Las dos sesiones de 2020 transmitirán signos de esperanza para China y el mundo
Al inicio de cada marzo, un asunto político de gran relevancia se celebra en China: la Asamblea Popular Nacional (APN). Según la tradición, aproximadamente 3.000 representantes se reúnen en el Gran Palacio del Pueblo. La Asamblea Popular Nacional es el máximo órgano legislativo del país, el cual ejerce el poder legislativo junto con el Comité Permanente de la APN.
Sin embargo, este año hubo un cambio. Bajo la influencia de la epidemia de la COVID-19, China decidió posponer la celebración de la tercera sesión del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la tercera sesión de la XIII Asamblea Popular Nacional para el 21, y el 22 de mayo, respectivamente.
Lo más importante para la inauguración de la APN es el informe sobre la labor del gobierno presentado por el premier chino, que señala los objetivos políticos, sociales y económicos del año en curso. Sin embargo, la economía china fue afectada severamente por la pandemia. En el primer trimestre de 2020, el sector económico sufrió una contracción del 6,8% en comparación con el mismo período del año pasado, que fue la primera recesión económica para el país asiático en los últimos años. Bajo estas circunstancias, los objetivos propuestos deberían incluir estimulación económica y reactivación la cadena de suministro internacional. En este sentido, es beneficioso tomar una serie de medidas para impulsar la demanda interna, que servirá para cumplir con la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada a finales de 2020.
Resultará difícil para la APN entregar las predicciones específicas para el desarrollo económico previsto para 2020, debido a la inestabilidad económica de los principales socios comerciales de China y los intentos de dañar la economía y política china del gobierno de Donald Trump.
No obstante, sí hay los signos de esperanza. La celebración de las dos sesiones resultará positiva ya que la situación en China sigue mejorando continuamente, la vida económica y social del gigante asiático se va recuperando poco a poco. Por un lado, otorga confianza dentro de China, y por el otro, trae esperanza para otros países afectados por la epidemia. La fe y la confianza juegan un papel decisivo en los logros económicos en gran medida. Por eso, el 22 de mayo será un día de esperanza tanto para China como para el resto del mundo.
Dr. Michael Borchmann
ex director general del Departamento de Asuntos Internacionales en el estado de Hesse de Alemania
consultante honorario del Centro Internacional de Promoción de Inversiones del ministerio de comercio de China.