Reconfiguración de cadena industrial mundial seguirá leyes económicas tras el fin de pandemia
El ex Secretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, indicó hace unos días que cuando termine la pandemia, el mundo ya no será el mismo. El célebre economista, Thomas L. Friedman, incluso dividió la línea mundial de tiempo a “Antes de COVID-19 y Después de COVID-19”. Por lo tanto, se puede ver cómo la pandemia COVID-19 ha afectado al mundo.
En primer lugar, bajo el contexto de la globalización, las cadenas industriales están interconectadas, y la situación estrecha de la economía de cada país ha quedado en evidencia ante la pandemia. Tomando la industria vehicular como ejemplo, la demora en la reanudación del trabajo en el área automotriz dentro de China ha causado la suspensión de algunas líneas de producción de motor originalmente suministradas al mercado chino de Toyota en Japón. Según el Consejo de Europa, cuando se reduce por cada 10 mil millones de dólares estadounidenses en producción manufacturera en China, la producción y las ventas de otros países del mundo se ven afectadas en 6,7 mil millones de dólares. Siendo la fábrica mundial, la fluidez de la cadena industrial de China está directamente relacionada con el éxito o el fracaso de la lucha global contra la pandemia y las perspectivas de desarrollo de la economía mundial.
En las dos sesiones de este año en China, el Informe sobre la Labor del Gobierno declaró que, ante los cambios en el entorno externo, debemos expandir inquebrantablemente la apertura, estabilizar la cadena industrial, fortalecer la cadena de suministros, y promover la reforma y el desarrollo a través de la apertura. Con el revés de la situación epidémica, China ha reanudado el trabajo y la producción, tomando las riendas de cadena industrial y de suministro lo que ha generado un alivio enorme de la situación. En tono a materiales estratégicos, como las mascarillas, por ejemplo, la producción diaria de máscaras chinas ha aumentado de 8 millones a 116 millones en solo un mes, lo cual demuestra la flexibilidad de la cadena de suministro industrial de China.
En segundo lugar, las medidas unilateralistas y proteccionistas de algunos políticos estadounidenses no pueden cambiar las leyes fundamentales inherentes a la disposición de la cadena industrial. Por un lado, los Estados Unidos ha bloqueado las empresas de alta tecnología de China, como Huawei, con el poder de todo el país, y tiene la intención de utilizar medios administrativos para interferir fuertemente con la cadena industrial global y cerrar las operaciones de producción de Huawei. No hace mucho tiempo, la compañía japonesa de encuestas profesionales Fomalhaut Techno Solutions desmanteló y analizó el teléfono móvil Huawei Mate 30 con tecnología 5G, y descubrió que la proporción de las piezas de repuesto de fabricación nacional se incrementó significativamente en 16,5 puntos porcentuales en comparación con las fechas previas al lanzamiento de la "Lista de entidades", y la proporción de las piezas de repuesto de EE. UU., las cuales se disminuyeron del 11,2% anterior al 1,5%. El economista estadounidense David P. Goldman cree que desde que Washington prohibió la exportación de chips a ZTE, la des-americanización de la cadena de suministro ha sido la palabra de moda en la industria de los semiconductores.
Por otro lado, Larry Kudlow, presidente del Comité Económico Nacional de la Casa Blanca, pidió públicamente en abril a las compañías estadounidenses que se retiraran del mercado chino, incluso dijeron que estaban dispuestos a reembolsar completamente los costos del retiro a fin de eliminar las ventajas de la cadena industrial de China. Pero para las empresas, los cálculos de los políticos obviamente no corresponden a la lógica comercial y sus intereses. Stephen S. Roach, economista de la Universidad Yale y ex presidente de Morgan Stanley Asia, cree que el llamado retorno de la cadena industrial conducirá a un aumento en los costos de producción y consumo, lo que tendrá un impacto negativo significativo en el crecimiento económico global y violará por completo al modelo de la ventaja comparativa desarrollado por David Ricardo. Los hechos también han demostrado que incluso durante la pandemia, hay muchas empresas estadounidenses que se están desplegando en el mercado chino. Starbucks anunció que construirá un parque industrial de innovación del café en la ciudad Kunshan, la provincia de Jiangsu. La empresa estadounidense Silk Corp planea invertir 10 mil millones de yuanes para fabricar el primer auto de carreras Hong Qi de financiación conjunta con China.
Hasta ahora, la pandemia COVID-19 no ha causado un revés en la globalización económica, ni se ha concretado la idea apartar a China. De hecho, para reducir los riesgos potenciales de la cadena industrial global y la de suministro, las compañías extranjeras sensatas y con visión de futuro han elegido un camino de desarrollo que ingresa directamente al continente asiático para estar más cerca de la demanda del mercado chino. Parece que estas compañías extranjeras han aceptado el consejo del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, desacoplarse de China, es desacoplarse de la oportunidad y del futuro. Esto puede ser la dirección de remodelación de la cadena industrial global y una nueva etapa de suministro cuando termine la pandemia.
(Jésica, Karina)