Cómo funciona el enfoque centrado en las personas de China en la lucha contra la COVID-19

CRI 2021-05-12 20:04:32
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El año 2020 trajo una de las pruebas más duras de la historia moderna, ya que una pandemia mortal causó estragos en todo el mundo y sacudiendo la vida de las personas. China, el país más poblado del mundo, libró rápidamente una "guerra popular" contra la COVID-19 y prometió proteger la vida y la salud de la gente a toda costa.

Poner a la gente por encima de todo no es nada nuevo en China.

“Nuestro Partido y nuestro pueblo están unidos, y mantienen vínculos de sangre. Esta es la principal garantía que tiene el Partido para superar todo tipo de dificultades y riesgos.

Tal y como suele decirse, "Quien gane amplio apoyo de su pueblo, gobernará el país; sin el pueblo, perderá el poder.”

---- Presidente de China Xi Jinping, 1 de julio, 2016.

"Quien gane amplio apoyo de su pueblo, gobernará el país; sin el pueblo, perderá el poder”, es una cita clásica registrada por primera vez en el Libro de los ritos (Li Ji), uno de los Cinco Clásicos del canon confuciano.

Más de 2.000 años después, la sabiduría sigue siendo relevante: sólo hay que mirar el manejo de China del nuevo brote del coronavirus como prueba. Cuando se hizo evidente que el país enfrentaba una emergencia de salud pública, el Gobierno chino lideró los esfuerzos para sacar al país y a su gente del peligro.

Su mensaje fue alto y claro: las personas siempre son lo primero.

Guerra popular

La batalla principal contra la COVID-19 se desarrolló en la provincia de Hubei, en el centro de China, y en la ciudad de Wuhan, su capital. La nación movilizó allí a sus mejores médicos, equipos y recursos, y el gobierno cubrió el costo de todo el tratamiento.

Más de 42.000 trabajadores de la salud fueron enviados a Hubei desde toda China. Se construyeron dos hospitales para fines especiales, Huoshenshan y Leishenshan, junto con docenas de hospitales temporales en Wuhan para satisfacer las necesidades de los pacientes.

Para ayudar a otras ciudades de Hubei, China lanzó un plan de "apoyo mediante emparejamiento", movilizando a distintas regiones de otras provincias para que se emparejaran con sus similares en Hubei.

El 10 de marzo de 2020, el presidente Xi inspeccionó Wuhan, el epicentro del brote de COVID-19 en China. Visitó a los pacientes, escuchó al personal médico y a los trabajadores comunitarios y habló con los agentes de policía, el personal militar y los funcionarios locales que se encontraban en la primera línea. También enfatizó la importancia de confiar en el público para ganar la guerra popular contra el virus.

"Creo que la respuesta de China fue excelente", dijo a CGTN Stephen McClure, consultor de Ciencias de la Información de la Universidad de Wuhan.

"Hubo esfuerzos desde arriba, desde el nivel nacional, que estaban apoyando a la gente en Wuhan, y luego hubo esfuerzos desde abajo, desde las comunidades para responder y coordinar".

"Así que no creo que haya ninguna manera de lidiar con la pandemia sin tener esta enorme cantidad de compromiso cívico para asegurarnos de que todos estén bien. No veo cómo alguien puede hacer frente a un bloqueo, como en los países occidentales, sin tener ese tipo de mecanismo ”, agregó.

Renacer de las cenizas

Durante la visita del presidente Xi a Wuhan, él dijo que "el pueblo heroico de la ciudad heroica definitivamente derrotaría a la COVID-19, resucitaría de las cenizas y tendría logros más gloriosos en una nueva era".

Todos los esfuerzos han valido la pena y las expectativas de Xi se han hecho realidad. Después de 76 días de perseverancia y sacrificios, Wuhan puso fin a su bloqueo y las cosas comenzaron a volver a la normalidad en la ciudad.

El PIB de Wuhan creció 58,4 por ciento en el primer trimestre de 2021 y la ciudad registró un aumento interanual del 92,2 por ciento en su comercio exterior durante el mismo período.

China fue duramente afectada por la COVID-19, pero actuó rápidamente para controlar la epidemia. Ahora el país está avanzando en la recuperación económica mundial. Su economía creció un 18,3 por ciento interanual en el primer trimestre de 2021.

Pero China no está bajando la guardia. Está intensificando su campaña de vacunación: hasta el 11 de mayo se habían aplicado 342 millones 697 mil dosis de vacunas contra la COVID-19 en el país, según la Comisión Nacional de Salud.

El Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades ha dicho que el país planea vacunar del 70 al 80 por ciento de su población a finales de este año o a mediados del próximo a más tardar.

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