principios tan importantes como que "la promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales deben ser conformes a los propósitos y principios de las Naciones Unidas" y "la comunidad internacional debe promover una cooperación internacional eficaz para la realización del derecho al desarrollo y la eliminación de los obstáculos al desarrollo", está considerado como uno de los documentos emblemáticos en la historia del desarrollo mundial de los derechos humanos.

Hoy, 30 años después, el mundo está entrando en un nuevo período de turbulencias y cambios, con guerras y conflictos, crisis financieras y una contracorriente contra la globalización que plantean serios desafíos al desarrollo global de los derechos humanos. En este contexto, ¿hacia dónde se dirige la gobernanza mundial de los derechos humanos? Como defensora y practicante de la Declaración y Programa de Acción de Viena, ¿qué piensa China sobre esta cuestión? ¿Y qué va a hacer?

El día 14, el presidente chino, Xi Jinping, envió una carta de felicitación al Foro en la que proponía salvaguardar los derechos humanos a través de la seguridad, promover los derechos humanos a través del desarrollo e impulsar los derechos humanos a través de la cooperación, y poner en práctica la Iniciativa de Seguridad Global, la Iniciativa para el Desarrollo Global y la Iniciativa de Civilización Global. Se trata de la última propuesta de China sobre la gobernanza mundial de los derechos humanos, que proporciona directrices importantes para promover la cooperación internacional en materia de derechos humanos, y que ha encontrado eco entre los participantes.

Veamos primero la seguridad. Es un requisito previo para la protección de los derechos humanos. En la actualidad, algunos países exageran la "rivalidad entre grandes potencias", fomentando el enfrentamiento entre bandos y provocando guerras y conflictos, aumentando constantemente los riesgos para la seguridad en el mundo y poniendo en grave peligro la vida y los medios de subsistencia de la población de muchos países.

Fijémonos en el desarrollo. Es la base de la protección de los derechos humanos. En este sentido, China ha logrado sacar de la pobreza a 770 millones de habitantes de zonas rurales, ha alcanzado el objetivo de reducción de la pobreza de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 10 años antes de lo previsto, y está promoviendo la consecución de la prosperidad común para todo su pueblo.

La protección de los derechos humanos es un ideal común de la humanidad, y no debe politizarse ni ser un arma. Sin embargo, por un lado, algunos países occidentales son "selectivamente ciegos" ante sus propias deficiencias en materia de derechos humanos, mientras que, por otro, utilizan los "derechos humanos" como pretexto para interferir en los asuntos internos de otros países y frenar su desarrollo. En opinión de China, ningún país está cualificado para ser "juez" de los derechos humanos, y cada país tiene derecho a elegir su propio camino de desarrollo de los derechos humanos.

"Sólo cuando todos los pueblos tengan una buena vida podrá perdurar la prosperidad, garantizarse la seguridad y los derechos humanos tendrán un fundamento". Como único gran país del mundo que ha formulado y aplicado sistemáticamente planes de acciones nacionales de cuatro fases en materia de derechos humanos, China ha entregado una notable "hoja de respuestas sobre derechos humanos". Ahora, China está impulsando su modernización al estilo chino. En este proceso, China seguirá dialogando y cooperando con la comunidad internacional para mejorar la gobernanza mundial de los derechos humanos, de modo que su propio pueblo pueda vivir mejor y los derechos humanos de los pueblos del mundo puedan estar mejor protegidos.