¿Qué revela "vidas diferentes frente a la misma enfermedad"?
Según los datos de los CDC del día 11 de enero, se han distribuido casi 25,5 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19 en los estados de EE.UU., y casi 9 millones de personas han sido vacunadas hasta ahora. La tasa de vacunación de tan solo el 35,3 por ciento del total de las vacunas distribuidas es muy baja para alcanzar la meta de vacunar a 20 millones de personas establecida para finales del año pasado. La vacuna se considera como el arma definitiva para que la humanidad derrote al nuevo coronavirus. Sin embargo, frente a la pandemia, la cuestión de quién puede ser vacunado primero y obtener protección inmunológica en primer lugar no es solo una elección médica, sino que también es una cuestión política importante.
Los datos de la Universidad Johns Hopkins muestran que más de 27.000 personas en EE.UU. murieron por la neumonía de la COVID-19 solo en los primeros 10 días de 2021, y a este ritmo, habrá más muertes en enero que en cualquier otro mes anterior. Según el plan de los CDC, los 21 millones de trabajadores que trabajan en los principales hospitales y centros de salud, así como los 3 millones de ancianos que viven en centros de atención a largo plazo, son los primeros candidatos para recibir la vacuna contra la COVID-19. Sin embargo, después de que la vacuna estuviese disponible, mucha gente vio en los informes públicos que aserciones como "la Casa Blanca primero", "los ricos primero" o "los que tienen enchufe primero" se confirmaban en muchos casos. Dicha desigualdad ha desgarrado una vez más a una sociedad estadounidense muy dividida.
Hace unos días, una noticia del New York Times reveló que estadounidenses de clase alta se habían reunido en un asilo de ancianos de Florida para obtener la vacuna contra la COVID-19, entre ellos figuraban miembros del Palm Beach Country Club, un elitista y exclusivo club. Mientras tanto, el Washington Post informó que el senador Lindsey Graham twiteó una foto poniéndose la vacuna, lo cual desató protestas que aseguraban que "mientras que los miembros del Congreso reciben su vacuna y sonríen ante la cámara, un americano muere debido a este virus cada minuto". La presidenta de la Asociación de Enfermeras de Carolina del Sur, Kelly Bouthillet, afirmó que la vacunación del senador fue como una "bofetada en la cara" para las enfermeras y otros profesionales médicos que todavía están esperando sus vacunas.
Usando la analogía del hundimiento del Titanic en 1912, el columnista Petula Dvorak dijo que los miembros del parlamento que fueron los primeros en ser vacunados eran como "los pasajeros de primera clase" que escaparon del Titanic en botes salvavidas, mientras que detrás de ellos, "la gente de tercera clase estaba al borde de la muerte". Glenn Ellis, académico visitante del Centro Nacional de Investigación Bioética y Cuidado de la Salud de la Universidad de Tuskegee, lo disecciona desde una perspectiva más profundamente política, "Vivimos en un sistema basado en el poder y el privilegio que impregnan casi todos los rincones de la sociedad, y no hay razón para decir que la vacunación será diferente".
En 1776, cuando EE.UU. adoptó la Declaración de Independencia, el principio de que "todos los hombres son nacidos iguales" se convirtió en la base de la fundación del país. Más de doscientos años después, se ha demostrado que este valor tan admirado y divulgado no es más que una mentira de "buenas intenciones" de cuentos de hadas. Frente a la vida y la muerte, detrás de las "diferentes vidas para la misma enfermedad" hay desigualdades, y esto también es solo un pequeño fragmento de la tragedia que se resume en "la vida es así".
Anteriormente, el director del Servicio de Salud Pública de EE.UU., Jerome Adams, confesó que las minorías tenían más probabilidades de sufrir de presión arterial alta, cáncer, diabetes y otras enfermedades antes de la COVID-19, y el nuevo coronavirus no hizo más que revelar aún más esta desigualdad racial existente por largo tiempo. En mayo, el Washington Post señaló: "Este es un asesinato autorizado por el Estado....... Está sacrificando deliberadamente a los ancianos, obreros, negros y latinos". El profesor de sociología de la Universidad de Princeton, Shamus Khan, dijo con preocupación que las "excepciones" pronto se convertirán una tras otra en la nueva "regla del juego" que contará a la gente común y corriente como víctimas.
Otro asunto semejante es el movimiento social "Black Lives Matter" que ha estado en auge en EE.UU. e incluso en todo el mundo occidental últimamente. Se puede decir que una serie de disturbios sociales intensificados ha recordado repetidamente a los que están en el poder que el darwinismo social no es el camino de la evolución humana, ni mucho menos la dirección del progreso humano. Para resolver el problema del nuevo coronavirus, la crisis económica y otros grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad, se necesita mantener el concepto de comunidad de destino común, dejar de las limitaciones del aislamiento y las divisiones, así como unir la humanidad como un todo. Las vacunas, por ejemplo, deberían ser un producto público mundial en vez de un talismán para los ricos y poderosos o para los países ricos. La igualdad, la justicia y la accesibilidad son sus atributos básicos.