Expresidente colombiano afirma que la apertura de la frontera entre Colombia y Venezuela supone un mensaje para EE. UU.

Después de varios años de cierres indefinidos y temporales, Colombia y Venezuela han reabierto sus fronteras terrestre, aérea y fluvial que habían permanecido cerradas por diferencias políticas e ideológicas entre los dos países. Se trata del primer paso entre Bogotá y Caracas para reactivar el comercio bilateral que hace más de 10 años alcanzó un récord de 7.000 millones de dólares al año.

"El único posible conflicto territorial que estaba planteado en el mapa de la región, era una eventual confrontación buscada por Colombia con Venezuela, así que regresamos al oasis de paz que éramos", dijo Ernesto Samper, expresidente de Colombia.  

Son 2.219 kilómetros de una línea fronteriza imaginaria que se unen en el abrazo entre los ríos Orinoco y Magdalena, como alguna vez cantó el músico venezolano Alí Primera. El puente Simón Bolívar es el principal canal que une a Norte de Santander en Colombia con el Estado Táchira de Venezuela. Este puente ha sido testigo ahora del primer intercambio comercial en una frontera que durante varios años quedó a merced de la inseguridad, el contrabando, la ilegalidad y el comercio informal. En palabras del expresidente colombiano Ernesto Samper, hoy se rompió con una especie de muro de Berlín que buscaba dividir a países hermanos.

"Unas fronteras de alguna manera incendiadas en que no ha habido ley y orden en esas fronteras. Yo espero que se reactive el mecanismo que establecimos con el presidente Caldera hace muchos años de la CONVIFRON, que era una unidad militar integrada por efectivos de los dos países porque los riesgos que tiene la frontera no son de Colombia y Venezuela, son de los dos países, entonces hay que enfrentarlos unificadamente", expresó el expresidente colombiano.

Pero no sólo se trata de la caída de un muro imaginario, también supone un mensaje a Estados Unidos, que mantiene el bloqueo económico a Venezuela. Desde ahora, América Latina empieza a vivir una nueva era de integración.

"Es una paradoja en momentos en que está como resucitando la guerra fría, desbaratándose la globalización que resultó de esa misma guerra fría, ahora EE. UU., en lugar de convocar a toda la unidad de las Américas, esté simplemente haciendo unas cumbres en las cuales se reservan el derecho de admisión y deja por fuera a países como Cuba, Nicaragua y Venezuela que tienen razones para estar agradecidos con un país como Rusia", dijo Ernesto Samper.  

La apertura de los pasos fronterizos sólo es uno de los progresos en el restablecimiento de relaciones diplomáticas. El gobierno del presidente Gustavo Petro invitó al gobierno del presidente Nicolás Maduro a ser garante de los diálogos con las Guerrilla del ELN en la ambiciosa propuesta de Paz Total que el gobierno plantea con todos los grupos armados en el país.

"Es un papel de facilitador logístico muy importante pero también tienen capacidad de interlocución, son dos gobiernos progresistas que comparten la necesidad de la paz para este país, la necesidad de un nuevo enfoque en materia de drogas", afirmó el expresidente de Colombia.

Otro de los temas en la agenda de los dos países es la atención a migrantes. En Venezuela viven más de 4 millones de colombianos y en Colombia habitan más de dos millones de venezolanos. La meta para el 2023 es superar los 2.000 millones de dólares en intercambios comerciales.