Código cultural detrás de la lucha contra la epidemia
Muchos chinos han comenzado una temporada de relajación durante los cinco días feriados públicos que inició a partir del 1 de mayo. El Ministerio de Transporte de China anticipó que el tráfico de pasajeros de negocios a nivel nacional aumentará significativamente durante estasvacaciones, con más de 117 millones de viajes a realizar. Además, la XIII Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, inaugurará el 22 de mayo su tercera sesión anual. Según Reuters, ésta es la última señal de que China ha vuelto a la normalidad.
En los últimos cuatro meses, confiando en la toma de decisiones científicas y en la conciencia del pueblo, China, un país con una vasta extensión territorial y una densa población, pasó con éxito la prueba sin precedentes de la epidemia de COVID-19. Cuando llegó la crisis, China no lo tomó de forma pasiva depositando la esperanza en la inmunización grupal, ni se quejó de ello buscando chivos expiatorios. Por el contrario, se basó en la ciencia y ejerció las ventajas de su sistema para ganar esta batalla popular, una guerra integral y de bloqueo. Detrás de esta epidemia, se muestra el patrimonio cultural de la nación china que ha heredado en los momentos más críticos durante miles de años: “los que comparten el mismo deseo ganan”.
Todos somos responsables del ascenso y la caída del mundo. En esta epidemia inesperada, China movilizó y activó a todas las organizaciones de base para cortar completamente las cadenas de propagación del virus. Sin la gran conciencia de cada uno, sería imposible imaginar qué tipo de daño causaría la transmisión del nivel más alto del nuevo coronavirus en China. En los momentos más urgentes, quedarse en casa, llevar las máscaras, la cuarentena y el mantenimiento de la distancia social se han convertido en la nueva normalidad en medio de la epidemia, y la conciencia de cada "ego" finalmente se acumula en una fuerza infinita para superar la epidemia. Con respecto a la capacidad de movilización de China y las acciones conscientes del pueblo, el pasado mes de febrero, el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló textualmente: “Nunca he visto tal movilización en mi vida, y creo que China puede controlar la epidemia”.
Siempre compartimos la felicidad y tristeza juntos. Sea la inundación del año 1998 o el terremoto de 2008 o esta epidemia inesperada de la COVID-19, el pueblo nacional siente las dificultades que enfrentan todos. Cuando surgen calamidades en un lugar, toda la nación brinda ayuda y usa el poder nacional para superarlas. “Wuhan gana, Hubei gana. Hubei gana y el país gana.” 19 provincias ofrecieron asistencia de emparejamiento a la provincia de Hubei, y más de 42,000 miembros del personal médico de todo el país se han convertido en “las personas más adorables de contramarcha”. En un plazo de 10 días, los hospitales Leishenshan y Huoshenshan se construyeron y se pusieon en servicio y 11 hospitales temporales estuvieron preparados durante una noche, lo que crea un milagro en la historia del tratamiento de enfermedades infecciosas. El periódico “El país” de España comentó que la rápida e increíble construcción de los hospitales mostró al mundo la fuerza y determinación de China para combatir la epidemia. Se puede decir que sin decenas de millones de “personas en contramarcha”, sería imposible obtener la victoria final contra la epidemia.
El pueblo es la base del país y cuando se estabilice, el país será sólido. En la luchaantiepidémicade casi cuatro meses, el gobierno chino siempre se ha adherido al principio de poner al pueblo como prioridad y tomó inmediatamente la decisión de pagar el tratamiento de pacientes infectados por el coronavirus. Coordinó rápidamente el despliegue de recursos humanos, materiales y financieros en las industrias médicas, de control y prevención de enfermedades, logística, y de infraestructura para proteger eficazmente las vidas y garantizar las necesidades del pueblo. A través de la lucha contra la epidemia, la dimensión y la amplitud del concepto orientado en las personas a través de la gobernanza de China se han confirmado y promovido en mayor grado.
Según Jared Diamond, autor de “Armas, gérmenes y acero: el destino de la sociedad humana”, el riego y suministro de agua en las cuencas del Río Yangtsé y el río Amarillo de China han contribuido al desarrollo de la civilización agrícola, y también ha satisfecho las necesidades de gobernanza social, que es propicio para la formación de un modelo unificado. Xi Jinping, el máximo líder de China destacó varias veces en la lucha contra la epidemia que “la prevención y el control debe adherirse a un juego nacional”. Los hechos han demostrado que el sistema y la capacidad de gobernanza nacional eficiente y científica son armas poderosas contra el virus. Este también puede ser el código cultural detrás de la lucha antiepidémica de China.
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