Algunos políticos japoneses que evocan el militarismo merecen la vigilancia del mundo

2022-05-08 08:58:54
Share
Share this with Close
Messenger Messenger Pinterest LinkedIn WeChat

"¡No se permite la enmienda de la Constitución! Elegimos oponernos a la guerra". Hace unos días, el grupo "Movimiento Publicitario de Opinión de los Ciudadanos" de Japón publicó anuncios de página completa en cuatro periódicos y revistas, oponiéndose a la enmienda de la Constitución pacifista por parte del gobierno japonés. El mismo día, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, pronunció un discurso en video en un mitin del grupo de enmienda constitucional, predicando nuevamente la enmienda de la Constitución y señalando que se esforzaría por "lograrla lo antes posible". Dos días después, Kishida hizo una declaración sensacional durante su visita al Reino Unido de que "Ucrania puede ser el este de Asia mañana", y llegó a un acuerdo de defensa con la parte británica sobre el "acceso recíproco” que permitirá a las fuerzas japonesas y británicas trabajar, entrenar y operar juntas.

Este año marca el 75 aniversario de la implementación de la Constitución de Paz de Japón. Sin embargo, una serie de acciones de algunos políticos japoneses muestra que se están desviando constantemente del camino del pacifismo. Con frecuencia buscan romper las restricciones de la constitución pacifista exagerando las amenazas externas, en un intento de permitir que Japón establezca una fuerza de defensa nacional y tenga derecho a participar en la guerra al exterior. La comunidad internacional debe estar en alerta máxima por las señales peligrosas que algunos políticos japoneses han dado para evocar el militarismo.

Hace 75 años, después de la derrota total de Japón en la Segunda Guerra Mundial, se emitió una nueva Constitución de posguerra. Entre ellos, el artículo 9 de la Constitución estipula claramente que Japón renuncia a la guerra y a la posesión de un ejército, y niega el reconocimiento del derecho de beligerancia del Estado, estableciendo el carácter pacifista de la Constitución nipona. Por lo tanto, la nueva Constitución de Japón también es conocida como la Constitución pacifista. Durante mucho tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, el pacifismo permitió que Japón ganara la confianza de los países de Asia y otros regiones, y su economía pudo desarrollarse de manera constante.

Sin embargo, en la década de 1990, la política japonesa se volvió cada vez más conservadora y el desarrollo económico entró en un período de 30 años de estancamiento. En este sentido, el gobierno japonés no optó por la reforma política y la innovación tecnológica económica, sino que trató de desviar las quejas internas y resolver los conflictos internos mediante fricciones externas y participando en guerras internacionales. Dado que la Constitución pacifista restringe a Japón a usar la guerra para resolver disputas internacionales y estipula que el gasto militar no debe exceder el 1% del PIB, el gobierno japonés intenta enmendar la constitución.

En 2007, el gobierno de Shinzo Abe dio el primer paso al promover la enmienda constitucional. Después de que el actual primer ministro Fuio Kishida llegara al poder, ha expresado repetidamente que avanzará en la agenda relacionada. El conflicto actual entre Rusia y Ucrania parece haber dado a las fuerzas políticas japonesas una nueva excusa para enmendar la Constitución. Exageran con impaciencia los cambios en el entorno de seguridad, para resaltar que sólo la enmienda de la Constitución puede garantizar la seguridad de Japón.

El mundo exterior nota que durante la visita a seis países recién concluida de Fumio Kishida, muchos países asiáticos reaccionan con cautela a las llamadas amenazas externas que él exageró. Esto demuestra que los países asiáticos aprecian la paz ganada con tanto esfuerzo. El gobierno japonés debe escuchar las voces de todos los amantes de la paz en el país y en el extranjero, aprender de las lecciones de la historia y continuar por el camino del desarrollo pacífico. Si se permite que el militarismo desempeñe un papel en el peligroso acto de impulsar la enmienda de la Constitución, algunos políticos japoneses estarán cada vez más cerca a otro gran fracaso.

Informaciones relacionadas

Share

Los más leídos