Los países del G7 acordaron imponer un tope de precios al petróleo ruso el 2 de septiembre. Han llegado a un acuerdo para permitir únicamente el transporte de cargamentos del petróleo ruso comprados a un precio máximo o inferior. El nivel exacto del tope aún está por determinar.
La medida forma parte de un nuevo paquete de sanciones destinado a reducir los ingresos de Moscú. Tiene lugar después de que la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidiera que se frustraran los intentos de Rusia de manipular el mercado energético europeo. Por su parte, Rusia ha prometido dejar de vender petróleo a los países que impongan esos topes de precios, alegando que ello desestabilizará el mercado mundial del petróleo.