EE. UU. perderá influencia en Colombia luego de las elecciones del 19 de junio

Los dos aspirantes a la presidencia de Colombia han manifestado que, de ser elegidos en las elecciones del próximo 19 de junio, restablecerán las relaciones con su vecina Venezuela. Expertos y analistas consideran que esto dejaría a Estados Unidos con pocas opciones de seguir usando el territorio colombiano para agredir al pueblo venezolano como lo ha hecho en los últimos años.

Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, los candidatos que se medirán en la segunda vuelta de las elecciones en Colombia, ven como una necesidad restablecer las relaciones de su país con Venezuela por el impacto que esa vinculación tiene en el intercambio comercial y el control migratorio y de seguridad en las fronteras entre los dos países. Cada candidato tiene un diseño propio del plan con el que se abrirían los 2.219 kilómetros de frontera.

Para el año 2008, el intercambio comercial entre ambos países llegó a ubicarse en 7.000 millones de dólares. En el primer trimestre de 2022, apenas alcanzó los 127 millones de dólares. Luego del deterioro de las relaciones diplomáticas, Colombia no ha logrado conseguir un segundo socio tan importante como Venezuela. Expertos creen que ha fracasado en el intento de negociación sana con EE. UU. y en lograr acuerdos de alto impacto económico con China. El anuncio del restablecimiento de las relaciones tiene esperanzados a los comerciantes de los dos países.

Estudiosos de las relaciones internacionales, creen que el perdedor de la recomposición de las relaciones entre Colombia y Venezuela, será Estados Unidos, que va a perder espacio e influencia en la región, sobre todo para avanzar en sus ataques con mercenarios y grupos irregulares contra el pueblo venezolano y su Gobierno.

William Serafino, experto en política internacional, cree que hay que tomar en cuenta que Estados Unidos opera a partir de brazos civiles en sus aparatos de inteligencia y seguridad, valiéndose de instituciones como la USAID, la NED y ONG que son fachada de la CIA, vinculadas a los aparatos judiciales y de seguridad de Colombia. Todo esto representa un reto para el nuevo presidente de ese país, que además tendrá en el aparato mediático la influencia de las élites políticas que muestran resistencia a los cambios.