Tripulación china se enfrenta con calma a una emergencia de alto nivel y logra escapar del peligro

Cuando un avión lleno de pasajeros vuela a una altitud de casi 10.000 metros a una velocidad de 800 kilómetros por hora, sobre altas montañas de 5.000 a 6.000 metros, qué pasaría si se encontrara con una situación de emergencia en la que se quebrara la ventanilla de la cabina del piloto en pleno vuelo. El 14 de mayo de 2018, el vuelo 3U8633 de Sichuan Airlines, de Chongqing a Lhasa, se enfrentó a múltiples desafíos severos, como fuertes vientos, baja temperatura, hipoxia y daños en el equipo.

La tripulación no entró en pánico ante el peligro, trabajó en conjunto para lograr salir ileso de peligros y creó un aterrizaje milagroso. El capitán Liu Chuanjian controló manualmente la aeronave para descender de emergencia. El segundo capitán Liang Peng dirigió al capitán e informó la situación a la torre. Cuando el vidrio se rompió, la parte superior del cuerpo del copiloto Xu Ruichen fue succionada fuera del jet. Él regresó a su asiento después de que se restableció la diferencia de presión y usó el transpondedor para emitir el código de socorro. En la cabina, los asistentes de vuelo ayudaron a los pasajeros a usar máscaras de oxígeno y abrocharse los cinturones de seguridad, mientras hacían todo lo posible por calmarlos. Con el esfuerzo conjunto de todas las partes, el vuelo realizó un aterrizaje de emergencia en Chengdu, garantizando la seguridad de los 119 pasajeros y 9 tripulantes a bordo.