Occidente debería comprender de forma objetiva a las empresas estatales de China

Las empresas estatales son como el "pilar" y la "piedra angular*" para la economía nacional de China. En este año se ha visto un buen ejemplo: las compañías estatales tomaron la iniciativa en la reanudación del trabajo y la producción, y algunas se cambiaron temporalmente a la producción y proporcionaron los suministros que se necesitan con urgencia para la prevención y el control de la epidemia. Impulsadas por la asistencia de compañías estatales, un gran número de pequeñas y medianas empresas privadas pudieron superar las dificultades. Además, las cadenas industriales y de suministros se mantuvieron estables y la economía de China tomó la delantera en una fuerte recuperación, realizando una enorme contribución a la economía mundial.

Algunas personas de los países occidentales todavía tienen prejuicios contra las empresas estatales de China. Es una discriminación contra el sistema económico básico de China con la propiedad pública, y una falta de conocimiento sobre China. Esto está relacionado con el neoliberalismo que es la ideología occidental predominante, que promueve el pequeño gobierno y la privatización.

Durante décadas, la privatización y la nacionalización se habían alternado en Europa, y todavía existen un gran número de empresas estatales en Europa. Dos operadores de telecomunicaciones, Proximus de Bélgica y Swisscom de Suiza, están controlados por el estado, y otros como Deutsche Bahn y Belfius Bank en Bélgica son de propiedad estatal. En Francia, las empresas estatales tienen una gran influencia en la economía nacional y representan casi el 30% de la economía del país. Airbus, el Grupo Renault y el grupo Areva son empresas de propiedad estatal también en este país. En lo que respecta a los EEUU, según el "Informe sobre el tamaño y la distribución sectorial de las empresas estatales" publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en 2017, en los Estados Unidos había 16 empresas estatales de nivel federal con 530.000 empleados en 2015.

Debido al prejuicio o la falta de comprensión, algunas personas especularon deliberadamente que las empresas estatales chinas "reciben los subsidios a gran escala", lo que provoca distorsiones en la competencia del mercado.

Los subsidios son una herramienta de política común para que los gobiernos hagan frente a las fallas del mercado y corrijan los desequilibrios del desarrollo. Los países desarrollados como los de Europa o Estados Unidos han sido los principales usuarios de las políticas de subvenciones.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) divide las subvenciones en tres categorías. La primera de estas tres categorías es la que constituye las subvenciones prohibidas como las subvenciones a la exportación y las subvenciones a la sustitución de importaciones. La segunda, las subvenciones recurribles, que son aquellas que dan lugar a la aplicación de derechos compensatorios, siempre que el país reclamante demuestre que tienen efectos desfavorables para sus intereses. Y, en tercer lugar, las subvenciones no recurribles, que no causan comercio desleal.

China ha eliminado las subvenciones prohibidas. Las subvenciones son principalmente subvenciones no recurribles, complementadas por subvenciones recurribles. El propósito de los subsidios es fomentar la protección del medio ambiente y la conservación de la energía, apoyar la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica y promover la reestructuración empresarial.

Por ejemplo, con el fin de apoyar la reestructuración y la transformación empresarial, el gobierno chino proporciona los premios y fondos de subvenciones especiales, enfocándose en la desviación y colocación de personal y capacitación en el proceso de reducción de sobrecapacidad en las industrias. Esto pertenece a las subvenciones no recurribles. Además, China informa periódicamente a la OMC sobre la revisión, el ajuste y la aplicación de las leyes y reglamentos relacionados con las subvenciones. Ya sea por el nivel de subvención, el método de subvención o la transparencia suya, China cumple con las reglas de la OMC y no excede el alcance. Una serie de resoluciones de la OMC han demostrado que China no ha provocado distorsiones del mercado ni competencia desleal. El ex director general de la OMC, Pascal Lamy, elogió que China ha cumplido íntegramente sus compromisos con la OMC.

Las empresas estatales son una de las áreas clave en una serie de negociaciones de libre comercio recientes. Los acuerdos contienen artículos especiales sobre empresas estatales, como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) y el Acuerdo de Libre Comercio de Vietnam (EVFTA), entre otros. Algunas opiniones públicas vierten que esto puede ser un movimiento para contener a China en el campo del comercio. No hace mucho, el gobierno chino lanzó esta señal: China considera activamente unirse al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP). Esto muestra que el gobierno chino no considera a las empresas estatales como un obstáculo para las negociaciones, sino que, al contrario, acelerar la reforma de las empresas estatales es una parte importante de la profundización integral de la reforma de China. La adhesión al CPTPP y a otros acuerdos de libre comercio está en coincidencia con la dirección de reforma de China. Durante el proceso de negociación, la presión externa puede transformarse en una fuerza impulsora. Es demasiado pesimista la opinión de que las empresas estatales chinas son incompatibles con el CPTPP y otros acuerdos. Un gran número de empresas estatales chinas destacadas que participan en una competencia leal han surgido en el mercado internacional y, a medida que se profundice la reforma de las empresas estatales, habrá cada vez más empresas de este tipo.

（Tian/Pilar）