Reportaje de fin del año: buscar oportunidades en medio de la crisis y abrazar el 2021 con certeza

El año 2020 que está a punto de terminar ha sido un año extremadamente especial, de cisnes negros y rinocerontes grises, un año de caos y pánico, y un año en el que la economía mundial ha estado agitada. El Diccionario de Oxford lo ha denominado "un año sin palabras", y la revista Time ha puesto una gran cruz roja en su portada para el año 2020 y lo ha calificado como "el peor año".

A principios del año, el nuevo coronavirus atacó desprevenidamente a los países y obligó a la humanidad a entrar en una y otra "isla". Se cerraron ciudades, se interrumpieron vuelos, empresas se declararon en quiebra, los precios del petróleo se desplomaron, las finanzas sufrieron agitaciones; recapitulando, un siglo de cambios se mezcló con la epidemia, los desastres naturales y los provocados por el hombre se entrelazaron entre sí, las teorías de conspiración y las teorías de culpabilizar se difundieron. El japonés Asahi Shimbun dijo que la cooperación internacional entró en la era de invierno. Los datos de las Naciones Unidas muestran que de 2020 a 2021, la pérdida acumulada de la producción económica mundial ascenderá a 8,5 billones de dólares, lo que borrará casi todo el crecimiento de los últimos cuatro años.

Nuevas oportunidades nacen en medio de la crisis y la nueva situación proviene del medio del cambio. La guerra popular, la guerra general y la guerra de interdicción de la prevención y el control de la epidemia de China han movilizado y activado todas las células del gobierno con el concepto de que la gente es lo primero. En poco más de un mes, la propagación de la epidemia fue contenida inicialmente; en unos dos meses, los nuevos casos diarios se mantuvieron dentro de un solo dígito; en unos tres meses, se logró la victoria de la defensa de Wuhan y se controló finalmente la epidemia aparentemente invencible.

En su lucha contra la epidemia, China ha puesto en marcha la operación humanitaria mundial más concentrada, más amplia y de mayor escala desde la fundación de la República Popular China, prestando asistencia a más de 150 países y a 9 organizaciones internacionales en la lucha contra la epidemia, enviando 36 equipos de expertos médicos a 34 países necesitados y proporcionando más de 200.000 millones de máscaras, 2.000 millones de equipos de protección individual y 800 millones de equipos de pruebas a diversos países. China ha dado un impulso constante a la prevención y el control de las epidemias mundiales, ilustrando vívidamente su papel de gran potencia en la promoción de la construcción de la comunidad de destino común. El Secretario General de las Naciones Unidas, Guterres, ha señalado que China es el pilar del multilateralismo y desempeña un papel cada vez más importante en los asuntos internacionales y regionales.

"El peligro y la oportunidad siempre coexisten, y la superación del peligro es la oportunidad", dijo el presidente chino Xi Jinping durante una visita a la provincia de Zhejiang en abril. Él subrayó la necesidad de profundizar el análisis, valorar los pros y contras en general, conocer el cambio con precisión, adaptarse científicamente al cambio, buscar de forma positiva el cambio, y ser experto en captar y crear oportunidades de las crisis y las dificultades al frente.

Aunque la epidemia puede detener temporalmente el proceso de desarrollo, no puede cambiar los cimientos de la economía china para que siga mejorando, y mucho menos invertir la aspiración del pueblo chino a una vida mejor. Tras sufrir un crecimiento negativo del 6,8% en el primer trimestre, la economía de China tocó fondo y se recuperó con un 3,2% en el segundo trimestre y un 4,9% en el tercero, logrando perfectamente una inversión en forma de "V". Según el cálculo del FMI y el Banco Mundial, China será la única gran economía del mundo que ha crecido más de un 2% durante el año.

Con una mirada retrospectiva, la nueva crisis de la COVID-19 de este año fue aproximadamente similar a la crisis del SARS en 2003 y al tsunami financiero de 2008, cuando la economía de China también se deprimió primero y luego se recuperó, lo que demuestra la capacidad de recuperación y la fuerte resistencia al riesgo de la economía china.

Durante el año, la fuerte recuperación económica de China ha tenido un enorme efecto positivo al mundo, haciendo que el volumen de negocios de muchos bienes de consumo extranjeros vuelva rápidamente a los niveles anteriores a la epidemia. En el mercado del automóvil, por ejemplo, el periódico alemán Handelsblatt informó que solo en el tercer trimestre, los clientes chinos compraron 224.000 automóviles de pasajeros de Mercedes-Benz, con un aumento del 23% interanual, mientras que las ventas de automóviles de BMW en China aumentaron un 30% en el mismo período. Marcel Freitscher, director del Instituto Alemán de Investigación Económica, dijo que era totalmente posible que China se convirtiera en la locomotora de la economía mundial, al igual que lo hizo después de la crisis financiera de hace diez años.

El Ministerio de Comercio de China predice que se espera que las importaciones y exportaciones totales de China alcancen unos 32 billones de yuanes este año, un 30% más que en 2015, lo que equivale a que cada minuto 60 millones de yuanes de mercancías entren y salgan del país. Frente a la epidemia, China está abriendo el mayor mercado del mundo, lo que consolida aún más su posición como el segundo mercado de importación más grande del mundo. Recientemente, la OCDE publicó el informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial, en el que se concluye que la taza de contribución de China al crecimiento económico mundial superará un tercio.

No hay invierno que sea insuperable y no hay primavera que no llegue. Nos estamos acercando a 2021 y una serie de nuevas vacunas, incluidas las vacunas chinas, están llegando al mercado en varios países. Tal vez las muchas incertidumbres que llenaron el 2020 vuelvan en el nuevo año. Tanto la práctica china en la lucha contra el COVID-19 como su recuperación económica después de la epidemia, son claros indicios de que la medida científica, la solidaridad y la cooperación, así como la certeza de que el destino humano es común, son las únicas reglas para que la humanidad supere todas las dificultades, y la cuestión de si esto se convertirá en un consenso mundial se dejará sin duda a la humanidad de 2021.