EE. UU. prohibe la participación de Cuba y otras naciones latinoamericanas en la novena edición de la Cumbre de las Américas

El presidente estadounidense, Joe Biden, excluyó al gobierno de Cuba del evento político más importante para el continente americano. Esta decisión repetida con otros países, según el criterio de analistas internacionales, atenta contra la construcción de una fórmula útil para todo el continente y contra el éxito mismo de la IX Cumbre de Las Américas, que se celebra del 6 al 10 de junio.

La decisión de Washington de dejar a Cuba y a otros pueblos de América Latina como Nicaragua y Venezuela fuera de su Cumbre Hemisférica, ha generado constantes críticas internacionales y la desaprobación de la mayoría de los estados de la región. Al decir de varios expertos en el tema, es hacer una cumbre de las Américas sin América. Nos referimos al foro de diálogo político en donde se supone deban participar libre y abiertamente los principales líderes y representantes de diferentes sectores sociales de los países de América del Norte, el Sur, el Centro y el Caribe para analizar, definir o replantearse coordenadas de cooperación, integración, derechos humanos, construcción de la democracia, gobernabilidad y desarrollo sostenible. Pero en esta edición la Casa Blanca apostó no solo por evadir el consenso regional, ignorar el mapa político y geográfico continental y excluir a participantes clave, también por dejar en total incógnita hasta el final, la lista definitiva de Estados invitados y demorar la entrega de invitaciones. Pero ¿qué consecuencias trae esta postura de Biden y su Departamento de Estado para la Cumbre, la región y en particular para Cuba? ¿cuál ha sido la respuesta de otros líderes al respecto?

La cancillería cubana reconoció en una declaración oficial sobre la Cumbre de las Américas que las acciones de Estados Unidos respecto a esta Novena edición, son arbitrarias y discriminatorias. Ignoran las legítimas aspiraciones de soberanía, unidad e integración latinoamericana y caribeña.

A su vez excluyen el criterio, experiencias, aportes y problemáticas transcendentales de países como Cuba. Una vez más el tema del bloqueo comercial, económico y financiero más largo de la historia de la humanidad queda obviado de este evento hemisférico. No se aborda el impacto de una medida que por más de 60 años el propio gobierno estadounidense ha aplicado contra el pueblo cubano, limitando su desarrollo en sectores como la salud y la economía.

Se pretende analizar las experiencias en torno al control de la pandemia del Covid 19 pero sin contemplar los resultados notables de Cuba en esta área: 3 vacunas eficaces, varios candidatos vacunales, su efectivo control pandémico en la población y su contribución solidaria para controlar la enfermedad a nivel global.

Otra prioridad de la Cumbre es la recuperación económica del continente pero muchos estados implicados como Venezuela no están invitados, aún siendo este uno de los mayores productores de petróleo en el hemisferio. Por lo tanto, según consideran varios expertos, la agenda de la cumbre estará incompleta con esta y otras notables ausencias.

Estos puestos vacíos, sin duda, son un retroceso histórico con relación a cumbres anteriores, así lo reconoció el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba en su declaración oficial ante este escenario.

Como consecuencia directa, analistas internacionales afirman que se afectará aún más la credibilidad, legitimidad y prestigio internacional de este espacio de discusión política. Pone en evidencia su funcionalidad y deseos de lograr el bien común. Limita la construcción de una visión general y la diversidad de posturas, que por ser contrarias a la posición estadounidense, no son consideradas en los ejes de debate. A lo que se suma la innecesaria demora organizativa del país anfitrión.

Con estas decisiones Estados Unidos dificulta la posibilidad de construir en conjunto soluciones reales y certeras que permitan responder a problemas hemisféricos históricos como la creciente pobreza, el desempleo, el descontrolado e irregular flujo migratorio, los altos niveles de violencia, asesinatos de líderes sociales, corrupción política y administrativa. Una realidad cada vez más disparar. De ahí, el reclamo por garantizar un participación total como lo expresó el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador.

"No me van a invitar a la Cumbre, de todos modos yo ya mandé a decir que no voy a ir. Porque se lo dije y se lo repito al embajador de esa nación que este país podría ser de este tamaño, pero mientras yo fuera presidente a este país se le respetaba", dijo Andrés Manuel López Obrador.

En estos días de cumbre, desde la Habana, Cuba continuaremos conociendo acerca de la repercusión de este evento, fundamentalmente, en el país caribeño. En próximas emisiones informativas les brindaremos las opiniones de los cubanos y de algunos especialistas en el tema acerca de este espacio de discusión política aquí en la región de las Américas.