La cooperación entre China y los países de Europa Central y Oriental es un modelo a seguir en la lucha contra la COVID-19
Desde el inicio de la crisis sanitaria de COVID-19, China y los países de Europa Central y Oriental han mostrado una estrecha cooperación y siempre han desempeñado un papel activo en la salvaguardia de la salud de sus pueblos, al tiempo que han continuado garantizando el buen funcionamiento de la cadena industrial y la cadena de suministro, contribuyendo así a la cooperación internacional contra la epidemia.
En febrero de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 estaba en su apogeo en China, un coro de niños de Rumania cantó canciones chinas para animar a China, gesto que conmovió a innumerables chinos. En marzo, China presentó sus experiencias en la lucha contra la pandemia en una videoconferencia con los 17 países de Europa Central y Oriental. Luego, China envió 36 grupos de expertos médicos a Europa Central y Oriental. En 2020, un total de 12.406 trenes de mercancías operaron entre China y Europa, un 50 por ciento más que el año anterior. Los materiales contra la pandemia de COVID-19 fueron transportados a Europa en estos trenes.
En el contexto de una nueva ola de la epidemia, la vacuna se ha vuelto estratégica para todos los países que quieren aliviarse de la epidemia lo antes posible y abordar el tema del desarrollo. Sin embargo, en algunos países occidentales se ha observado el “nacionalismo de las vacunas” y el egoísmo, lo que ha creado la brecha entre ricos y pobres. El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo sin rodeos: “El mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral".
Para promover la distribución equitativa de vacunas y la cooperación internacional, China proporcionó un millón de dosis de vacuna a Serbia, que tiene una población de 7 millones. Serbia se ha convertido así en el país europeo con la tasa de vacunación más alta. Según Reuters, la agencia reguladora de medicamentos del gobierno húngaro aprobó el uso de la vacuna desarrollada por Sinopharm el 29 de enero, mientras que el primer ministro húngaro, Orbán Viktor, dijo que elegiría la vacuna china porque tiene fe en ella.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo el 3 de febrero que, a petición de la OMS, China decidió proporcionar 10 millones de dosis de vacuna a COVAX, para satisfacer las necesidades urgentes de los países en desarrollo. Al mismo tiempo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la canciller alemana Angela Merkel y su ministro de Salud, Jens Spahn, así como funcionarios del gobierno francés han expresado sucesivamente su apoyo a las vacunas chinas. Esto demuestra que la cooperación entre China y los países de Europa Central y Oriental ha hecho que la UE está dispuesta a abandonar los prejuicios, promover la despolitización de la vacuna y a prevenir la epidemia.