Rafael Nadal gana nuevamente el Abierto de Barcelona

El tenista profesional español Rafael Nadal se impuso el domingo al griego Stefanos Tsitsipás, por 6-4, 6-7, 7-5, en la 68 edición del Abierto de Barcelona Banco Sabadel, también conocido como Trofeo Conde de Godó, que se celebró en la pista central del Real Club de Tenis de Barcelona. Este trofeo es parte de los ATP World Tour 500.
　 Esta es la duodécima vez que Nadal gana este torneo.
　 Para llegar a la final, Nadal se ha enfrentado a Ilya Ivashka, Kei Nishikori, Cameron Norrie y Pablo Carreno Busta. Al igual que en Roland Garros, Nadal no ha perdido una sola final en el Godó, 12 presencias y 12 títulos. El manacorí volvió a demostrar que sigue siendo el máster de la arcilla y que Barcelona es su tierra.
　 Nadal, número tres mundial actual, llegó a desaprovechar dos bolas de partido en el segundo set tras haberse apuntado el primero, pero en una vibrante tercera manga doblegó al quinto del ránking ATP, que venía de ganar en Montecarlo y que sucumbió en su segunda final en Barcelona contra el balear, como ya hizo en 2018.
　 Tsitsipás, el número 5 del mundo, es el tenista más joven en haber ganado a Nadal en tierra batida, en 2019. El heleno ha sido un auténtico ciclón con sus servicios, con una media de 215 kilómetros por hora con su primer saque y hasta hoy sólo había concedido un "break" en todo el torneo, en octavos frente a De Miñaur. Sin embargo, toda esa potencia y ansia de victoria de Stefanos no ha sido suficiente para superar a la implacable experiencia y perfección de Nadal.
　 En declaraciones después de haber ganado el torneo, Nadal comentó que "es el mismo placer estar aquí una vez más con casi 35 años. Diez años antes, esto era impensable. Este título significa muchísimo más para mí, al jugarlo con público después del año que llevamos. Stefanos es un rival increíble, el número 1 del año y sabía de la dificultad. El partido ha tenido de todo; es una victoria muy importante para mí."
　 El título 87 de su carrera y el primero desde ese Roland Garros otoñal del pasado curso, le eleva al segundo puesto de la clasificación de la ATP, y le reconcilia después de titubear en Montecarlo, una liberación en el tramo más importante de la temporada para Nadal.