Reluce el Espíritu chino en la lucha contra el COVID-19
Resultados de China y Estados Unidos ante la pandemia
Después de seis meses de lucha contra la epidemia del COVID-19, hay dos experiencias globales que destacan: el extraordinario éxito de la República Popular China en controlar los estragos de la pandemia en todos los aspectos y el extraordinario fracaso del gobierno estadounidense, tanto en cuanto al costo humano como económico de la epidemia global. Se puede contrastar los resultados de la política de ambos países en la cifra de víctimas humanas: en China, con 1,4 mil millones de habitantes, hasta el día de hoy han fallecido alrededor de 4,600; en Estados Unidos, con 330 millones de ciudadanos, alrededor de 76 mil personas cayeron víctima de la enfermedad.
Razones del éxito y fracaso
Ha habido muchos textos que tratan de explicar la abismal diferencia observable en la eficacia de las políticas contra epidémicas de ambos países. Sin embargo, hay un aspecto, que no ha encontrado la valoración adecuada que se merece y que podríamos llamar: la orgánica integración de la milenaria cultura china con las necesidades de la modernidad occidental, bajo el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh). La simbiosis entre el antiguo Reino del Medio y la China popular moderna del siglo 21 es una de las grandes hazañas de la civilización humana. Desde 1949, superando la turbulenta fase de transición iniciada por Sun Yat Sen, el yin y el yangde la modernización china encontraron su unidad en las contradicciones del proceso, evitando rupturas y antagonismos irreparables y alcanzando la adaptación de los opuestos en el espíritu expresado por Confucio: La unificación sobre la diversidad es la base para la generación de cosas nuevas. Unas pocas palabras ilustran esa perspectiva de análisis, que, por supuesto, requiere una investigación más a fondo.
La milenaria cultura china ante el COVID-19
En muchos aspectos de la China contemporánease ve lainfluencia de lamilenariacultura china.En los años 50, el gobierno de la nueva China externó los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica que codificaron la relación entre el Estado socialista de China y los demás países. El respeto mutuo por la integridad territorial y la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos de los demás, la no agresión, la igualdad y el beneficio mutuo, y la coexistencia pacífica definieron el espíritu y los valores de China en su política exterior.
Esta concepción de política exterior está íntimamente vinculada a filosofías fundamentales de la China milenaria, como las “tres enseñanzas” de Confucio, Lao-Tse y Gautama Buddha, y a los valores de armonía, benevolencia, rectitud, cortesía, sabiduría, honestidad, lealtad y piedad filial. Particularmente el concepto de armonía –mucho más complejo, dialéctico y profundo que el término occidental—ha jugado un papel trascendentalen la formación de la cultura, la tradición jurídica y la política china.
De hecho, la Constitución lo resalta como objetivo en la construcción de una sociedad socialista y armoniosa, consistente con los objetivos políticos y sociales de la China contemporánea bajo el liderazgo de Xi Jinping. Valores históricos adicionales forman parte del ethos de la política pública del PCCh actual, tales como la meritocracia o gobernanza por virtudesy la política gubernamental en beneficio del pueblo, que corresponden plenamente a los valores del PCCh, como la democracia popular y servir al pueblo.
La incansable insistencia de la política global de Beijing en la importancia práctica de los valores (chinos) como la cooperación, el beneficio mutuo y "ganar-ganar", para la interacción entre Estados y pueblos del “global village” y su axioma principal, planteado por el presidente Xi Jinping, de que la gran tarea actual de la humanidad es la construcción de unacomunidad de destino común, expresan la continuidad, profundidad y seriedad del compromiso chino con el legado y presente de su cultura. En la actualidad, la epidemia del COVID-19 se está extendiendo por todo el mundo. Mientras China hace un buen trabajo en la prevención y el control de la propagación doméstica, lleva a cabo activamente la ayuda humanitaria a los países extranjeros, lo que definitivamente muestra su actitud y determinación para construir una comunidad de destino común para la humanidad.
Calumnias ridículas de Washington
Ante la gran solidaridad práctica de China con la mayoría de los países afectados por la pandemia del COVID-19, tanto vía el apoyo de material sanitario, como en el compartir de datos, experiencias, información médica y el generoso envío de expertos, las acusaciones difamatorias de Washington, particularmente del Secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo sobre el supuesto “virus de Wuhan”, no son más que cínicas mentiras. Tanto el Pentágono, como los servicios de inteligencia de Occidente, como la OMSy la prestigiada revista médica británica “The Lancet” han confirmado, que el COVID-19 es una enfermedad zoonótica, no un patógeno generado por humanos.
Si la clase política estadunidense piensa que pueden afectar el exitoso avance económico, político y de prestigio mundial de China con sus mentiras, sólo muestran que son ignorantes. No conocen la fuerza de la cultura, del pueblo y del liderazgo de China. No saben que el éxito anti COVID-19 se debe a 2000 años de medicina tradicional de China,combinado con la tecnología médica más avanzada del Siglo 21.
Y menos saben del Arte de la Guerra de Sun Tzu y de la vieja sabiduría china que dice: El ídolo de barro que cruza el río no puede salvarse a sí mismo.
Autor: Dr. Heinz Dieterich
Director, Centro de Ciencias de la Transición, CTS-UAM
Coordinador, World Advanced Research Project, WARP