EE. UU., Reino Unido y Australia alertan al sistema mundial ya que han dado un paso más para abrir la caja de Pandora

El 13 de marzo, los dirigentes de Estados Unidos, Reino Unido y Australia se reunieron y anunciaron planes para equipar a Australia con submarinos nucleares. Según la declaración conjunta, Estados Unidos venderá a Australia tres submarinos nucleares de la clase Virginia a principios de la década de 2030, con una posible venta posterior de otros dos. Los tres países también planean manufacturar juntos para desarrollar un nuevo tipo de submarino nuclear basado en tecnología estadounidense y británica. Funcionarios militares australianos afirman que se espera que todo el programa esté terminado para 2055, con un coste de 245.000 millones de dólares.

Unos días antes del anuncio de la colaboración entre EE.UU., Reino Unido y Australia en materia de submarinos nucleares, la se celebró en Viena la reunión de marzo de la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Impulsada por China, por séptima vez consecutiva, la agencia revisó la cooperación submarino nuclear EE.UU.-Reino Unido-Australia en forma de discusiones intergubernamentales,  y muchos países expresaron una fuerte oposición a dicha cooperación. Ignorando las preocupaciones de todas las partes, EE.UU., Reino Unido y Australia anunciaron por su propia cuenta el plan de cooperación en materia de submarinos nucleares. Estados Unidos adopta medidas unilaterales en contra del consenso multilateral y avanzan cada vez más por un camino erróneo y peligroso. Si este plan se lleva a cabo, inevitablemente socavará la paz y la estabilidad en la región Asia-Pacífico, afectará al sistema internacional de no proliferación nuclear y estimulará una carrera armamentística, como si se abriera una "caja de Pandora" con consecuencias negativas infinitas.

Lo que este grupo anglosajón quiere hacer en la región Asia-Pacífico está más que claro para todos. Quieren crear una ventaja estratégica militar en la región Asia-Pacífico en forma de un pequeño grupo, replicando la fórmula de la OTAN de provocar conflictos y enfrentamientos regionales. Esta estrecha intriga geopolítica ha sido puesta ampliamente en duda y los países de la región se han opuesto a ella. El Sydney Morning Herald afirmaba recientemente que países del Sudeste Asiático como Indonesia y Malasia han criticado este acuerdo de cooperación entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, preocupándose de que intensifique la carrera armamentística regional.

Estados Unidos, Reino Unido y Australia son países signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), pero han ido contra la corriente. En septiembre de 2021, los tres países anunciaron una asociación trilateral de seguridad (AUKUS), cuyo plan clave era que EE.UU. y el Reino Unido ayudaran a Australia a construir submarinos nucleares. La esencia de este plan es que EE.UU. y Reino Unido, como Estados poseedores de armas nucleares y partes del TNP, transfieren a Australia, Estado no nuclear, toneladas de uranio altamente enriquecido apto para armamento, lo que supone un grave riesgo de proliferación nuclear. Esta cooperación entre los tres países viola los objetivos y principios del TNP, el estatuto de la Agencia Internacional de Energía Atómica y las disposiciones pertinentes del Tratado sobre la Zona Libre de Armas Nucleares del Pacífico Sur, lo que lo convierte en un proyecto de "triple violación".

No importa qué cálculo hacen Estados Unidos, Reino Unido y Australia, la cooperación en materia de submarinos nucleares no es un asunto privado para ellos, sino que afecta a los intereses de todos los Estados miembros del AIEA, y debe ser discutida y decidida por todos los Estados miembros a través de un proceso intergubernamental. Estados Unidos, Reino Unido y Australia no deben entablar nunca una cooperación en materia de submarinos nucleares hasta que todas las partes lleguen a un consenso. Los pueblos de Asia y el Pacífico no olvidarán que gracias a la salida de la bruma de la Guerra Fría, la región Asia-Pacífico ha sido la región más dinámica y de más rápido crecimiento del mundo. Esta situación tiene un valor incalculable. Sus habitantes no permitirán que nadie la socave.