De “Primavera Árabe” a la “Primavera de Estados Unidos”

CRI 2020-06-07 15:12:16
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La muerte de George Floyd desencadenó una serie de revueltas a gran escala en los Estados Unidos. En varias ciudades la escalada de manifestaciones continúa e incluso se handado bajas, incendios y disparos. Frente a una situación cada vez más fuera de control, el presidente Donald Trump dijo en un discurso televisado nacional que invocaría la "Ley de Rebelión" para movilizar a "miles de militares en servicio, armados hasta los dientes" para sofocar las protestas, lo que escandalizó al público. A muchos estadounidenses estos hechosles recuerda a la "Primavera Árabe" ocurrida en los países del norte de África hace diez años y consideran que aquella crisis se ha trasladado a su continente.

Es bien sabido que durante demasiado tiempo Estados Unidos ha utilizado los derechos humanos como excusa para interferir en los asuntos internos de otros países, promover la democracia a su estilo, provocar disturbios en otros países y subvertir a sus disidentes. La administración de George Walker Bush planificó "Revoluciones de Colores" en Ucrania y otros países. Más tarde, Barack Hussein Obama creó la "Primavera Árabe" en Túnez y Egipto, entre otras naciones. Hoy, los Estados Unidos está interfiriendo directamente en los asuntos internos de países como China, Rusia, Irán y Venezuela. Mirando hacia atrás a la "Primavera Árabe" hace diez años, esta catástrofe que eventualmente se convirtió en el "Invierno Árabe" destruyó el orden social originalmente estable de los países del Medio Oriente y África del Norte, y muchos de ellos cayeron en el caos. El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, se ha quejado dolorosamente de que los disturbios en Siria, Irak, Libia y Yemen han causado 900 mil millones de dólares de pérdidas en infraestructura, más de 1.4 millones de muertes y más de 15 millones de refugiados.

En la protesta contra la propuesta de ley de fugitivos en Hong Kong en 2019, los políticos estadounidenses aplicaron los mismos trucos. Se reunían con frecuencia con figuras de la oposición y planificadores de la violencia en Hong Kong. Por un lado, calificaron los esfuerzos del Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong y la policía para detener los disturbios y la violencia como "represión violenta". Por otro lado, dieron calificativos especiales a los levantamientos violentos como "en busca de la libertad y la democracia". El presidente de la Cámara, Nancy Pelosi, también calificó los disturbios como "un hermoso paisaje". Por el contrario, frente a las protestas locales, la actitud de muchos políticos estadounidenses ha evidenciado la esencia del "doble rasero". Por ejemplo, el senador Tom Cotton amenazó en Twitter con usar cinco fuerzas de élite de respuesta rápida de los Estados Unidos, incluida la 101 División Aerotransportada, para tratar con los "terroristas" manifestantes. "The Huffington Post" informó que el senador Marco Rubio había cuestionado a estos manifestantes estadounidenses diciendo que estas personas no son manifestantes reales y los calificó de instigadores políticos profesionales. Sin embargo, fue este republicano quien presentó La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong y quien también acusó inescrupulosamente a la policía de "usar la violencia para reprimir a los manifestantes".

"Examínate a ti mismo cuando encuentres dificultades en la vida." El "doble estándar" estadounidense no solo revela la hipocresía de sus políticos, sino que también expone a los diplomáticos estadounidenses en el extranjero como una vergüenza colectiva. Hace unos días, el sitio web de "POLÍTICO" de Estados Unidos publicó un artículo llamado "El oponente está feliz de ver el caos en los Estados Unidos, pero los diplomáticos estadounidenses están desesperados", citando a Molly Montgomery, ex diplomática que estuvo en Afganistán, Bosnia y Herzegovina, quien aseguró: "Nuestros diplomáticos están acostumbrados a expresar su preocupación por las violaciones de los derechos humanos en otros países. Hoy en día, los gobiernos extranjeros les piden que expliquen nuestra posición. Para muchos diplomáticos que promueven los valores estadounidenses en el extranjero, es un momento triste y digno de reflexionar. " De hecho, no sólo los diplomáticos de los Estados Unidos sino también muchos aliados cercanos están en una situación penosa. Recientemente, en una rueda de prensa, se le preguntó al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, cómo veía la fuerte acción a los manifestantes por parte de los Estados Unidos. Frente a la cámara, Trudeau se quedó sin palabras y permaneció en completo silencio durante 21 segundos.

Como reza el dicho chino, quien juega con fuego se quema. Estados Unidos, que durante muchos años ha intentado instigar a la confusión de otros países, ahora está probando el fruto amargo que ellos mismos han aplicado. Para aquellos políticos estadounidenses que transmiten la crisis al mundo exterior y evitan deliberadamente los conflictos internos, jugar con el "doble rasero" no resolverá los problemas arraigados de la discriminación racial y la violenta ejecución de la ley de la policía, ni hará que su país prospere, sino que puede ser devastador por la feroz ira provocada por la injusticia social.

(Ying, Karina)



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