Las cinco máscaras de la hegemonía estadounidense

El 19 de febrero, unos activistas antibelicistas estadounidenses celebraron una manifestación y una marcha en Washington para exigir que Estados Unidos deje de prestar apoyo militar a Ucrania y pedir la disolución de la OTAN. Sin embargo, un día después, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó una visita sorpresa a Ucrania y anunció otros 500 millones de dólares en ayudas, incluyendo armas y equipamiento. Esto es un claro indicio de que es Estados Unidos, la mayor potencia hegemónica actual, quien está detrás de la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania durante el último año.

Echar leña al fuego de la crisis ucraniana es un microcosmos de la hegemonía mundial de Estados Unidos a lo largo de los años. El informe "La hegemonía estadounidense, la intimidación y sus peligros", publicado por parte de China el día 20, revela las máscaras de la hegemonía estadounidense, citando cinco aspectos: político, militar, económico, científico y tecnológico, y cultural.

Desde las "revoluciones de colores" en Eurasia hasta la "primavera árabe" en Asia Occidental y el Norte de África, Estados Unidos ha intentado moldear otros países y el orden mundial so pretexto de la llamada democracia y los derechos humanos, pero lo que ha conseguido es provocar el caos y el desastre.

La hegemonía política suele ir acompañada de medios militares. El expresidente estadounidense Jimmy Carter afirmó en una ocasión sin tapujos que Estados Unidos es el país más beligerante del mundo. Un estudio de la Universidad de Tufts muestra que, entre 1776 y 2019, Estados Unidos llevó a cabo casi 400 intervenciones militares en todo el mundo. Desde Afganistán hasta Iraq, la hegemonía militarista estadounidense ha provocado innumerables tragedias humanas, y solo el número de refugiados sirios se ha multiplicado por diez desde 2012. La historia de Estados Unidos es una historia de violencia y expansión.

Si la hegemonía política y militar es la máscara explícita, la hegemonía económica es una máscara oculta. En los últimos tres años en particular, con la epidemia del nuevo coronavirus como telón de fondo, Estados Unidos ha abusado de su hegemonía financiera mundial para inyectar billones de dólares en los mercados globales, mientras que son otros países, especialmente las economías emergentes, los que pagan la factura. En fecha tan reciente como 2022, la Reserva Federal puso fin a su política monetaria ultralaxa y pasó a una política agresiva de subidas de tipos de interés, lo que espolea al dólar estadounidense a seguir fortaleciéndose a corto plazo, provocando turbulencias en los mercados financieros internacionales y una fuerte depreciación de muchas divisas, incluido el euro, hasta nuevos mínimos de 20 años. Como consecuencia, muchos países en desarrollo han sufrido una grave inflación, la depreciación de sus divisas y la salida de capitales. 

En los campos de la ciencia y la tecnología y la cultura, desde la creación de "alianzas de chips" y "redes de limpieza" y otros "pequeños círculos" científicos y tecnológicos, hasta la producción de información falsa para atacar a otros países y la manipulación de los medios de comunicación para confundir a la gente, Estados Unidos ha sido igualmente dominante. Recientemente, los funcionarios chinos que asistieron a la Conferencia de Seguridad de Múnich señalaron claramente que la Ley de Chip y Ciencia de Estados Unidos ha interferido gravemente en la estabilidad de la cadena de suministro de la cadena industrial internacional, y que "la parte estadounidense se ha quitado su máscara, e incluso el engaño ha desaparecido, dejando sólo el saqueo por la fuerza".

Buscar la hegemonía, mantener la hegemonía, abusar de la hegemonía, los hechos demuestran plenamente que, por mucho que Estados Unidos se blanquee como el salvador, practica la lógica de la hegemonía al ciento por ciento. En aras de la hegemonía, rechaza la seguridad de otros países, obstaculiza el desarrollo de otros países, sacrifica el bienestar de otros países... Esta práctica de perjudicar a los demás y beneficiarse a sí mismo ha provocado críticas y oposición cada vez más fuertes por parte de la comunidad internacional, y acabará por romper el camino de la hegemonía estadounidense.