El té blanco de Fuding

CRI 2016-04-20 19:18:08
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Por Raúl López Parra y Vivian Liyi

El recorrido de los periodistas de Radio Internacional de China hacia los plantíos del té blanco de Fuding inicia en Chixi, perteneciente al condado de Fuding, en la provincia de Fujian. Este es el primer pueblo de China que salió de la pobreza. Fue un largo camino que inició hace 30 años, cuando se decidió que el turismo y el cultivo del té blanco serían los pilares de la economía local.

Habitado por poco más de mil 800 personas, agrupadas en 400 familias, todos de la étnia shezu, Chixi se ha convertido en el símbolo de Fuding porque ha logrado posicionarse como un destino ecoturístico que promueve la cultura tradicional del té. Tan sólo en 2015 recibió a 15 mil visitantes, principalmente de Shanghai y Zhejiang. Para 2018, se ha fijado como meta llegar a los 50 mil turistas. Gracias a que se encuentra a la cercanías de la montaña Taimu y cerca del Río Jiulixi, donde incluso se puede practicar el rafting, su atractivo turístico es mayor.

Los reporteros extranjeros con un agricultor de té

La dueña Du Chunlong de un pequeño hotel, apenas 10 habitaciones, nos comenta que gracias a la construcción de la carretera y la infraestructura turística desarrollada en el pueblo en los últimos años, Chixi ya es un referente para quienes visitan el condado Fuding. De hecho, el pueblo muestra con orgullo una fotografía del presidente Xi Jinping, cuando en febrero de este año saludó a los habitantes en un enlace satelital. Xi conoce muy bien estas tierras porque fue gobernador del la Provincia de Fujian (de 1992 a 2002), y justo se planteó buscar el crecimiento económico potenciando las industrias locales.

El campo de té

Tras salir de Chuxi, la expedición continúa el pueblo Panxi, lugar donde se encuentra los plantíos del té blanco. Para llegar, se debe tomar la carretera que bordea la montaña por sinuosas veredas. A lo largo de camino se pueden observar arboles de bambú, ríos y cascadas que recorren la montaña, así como los innumerables plantíos de té. Entre las plantas sobresalen los campesinos, quienes cortan meticulosamente las hojas para depositarlas en su cestos. Al llegar a la cima, los viajeros pueden descender para acercarse a los plantíos y observar como se corta el té y tomarse fotografías.

Raúl en el taller del té blanco

El arribo de los periodistas a Panxi, coincide con el momento en que las campesinas llegan a un centro de control para entregar el té blanco que han cortado. Se anota la cantidad y se registra el pago correspondiente, según el pesaje.

Al entrar al lugar, se desarrolla una breve ceremonia del té blanco en honor a los visitantes.

Los vendedores de té

Posteriormente, tenemos la oportunidad de acudir a los sembradíos del té y cortar las hojas para conocer cómo se realiza esta actividad, la cual es el sustento de miles de familias.

La comitiva de periodistas se dirige al condado de Diantou, donde se encuentra el mercado popular del té blanco. Diariamente los campesinos ofertan sus productos, principalmente a compradores mayoristas, quienes viajan de diversas partes del país para llevar consigo la codiciada infusión.

El mercado de té

En este mercado sobresale la empresa Latitud 27N, nombre que toma de las coordenadas geográficas que determinan la ubicación del lugar. El dueño, Zhuang Changqiang ha desarrollado un concepto innovador, que conjuga la cultura tradicional del té de China con las técnicas de almacenaje de los viñedos europeos. Su compañía da empleo hasta 400 personas en temporada alta, entre marzo y octubre, y en época regular trabajan de forma permanente 150 personas.

Latitud 27N es una empresa que integral porque abarca todos los procesos de la producción, desde el cultivo, el procesamiento y la venta final del té blanco. Incluso tiene una división que desarrolla productos de valor agregado a base del té, como cremas para el cuidado de la piel.

Una tienda de té

La compañía fue fundada en 2006 y ha logrado posicionarse no sólo por la venta del té blanco, sino porque ofrece a los clientes una experiencia en el mundo del té. Las instalaciones están abiertas al público para se conozca todo el proceso de producción.

Gracias al diseño vanguardista, de momento parece que nos encontramos en un campo vinícola y no en una plantación de té. El dueño nos explica que el concepto fue pensado así desde que él tuvo la oportunidad de recorrer los viñedos en la región de Burdeos, Francia, porque su objetivo no sólo es vender té, sino ofrecer a los clientes una experiencia, única aunada a la compra del té blanco.

Vivian aprende a recoger el té

Finalmente, cerramos nuestro recorrido visitando la casa del señor Mei Xiangjing, quien es reconocido en el país porque es de los pocos que conocen la técnica ancestral para la producción del té blanco, misma que ha sido declarada como patrimonio intangible de China.

A sus casi 70 años el señor Mei, sigue trabajando como el primer día. Es el heredero de la técnica que inició su abuelo en la década de los 40 del siglo pasado. Una vez que las hojas de té están secas las coloca en canastos con la peculiaridad de que debajo de éstos se encuentra carbón caliente. El té no se calienta directamente, sino que se mantiene una temperatura óptima sólo para secar las hojas. El secreto de esta técnica consiste en la dificultad para determinar a qué grados debe calentarse le té, en función de la humedad de las hojas.

El poblado de Cixi

Por esta técnica, el señor Mei ha recibido varios reconocimientos, incluso productores de té de otras partes del mundo han para conocer su trabajo.

El señor Mei Xiangjing, nos pide que escribimos en su libro de dedicatorias. Nuestro mensaje versa: "El té blanco es un bebida que muestra la amistad de China con el mundo".

Así es como cerramos el recorrido por la tierra del té blanco de Fuding.

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