Cómo la clasificación de Bloomberg ha desatado las risas a nivel internacional
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Se ha hablado mucho en las últimas semanas de la llamada Clasificación de Resiliencia ante la COVID de Bloomberg, en la que este medio de noticias con base en los EE. UU. colocó a los propios EE. UU. a la cabeza como aparentemente el “mejor” y “más resiliente” lugar del mundo durante la pandemia.
Cuando ya se ha señalado que la escala de muertes contabilizadas y los casos confirmados en EE. UU., la rápida expansión de la variante Delta y la distribución desigual de vacunas dejan patente este total sinsentido, y con Bloomberg, por el contrario, centrándose en un enfoque de “negocios y viajes”, ¿cómo han sido recibidos, no obstante, este artículo y el vídeo que lo acompaña por las audiencias internacionales de todo el mundo?
A colación de los comentarios del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, quien acusó a este artículo de ser una “treta infantil”, un estudio realizado por CTR Market Research ha comprobado que la mayoría de la audiencia a nivel global considera esta clasificación como una “broma”.
Para empezar, la presentación en vídeo del estudio recibió mucho menos interés que otros temas publicados por Bloomberg. Después de lo comentado por Zhao, las visualizaciones llegaron al mismo nivel que otros hilos periodísticos normales. Sin embargo, el análisis encontró que, entre aquellos que respondieron al vídeo, las respuestas fueron casi exclusivamente negativas. Los votos negativos representaron el 78 por ciento. De las 171 respuestas al vídeo en los comentarios, 73 por ciento de ellas tenían igualmente una connotación negativa.
Después de investigar el tono de estas respuestas negativas, el estudio encontró que las palabras “broma”, “falso” y “vergonzoso” se contaban entre las más usadas, mostrando la desconfianza de los usuarios acerca del vídeo. Solo hace falta echar un vistazo a las respuestas con el mayor número de “me gusta”: “¡Este país tiene 600.000 fallecidos por COVID, y alcanza el primer puesto de la lista! ¡Menuda broma!”, “¿Es esta clasificación una broma? ¿A quién están intentando convencer o apoyar con este tipo de clasificación? ¿A los republicanos?”. Otros también señalaron que, aunque China ha mantenido bajo control la COVID-19 desde hace más de un año, las “noticias positivas” sobre este país se habían censurado.
El análisis también buscaba investigar cuáles eran los países que habían compartido o citado el artículo de Bloomberg en sus propios reportajes de noticias para medir qué tan bien había sido recibido. Se encontró que esto solamente incluía a los Estados Unidos, Corea del Sur, Malasia, Filipinas, Israel, Nueva Zelanda, Argentina y Turquía.
Estos ocho países solo constituían el 15 por ciento del conjunto de los listados en la clasificación de Bloomberg, lo que da muestra del desinterés hacia el artículo a nivel internacional. Newshub, de Nueva Zelanda, cuestionó de igual modo la credibilidad de los datos, dado que Nueva Zelanda ha evitado con frecuencia brotes importantes de COVID-19 y fallecimientos a gran escala, lo que hace que sea extraño que Australia se situara más arriba en la clasificación.
En este caso, ¿tiene alguna credibilidad el estudio de Bloomberg? ¿O alguna base en la realidad? La respuesta es, francamente, que esta declaración de “resiliencia” es una extensión de la propaganda corporativa de los EE. UU. En un estudio centrado en la COVID, los medios de comunicación norteamericanos no le dan mucho peso a factores humanitarios o de salud, retratando situaciones como los estrictos controles, los confinamientos y las restricciones en las fronteras como indicadores “negativos”, en oposición al bienestar de su población.
En este caso, la respuesta a un estudio como este nos descubre que el mundo, en su mayor parte, no ve a los Estados Unidos como un país que haya gestionado de forma seria la pandemia. Los hechos, de forma bastante clara, hablan por sí mismos.
Mientras Bloomberg trata de ocultar esto, ser el primer país en abrirse a expensas totales de la precaución y de la consideración por las vidas humanas no es un signo de fuerza. Es un signo de caos, negligencia y desastre. La batalla estadounidense contra el virus obviamente aún no ha acabado, y ahora estamos empezando a ver cómo esto se materializa.
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