40º aniversario de la Zona Económica Especial de Shenzhen: una práctica exitosa del socialismo con características chinas

A principios de la década de los 80 del siglo pasado, China abrió un nuevo capítulo en la historia del desarrollo con el establecimiento de Zonas Económicas Especiales en las ciudades costeñas como Shenzhen, Zhuhai, Shantou y Xiamen. Los objetivos de dichas zonas económicas especiales son para atraer capital y tecnología, capacitar talentos, impulsar la industrialización, fomentar contactos con compatriotas en Hong Kong, Macao y Taiwán, y crear un nuevo puente con el mundo.

Después de 40 años, Shenzhen se conviertió en un pionero de este exitoso experimento que consolidó el camino del socialismo con características chinas, y llegó a ser un ejemplo exitoso de la transición del modelo de desarrollo económico. Con la urbanización completa, Shenzhen es un referente no solo por su espíritu pionero en el proceso de apertura del país, sino que también un lugar que no se detiene de desarrollar e innovar.

De manera ininterrumpida 1993, la escala de exportación de Shenzhen ha ocupado el primer lugar entre las ciudades grandes y medianas de China. Hoy, Shenzhen cuenta con miles de empresas de tecnología, así como con muchas marcas independientes con influencias internacionales, como lo son BYD en el campo de los vehículos eléctricos o Huawei y ZTE en el campo de tecnologías de la información y comunicación. Shenzhen se ha convertido en uno de los centros de innovación tecnológica de China. El 26 de enero de 1984, durante la inspección en Shenzhen, Deng Xiaoping escribió: "El desarrollo y la experiencia de Shenzhen han demostrado que nuestra política de establecer zonas económicas especiales es correcta".

A medida que recordemos los desafíos que China ha enfrentado en los campos político, económico y social en las últimas cuatro décadas, podremos medir mejor el significado e impacto positivo de estos logros.

A fines de la década de 1970 y principios de la de 1980, bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, China buscó nuevas formas de promover el desarrollo. El líder chino se dio cuenta de que solo mediante el desarrollo de las fuerzas productivas y el aumento de la riqueza era posible satisfacer el deseo de la gente hacia una vida mejor. Pero para lograrlos, primero se debía romper la barrera espiritual que obstaculizaba los avances en innovación. Así, la emancipación de la mente y la búsqueda de la verdad en los hechos que propuso Deng Xiaoping son las ideologías rectoras para romper esta restricción, despertar la creatividad de la gente y promover la reforma y la apertura.

Para desarrollar eficazmente las fuerzas productivas y lograr la modernización de la industria, la agricultura, la defensa nacional y la ciencia y la tecnología, Deng Xiaoping consideró que el desarrollo de China debía estar vinculado a la vitalidad de la economía mundial, y que siempre se debían proteger los beneficios del país y del pueblo.

El establecimiento de zonas económicas especiales fue una decisión crucial para realizar la transformación de China, transformándose en una práctica exitosa del socialismo con características chinas bajo el liderazgo del Partido Comunista de China.

Escrito por José Medeiros da Silva, Doctorado en Ciencias Políticas, profesor brasileño de la Universidad de Estudios Internacionales de Zhejiang.