La tasa registrada de desempleo en las ciudades chinas fue del 3,95 por ciento al final del segundo trimestre, el nivel más bajo de los últimos años, dijo Lu Aihong, vocero del Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social.

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Lu anunció el viernes pasado en una rueda de prensa que la cifra fue ligeramente inferior al 3,97 por ciento del primer trimestre y el 4,05 por ciento registrado entre abril y junio del año pasado.

China creó 7,35 millones de empleos en el primer semestre, 180.000 más que en el mismo período del año anterior, de acuerdo con la fuente.

La tasa de desempleo registrado se calcula tomando como referencia el número de personas en paro registradas en las autoridades de recursos humanos o institutos de servicio de empleo.

Lu añadió que "el mercado laboral de China se ha mantenido estable y se ha convertido en un firme asidero para el desarrollo económico y la estabilidad social".

La estabilidad del mercado laboral se apoyó en la de la macroeconomía.

Según los datos del Buró Nacional de Estadísticas, la economía china mantuvo el crecimiento en la primera mitad del año, durante la que el incremento interanual del PIB fue del 6,9 por ciento hasta situarse en 38,15 billones de yuanes (equivalentes a 5.6 billones de dólares).

Según Lu, para garantizar la estabilidad del empleo, el país ha tomado una serie de medidas para estimular el acceso al mercado laboral de los graduados universitarios, los trabajadores despedidos, los discapacitados y los migrantes, mientras que la ola emprendedora que recorre el país ha ayudado a crear puestos de trabajo.

Lu agregó que China ha creado más de 13 millones de puestos de trabajo al año para los residentes urbanos durante los últimos cinco, lo que ha mantenido la tasa de desempleo urbano registrado por debajo del 4,1 por ciento.

La estructura de empleo de China también continuó mejorando, pues la tasa de empleo del sector servicios subió del 36,1 por ciento en 2012 al 43,5 por ciento en 2016.

Lu admitió, sin embargo, que el mercado laboral sigue sometido a la presión impuesta por la ingente población activa, la carencia de trabajadores cualificados y los despidos.

Para hacer frente a los desafíos, China se esforzará por garantizar que los trabajadores que perdieron sus empleos por la reducción del exceso de capacidad consigan nuevos trabajos, ayudar a los universitarios graduados a encontrar ocupación, mejorar la formación profesional y apoyar a los emprendedores.

Según otra información, un grupo de 82 recién graduados universitarios partieron de Beijing el día 22 del mes corriente como voluntarios a las regiones subdesarrolladas y remotas del país.

Los jóvenes salieron de Beijing a bordo de un tren con rumbo a Urumqi, capital de la región autónoma uygur de Xinjiang, en lo que supone el inicio de la edición de 2017 del programa "Ir al oeste".

Alrededor de 80.000 graduados de 1.876 universidades solicitaron ser incluidos en el programa de este año, de los cuales 18.300 fueron elegidos.

El programa "Ir al oeste", que fue lanzado conjuntamente por la CCYL, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social en 2003, tiene como objetivo enviar a graduados universitarios para hacer trabajos voluntarios en los sectores de educación, sanidad, agricultura y gestión social en las regiones occidentales del país durante un período de uno a tres años.

Durante los 15 años pasados, el programa ha enviado a más de 270.000 jóvenes a más de 2.100 regiones a nivel de distrito en el centro y oeste de China.

Además de esto, China enviará a 10.000 profesores a las regiones autónomas de Xinjiang y el Tíbet para apoyar la educación local.

En la actualidad están destinados en las dos regiones 1.500 profesores provenientes de otras provincias del país para formar al personal docente local y compartir recursos educativos.