¡La "vieja OTAN" no debe volver!

El 24 de marzo, hora local, la Organización del Tratado del Atlántico Norte publicó en su sitio web oficial una foto de los líderes de Estados Unidos y Europa participando en la cumbre de la OTAN. La posición y el ángulo de fotografía bien diseñados, cada detalle parece estar lanzando un mensaje al mundo exterior: "La vieja OTAN ya regresa”. El presidente estadounidense, Joe Biden, también declaró inmediatamente después de la cumbre que la OTAN es tan "fuerte y unida" como antes.

Para Estados Unidos, la OTAN es una herramienta importante para practicar la política de bloque y una herramienta militar para mantener su hegemonía. Sin embargo, las diferencias entre Estados Unidos y Europa están destinadas a dificultar que la OTAN vaya al mismo ritmo que afirma Estados Unidos. Hace dos años, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que "la OTAN está muerta cerebralmente". Recientemente, dijo que no retiraría esta declaración.

Tomemos como ejemplo la cuestión de Ucrania. Aunque también abogan por ser duros con Rusia, los intereses de Estados Unidos y Europa son muy diferentes. En particular, la dependencia de la energía rusa es un obstáculo inevitable para Europa a corto plazo. En los últimos años, en los tres campos de gas natural, petróleo y carbón, Rusia ha sido el proveedor número uno de la UE, representando alrededor del 40%, 27% y 46% respectivamente. Es por eso que cuando EE. UU. anunció la prohibición de las importaciones de energía rusa a principios de este mes, la UE no le siguió.

Aunque Estados Unidos y Europa han llegado a un acuerdo, la Unión Europea comprará al menos 15.000 millones de metros cúbicos de gas natural licuado a Estados Unidos a finales de este año, pero aún es difícil llenar el vacío en el suministro de Rusia a la Unión Europea. Por lo tanto, el compromiso de EE. UU. fue evaluado por los medios como una "medida provisional".

Para Europa, la seguridad energética solo puede garantizarse realmente cuando la crisis de Ucrania se resuelve de forma pacífica lo antes posible. Estados Unidos ciertamente lo sabe, pero no estará tan ansioso como lo está Europa. Ya sea para continuar brindando asistencia militar a Ucrania o para fortalecer el despliegue militar en la costa báltica, Europa del Este y los Balcanes, la decisión tomada esta vez por la cumbre de la OTAN solo empeorará el conflicto entre Rusia y Ucrania y hará que la crisis dura más. Esto es extremadamente cruel para los ucranianos; para Europa, es casi un acto de "automutilación": los europeos no solo soportarán las presiones inflacionarias provocadas por el aumento de los precios de la energía, sino que también se interrumpirá el proceso de "autonomía estratégica" de Europa.

¿Y qué hace Estados Unidos, que está echando aceite al fuego? Sigue desempeñando el papel de "líder" del mundo occidental, presionando constantemente a sus aliados para que contengan a Rusia, atando a Europa más estrechamente a su carro de guerra y ayudando a sí mismo a beneficiarse y mantener su dominio. Todo esto es tal como comentó el exdiputado británico, George Galloway: "Así como Estados Unidos está listo para dejar que Ucrania luche hasta la última gota de sangre, al final, también está listo para dejar que Europa derrame hasta la última gota de sangre".

Hoy, el iniciador no tiene ni la sinceridad ni la voluntad de promover una resolución pacífica de la crisis de Ucrania, y todavía planea dejar que otros derramen sangre en su propio beneficio. ¿Es tal Estados Unidos digno de la confianza de sus aliados occidentales?