Embajador cubano en China:la convocación de las dos sesiones marca el comienzo de la nueva etapa para que China reanude por completo las actividades económicas y sociales

CRI 2020-05-23 22:42:48
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Las "dos sesiones", que han sido pospuestas debido a la epidemia de COVID-19, se inauguron el 21 y el 22 de mayoen Beijing. Recientemente entrevistamos al embajador de Cuba en China, Sr. Carlos Miguel Pereira Hernández, para compartir con nosotros sus opiniones sobre dicho evento de gran importancia de China.

Embajador de Cuba en China, Sr. Carlos Miguel Pereira Hernández

Se considera que la convocaciónde las "dos sesiones" marca el comienzo de una nueva etapa de restauración general en las actividades económicas y sociales; además se trata la normalización de prevención y control de la epidemia en China. Sr. Embajador, ¿cuál es su opinión sobre los puntos antes mencionados?


Pereira:La celebración de las “Dos Sesiones”, pospuesta desde marzo de este año, constituye una validación más de que la estrategia seguida por las autoridades chinas para enfrentar la pandemia del COVID-19 ha sido correcta, logrando no sólo contener la propagación del virus y preservar la vida de millones de personas, sino además atender todas las aristas del problema, incluyendo su impacto económico y social.

En apenas cuatro meses, China ha logrado controlar básicamente la epidemia; solo se mantiene presencia de algunos focos de trasmisión locales y la presencia de algunos casos importados, fundamentalmente a través de los aeropuertos. Por ello, la decisión de celebrar ahora las “dos sesiones” indica que la recuperación económica ya está en marcha, sin descuidar al mismo tiempo la continuidad de la batalla contra la epidemia.

En el enfrentamiento a esta situación epidemiológica ha prevalecido en todo momento el liderazgo del PCCh y del presidente Xi Jinping, tanto a nivel central como local, que ha permitido cohesionar al país y a toda la sociedad china en general en un momento muy crítico. La dirección china ha mostrado una gran capacidad para articular de manera oportuna y transversal el funcionamiento de los diferentes sectores políticos, económicos y sociales a todos los niveles y en todas las regiones, perfeccionando y ajustando oportunamente los planes, mecanismos y protocolos existentes para la atención de una epidemia sin precedentes, sin dudas la mayor enfrentada a nivel global desde hace siglos, lo que evidenció una vez más el gran prestigio, autoridad moral y confianza de la que goza el PCCh entre la población china.

Un gran mérito a nuestro entender ha sido no haber titubeado a la hora de definir la salud pública por encima de todo y considerar el enfrentamiento integral a la epidemia como prioridad de prioridades.

Vencida en lo fundamental la epidemia, no abrigamos dudas de que tampoco escatimara acciones y esfuerzos para hacer que la economía nacional se recupere en el menor tiempo posible. Hoy prevalece una apreciación optimista sobre los resultados alcanzados al cierre del primer trimestre, lo que confirma que la economía china es hoy más resiliente, posee políticas más efectivas, recursos más profundos y mejor capacidad de producción y tecnología, lo que le coloca en mejores condiciones para superar la situación con el menor impacto posible.

Cuando aún la pandemia sigue siendo un reto importante a nivel global, China se ha consolidado como un gran productor y suministrador de materiales sanitarios, de equipamiento médico, y otros insumos imprescindibles para el enfrentamiento a la pandemia.

En medio de la reforma estructural de su modelo desarrollo, si bien la epidemia ha afectado a sectores claves como el de los servicios, las manufacturas y el comercio, al mismo tiempo ha propiciado el despegue de nuevas industrias o sectores como el comercio electrónico, los juegos y entretenimientos en línea, que han salido beneficiados. A nivel macroeconómico, el gobierno central ha inyectado liquidez a la economía con el propósito de apuntalarla, está facilitando préstamos a las empresas, ha adoptado nuevas medidas dirigidas a los sectores más vulnerables, en particular las empresas pequeñas y medianas más expuestas y susceptibles de interrupción de sus negocios, tales como postergación del pago de impuestos y seguro social, exención de tarifas administrativas, acceso facilitado a la financiación, reducción de alquileres, y otros incentivos para las pequeñas empresas que retienen y reclutan un mayor número de trabajadores.

No obstante, más allá de estas consideraciones positivas, también es cierto que la presente crisis económica global no tiene precedentes y supera con creces otras surgidas en el pasado, a lo que se añade una mayor y más directa vinculación de la economía china con las cadenas de producción y suministros globales, y su real incidencia en sectores considerados claves como el comercio, el transporte, la construcción de infraestructuras, el empleo, etc, en medio además de los persistentes esfuerzos del actual gobierno estadounidense por escalar y agudizar la llamada guerra comercial con China.

Es por ello que las “dos sesiones” permitirán evaluar ahora la profundidad y el alcance de la epidemia, sobre todo su impacto economico y social en lo que respecta al cumplimiento de las metas previstas en el XIII Plan Quinquenal 2016-2020, en especial, la conocida materialización este año del objetivo estratégico de erradicar la pobreza extrema en las zonas rurales y elevar el nivel de vida y bienestar de la población contemplados en la “sociedad xiaokang”.

Quisiera destacar también el hecho de que además de librar su combate directo contra el virus en una primera etapa, China consiguió recobrarse y liderar la ayuda y la cooperación internacional, enviando ayuda concreta a más de un centenar de países. Hacia lo interno, tampoco descuidó ninguno de los frentes. Observamos, por ejemplo, la consolidación de la lucha contra la corrupción, la transparencia en el trabajo de los cuadros y las instituciones, el rol del Ejército Popular de Liberación como un ejército moderno, apto para cumplir misiones de gran complejidad y consolidar la unión civil-militar, y al mismo tiempo impulsar el trabajo científico y de atención médica en la primera línea de combate contra la COVID-19. Como resultado de estos meses, hoy la sociedad china está unida, más cohesionada. La recuperación en general de la economía nacional se convierte ahora en una gran prioridad, a fin de poder materializar las grandes metas que el país se ha propuesto.


Después de hacer grandes sacrificios, la epidemia de COVID-19 en China ha sido controlada efectivamente. ¿Cómo califica usted el trabajo de prevención y control en China?


Pereira:Con su respuesta integral a la epidemia, China ha dado una lección al mundo de cómo debe manejarse una crisis de esta envergadura, gracias al trabajo mancomunado de sus autoridades políticas, centrales y locales, y la población en general puede vencerse cualquier adversidad.

Tras el brote epidémico, China ha acumulado gran conocimiento y experiencia en su lucha contra el virus, los cuales no ha vacilado en compartir con el resto de los países, basándose en el principio de que la epidemia es el enemigo común de todos y se requiere articular una respuesta conjunta y solidaria de la comunidad internacional. Cuba, no sólo comparte y apoya esa visión, sino que además ha venido contribuyendo de manera práctica con sus limitados recursos y en medio del bloqueo estadounidense cuya aplicación, aun en medio de la pandemia, ha sido recrudecida.

China compartió desde un inicio con la OMS y la comunidad internacional datos e información muy valiosa, con una actitud responsable, transparente, permitiendo que la población mundial sufra el menor daño posible y los gobiernos pudieran articular de manera temprana sus propias respuestas al respecto. Al compartir de manera temprana la secuencia del genoma del nuevo coronavirus permitió a la ciencia y a los científicos a nivel global concentrarse en la búsqueda y el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19. De alguna manera proporcionó una ventana de tiempo al resto del mundo, sin embargo, lamentablemente no todos los países lo hicieron y hubo incluso gobiernos que desaprovecharon esa oportunidad que China les dio.

Su apoyo a la lucha contra la COVID-19 ha incluido la donación de suministros médicos, así como el envío de equipos y expertos. Cuba, al igual que otros países de América Latina, Europa y África se ha visto beneficiada de esa ayuda solidaria, la cual ha llegado en el momento más oportuno en el que la pandemia se expande por todo el mundo.

Expertos cubanos han participado en numerosas videoconferencias internacionales en las que personal chino de salud, tanto a nivel nacional como local, han expuesto sus experiencias en tratamientos, protocolos de actuación, aislamientos y altas relacionados al nuevo coronavirus. Estos intercambios han ayudado a nuestros especialistas a sistematizar los protocolos de tratamientos a la COVID-19, incluyendo los medicamentos más eficaces, entre los que se incluye uno cubano, el interferón recombinante cubano, producido en China y escogido por la Comisión Nacional de Salud entre los 30 antivirales usados en el enfrentamiento a la COVID-19.


Ante la propagación de COVID-19 en todo el mundo, China y Cuba han enviado equipos médicos a los países extranjeros para compartir su experiencia en la lucha contra la epidemia. ¿Tienen ambos países intercambios y cooperación en este campo?


Pereira:En el caso concreto de Cuba, ello ha propiciado además la cooperación conjunta entre las brigadas médicas cubanas y los equipos de expertos chinos en terceros países. Es bien conocida, incluso antes del surgimiento del brote epidémico, la intensa cooperación médica internacional que Cuba ha venido desarrollando en muchos países del mundo, la cual se ha visto ampliada con el envío de nuevas brigadas médicas especializadas para apoyar en la primera línea de combate a la pandemia del COVID-19. Esta tradición de cooperación ha sido componente esencial de la política exterior cubana, sustentada en los valores de solidaridad y humanismo que defendemos. Se trata de una cooperación sin condicionamientos políticos ni ideológicos, con pleno respeto a la soberanía, leyes nacionales, cultura, religión y autodeterminación de los países, y el rechazo a que esta sea utilizada como instrumento político de injerencia en sus asuntos internos.

A lo largo de más de 50 años (57 años para ser exactos) Cuba ha ofrecido cooperación a 186 países a través de acciones en el exterior y en el territorio nacional, en los sectores de salud, educación y deportes. En el caso particular de la COVID19, las brigadas médicas han respondido a solicitudes de cooperación realizadas por los respectivos gobiernos, sin detenernos a evaluar coincidencias políticas o ventajas económicas. Hasta el momento, suman ya 26 las brigadas de profesionales de la salud cubanos que se han sumado a los esfuerzos nacionales y locales en un total de 23 países, las cuales se añaden o refuerzan la presencia de otros colaboradores médicos en 59 naciones, que se han incorporado al combate a esta enfermedad donde ya prestaban servicios.

Cuba ha compartido algunos de los medicamentos producidos por la isla que, según nuestra práctica o las experiencias acumuladas en China y otros países como es el caso del interferón, han demostrado una probada eficacia en la prevención o el tratamiento de la enfermedad.

Nuestros países han cooperado de forma conjunta y exitosa en terceros países como Venezuela, y es previsible que continúen haciéndolo en otros países a partir de las experiencias acumuladas por ambas partes en la lucha contra COVID19 y al mismo tiempo, teniendo como base el conocimiento de las particularidades de cada país donde trabajamos de conjunto.


En 2013, el presidente chino Xi Jinping propuso por primera vez el concepto de una comunidad de destino común para la humanidad. Siete años después, la epidemia del nuevo coronavirus ha cambiado estrechamente el destino de todos los países del mundo. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel también manifestó en laCumbreVirtual “Unidos contra la COVID-19” queesta epidemia ha demostrado ser un reto global, que no distingue fronteras, ideologías o niveles de desarrollo. ¿Cómo evalúa usted el concepto planteado por elpresidente Xi de una comunidad de destino común para la humanidad?


Pereira:Cuba comparte plenamente el concepto de una comunidad de destino compartido para la humanidad, considera que es un enfoque muy necesario y oportuno para poder enfrentar los problemas actuales que aquejan al mundo, que requieren cada vez más de fortalecer la cooperación y la solidaridad, en función de preservar la vida en nuestro planeta. Solo una comunidad internacional unida podrá encarar los costosos errores de las políticas neoliberales, que han llevado a la reducción de la gestión y las capacidades de los Estados, a una excesiva privatización y al olvido de las grandes mayorías.

En línea con este concepto, en su intervención durante la Cumbre Virtual del Movimiento de Países No Alineados, realizada el pasado 4 de mayo, bajo el tema “Unidos contra la COVID-19”, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez insistió en la importancia de la cooperación y la solidaridad para encarar y superar la actual pandemia. “Si hubiéramos globalizado la solidaridad como se globalizó el mercado, la historia sería otra”, señaló concretamente. Cooperación y solidaridad constituyen valores que en ningún caso podrán ser sustituidos nunca por la búsqueda de ganancias, ni la motivación exclusiva de quienes, rindiendo culto al mercado o asumiendo posturas xenófobas e imponiendo estigmas, pretender menospreciar o colocar en un segundo plazo el valor de la vida humana.

Esta pandemia ha demostrado la fragilidad de un mundo fracturado y excluyente. La realidad demuestra que ni siquiera los más afortunados y poderosos podrían sobrevivir en ausencia de quienes con su trabajo crean y sostienen las riquezas.

En el caso de Cuba, el actual impacto de COVID-19 ha implicado un doble desafío. Además del impacto epidemiológico, meses antes de que se desatara la pandemia ya Cuba enfrentaba un recrudecimiento brutal y sin precedentes del bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense, dirigido a estrangular la economía cubana, cortar sus fuentes de ingreso, el acceso a los combustibles y a las divisas.

En medio de ese contexto asfixiante de guerra económica, fue que aparecieron las primeras señales sobre la posibilidad de que la COVID-19 se transformara en pandemia, lo que elevó la magnitud de nuestros retos. Es conocido el hecho de que Cuba cuenta con un robusto sistema de salud de carácter universal y gratuito, con amplia experiencia en el manejo de emergencias sanitarias y con profesionales consagrados y de alta calificación, reconocidos mundialmente, permitió a nuestras autoridades comenzar a prepararse de manera temprana y articular su propia respuesta nacional ante el avance de la pandemia, lo que se vio a su vez afectado por las regulaciones del bloqueo estadounidense que impidieron la llegada oportuna al país de medicamentos, insumos y equipamientos esenciales. Lo sucedido con el Grupo Alibaba es apenas un ejemplo entre muchos.

Sin embargo, aún con sus limitados recursos y bajo la presión implacable del gobierno estadounidense y de su Departamento de Estado que ha desatado una feroz persecución y campañas contra la colaboración médica cubana en el exterior, al cierre del 14 de mayo, 2,041 colaboradores cubanos, agrupados en 26 brigadas médicas en 23 países, se encontraban inmersos en el enfrentamiento a la pandemia. De ese total, el 43 % (1 006 colaboradores) se encuentra prestando servicios en la zona roja, en la primera línea, y el resto ayuda en salas de vigilancia, observación y aislamiento. Hasta la fecha, los colaboradores cubanos han atendido 14 123 pacientes, y salvado 493 vidas, con sólo 41 personas, lo que representa que por cada un fallecido se han salvado 12 vidas.

A lo anterior se añade también la cooperación conjunta que se desarrolla actualmente entre entidades científicas y biotecnológicas de ambos países en cuanto a la investigación y el desarrollo de nuevos productos y medicamentos relacionados con la COVID-19, la cual presenta perspectivas muy promisorias.


¿Cuálessonlos principales temas de enfoque para Cubacon respecto a las “dos sesiones”?


Pereira:Un rasgo distintivo del liderazgo chino ha sido su demostrada capacidad de volver sobre lo hecho en una nueva mirada hacia el futuro. Sin dudas, estas “dos sesiones”, que tienenlugar en medio de la batalla contra la COVID-19 que aún no termina, permiteevaluar y conocer no sólo los resultados de la lucha contra el virus sino también la proyección de China para perfeccionar los mecanismos de gestión relacionado con las emergencias sanitarias y otras prioridades económicas y sociales del país.

En un reciente artículo publicado en la prensa china, el presidente Xi Jinping afirmó: “cuanto más severo y complicado sea el entorno de desarrollo, más decidida y profunda tendrá que ser la reforma”. En esa misma intervención, se resaltaron las buenas experiencias acumuladas por el PCCh y las ventajas del socialismo en China durante la batalla librada en materia de prevención y control de la epidemia, pero también se revisaron y aprobaron nuevas directrices para el perfeccionamiento del sistema de emergencias sanitarias, la profundización de la reforma del sistema sanitario, y en particular de la supervisión del fondo de seguridad médica, y la implementación de importantes medidas de reforma aprobadas por la IV Sesión Plenaria del XIX Comité Central del PCCh para el periodo 2020-2021.

Es de esperar que en esa mirada de futuro el tratamiento de importantes prioridades como la salud pública, la biotecnología, la alimentación, la energía, las finanzas, las redes, la prevención y preparación ante desastres, la gobernanza social y el desarrollo y la seguridad en general, así como las nuevas medidas relacionadas con la profundización integral de la reforma, en correspondencia con los nuevos requisitos de desarrollo económico y social.

Al tratarse del último año del XIII Plan Quinquenal, contempla la materialización de importantes metas económicas y sociales, en particular la reducción de la pobreza extrema y la sociedad Xiaokang, resulta de mucho interés conocer más detalles sobre los avances de China en este sentido y los nuevos pasos y metas que se fijarán hacia el futuro. Hemos venido dando seguimiento al liderazgo de la Comisión Nacional de Salud en el enfrentamiento a la epidemia y su impacto, la proyección de los indicadores y metas previstos para este año y también para el venidero XIV Plan Quinquenal. Como es habitual, esde gran interés la discusión del informe sobre la labor del Gobierno que presentará el premier Li Keqiang, así como informes relevantes de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el Ministerio de Finanzas, el Tribunal Popular Supremo, la Fiscalía Popular Suprema, la Comisión Nacional de Supervisión.


La construcción de una sociedad modestamente acomodada en China se completará en el año 2020 y ganar la batalla contra la pobreza seráunatareapara completar este objetivo. En China el número de personas en condiciones de pobreza disminuyó de 98,99 millones registradas en el año 2012, a 5,51 millones a finales de 2019. El recuento de pobreza se redujo del 10,2 por ciento a 0,6 por ciento durante el mismo período, y la pobreza regional general ha sido básicamente erradicada. ¿Cómo evalúa usted el trabajo delalivio de la pobreza en China? ¿Puede utilizase la experiencia china como referencia para Cuba?


Pereira:Los datos expuestos en su pregunta son ya de por sí reveladores del enorme esfuerzo realizado. Según las estadísticas del pasado año, 11,09 millones de pobres rurales en el país elevaron su calidad de vida, superando nuevamente el umbral de los 10 millones por séptimo año consecutivo. Se trata, sin lugar a dudas, de un logro sin precedente, que a nuestro juicio refleja la firme voluntad política del PCCh, del liderazgo chino y de toda la sociedad china de mantener inalterable el cumplimiento de esas metas, no solo en el actual contexto de COVID-19, sino a lo largo del proceso de reforma y apertura iniciado en 1978.

Refleja también la capacidad del PCCh y del gobierno a todos los niveles y regiones del país, de articular políticas estratégicas de forma integral, con un enfoque transversal y planificado, donde se han logrado los aportes y contribuciones de todas las entidades estatales y no estatales (políticas, económicas, financieras, sociales, empresariales, étnicas, religiosas), bajo la conducción del PCCh y del gobierno central en función de un mismo objetivo. Asimismo, confirma el profundo acento social que el actual liderazgo chino ha impreso en su agenda de gobierno, en aras de resolver las necesidades del pueblo, elevar constantemente su calidad de vida, resolver los desequilibrios en los niveles de desarrollo entre las zonas rurales y urbanas, y entre las regiones del Oeste y el Este del país.

Por tanto, se trata de dar cumplimiento a objetivos muy relevantes en medio también de celebraciones históricas como la del centenario de la fundación del PCCh. Aún en medio del combate contra la COVID-19, hemos sido testigos de la elevada prioridad que la dirección china ha otorgado al cumplimiento de estas metas en sus recorridos por las regiones del país, sobre todo en aquellas donde aún viven grupos sociales vulnerables, en los que se requiere continuar realizando los mayores esfuerzos para sacarlos de la pobreza.

La batalla y los esfuerzos que China ha venido realizando en pos de este objetivo concitan la admiración y el respeto de todos los cubanos, que apreciamos los éxitos de China como propios. Cuba, a pesar de la hostilidad incesante y sin precedentes del gobierno de EEUU y de la guerra económica que éste nos impone, tampoco desiste en su empeño de materializar las metas económicas y sociales que se ha propuesto en aras de construir una nación independiente, soberana, socialista, democrática, próspera y sostenible.

F/S

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