Las medidas punitivas de la UE contra Rusia potencian el alza de la inflación y exponen las divisiones internas del bloque europeo

La decisión de la Unión Europea a principios de esta semana de bloquear el 90 por ciento de las importaciones de petróleo de Rusia para fin de año tiene como objetivo frenar la economía rusa en el marco de la crisis en Ucrania. Expertos alertan que la medida punitiva, sin embargo, también es probable que desemboque en precios globales de la energía aún más altos, al tiempo que ya está exponiendo divisiones políticas dentro del bloque de 27 naciones.

La sanción de los líderes europeos cubre solo las importaciones marítimas de petróleo ruso, lo que permite una exención temporal para el petróleo de oleoducto. Esta exclusión de la prohibición beneficia a Hungría, un estado miembro sin litoral que obtiene casi todo su crudo de Moscú a través de oleoductos. Según datos oficiales de la Comisión, los precios al consumidor en la eurozona aumentaron un récord del 8,1 por ciento en mayo, tras un incremento del 7,4 por ciento el mes anterior. La decisión de los líderes europeos ya ha hecho que se disparen los futuros del petróleo, con contratos para entregas de julio que ascendieron un 3,5 por ciento el lunes, el día en que la Comisión hizo su anuncio. La exención que beneficia a Hungría, apuntan analistas, también es evidencia de las crecientes divisiones dentro del bloque. Tal concesión podría incentivar a otros países a buscar similares exenciones ante sanciones venideras.