La nueva normalidad de economía china eleva su resistencia al riesgo
En las tres décadas pasadas, el desarrollo de la economía china a una velocidad alta no solo ha traído prosperidad al país, sino que también ha ofrecido una gran aportación al crecimiento de la economía global. No obstante, en los últimos años, el antiguo modelo chino de desarrollo viene sufriendo un cuello de botella. Por ello, el país asiático empezó a promover un cambio de modalidad y una actualización ante las restricciones de los recursos, el desastre medioambiental, la escasez de tierra y otros factores, lo que acompaña a la desaceleración del ritmo de desarrollo económico. La economía de China ha entrado en una “nueva normalidad”, que se caracteriza por un crecimiento medio-alto, mejora de estructuras, nuevas fuerzas motrices y más desafíos. La investigadora del Instituto de Economía Mundial de la Academia de Relaciones Internacionales Modernas de China, Chen Fengying, manifestaba lo siguiente al respecto:
“Creo que el motor de desarrollo de la economía china ha cambiado. El Décimo Tercer Plan Quinquenal tiene que enfrentar la diferencia de circunstancias y adaptarse a la tendencia de futuro. El establecimiento de nuestras políticas se debe vincular con la ‘nueva normalidad”.
Hoy en día, la economía china está en una etapa en la que se experimentan tres fases simultáneamente: la fase del cambio de velocidad, la previa, más difícil, de ajuste estructural y la preliminar, de digestión de políticas de estímulo. Ma sostiene que la clave del desarrollo de la economía china radica en la transformación del modelo antiguo al nuevo.
“Antes nuestro crecimiento económico dependía de la industria de gama media-baja, como la industria pesada, la química y otras que necesitan grandes inversiones y generan altas emisiones de contaminantes. Pero en el futuro realizaremos un desarrollo intenso a través de promover industrias que cuentan con mayor fabricación, alto valor agregado y tecnología avanzada, y que además producen pocas emisiones. Cabe mencionar que el problema que enfrentamos es que las industrias antiguas están eliminándose, el costo de las industrias de gama baja está aumentando y se están trasladando al exterior. Mientras tanto, las nuevas industrias, basadas en la última tecnología, maduran lentamente. Pero, ¿cómo podemos materializar más rápidamente la transformación de la antigua fuerza motriz a la nueva? Hace falta reformas para resolverlo”.
Tras la celebración del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) en 2012, la profundización de las reformas y el incremento del nivel de la economía abierta se han convertido en dos palabras clave en el país asiático. El profesor de la Universidad de Nankai, Liu Gang, daba su opinión sobre este asunto:
“Las propuestas sobre el XIII Plan Quinquenal (2016-2020) aprobadas en la V Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh prestan mucha atención a la economía abierta. En el pasado, nos abrimos hacia el exterior, sin embargo, hoy en día hablamos de una apertura bilateral con intercambios. Por ejemplo, la Zona Piloto de Libre Comercio de Tianjin, en el norte de China, va a ser un lugar importante donde empresas chinas participen en la competencia internacional y la exportación de capital y tecnologías. Gradualmente, su modelo se ampliará en otros sitios del país, impulsando la reforma y el desarrollo económico de China”.
Mucha gente opina que las reformas y la apertura bajo la “nueva normalidad” de la economía china brindarán más oportunidades al mundo. Uno de ellos es Winfried Bostelmann, presidente de la Federación de Pequeñas y Medianas Empresas de Alemania.
“China tiene mucha suerte, ya que mantiene un desarrollo rápido, mientras la tasa de crecimiento económico de Alemania oscila entre el 1,5 y 1,7%. Aunque en el tercer trimestre el PIB del país asiático se incrementó un 6,9%, se trata de la nueva normalidad. Estamos muy contentos de ver un ascenso tan fuerte de la economía china porque para las compañías alemanas el mercado chino significa una enorme oportunidad”.
Además, según Kai Lucks, presidente de la Asociación Federal de Adquisición de Alemania, la insistencia en el desarrollo abierto, la elevación del nivel de esta economía, el aumento de los salarios de los trabajadores y una mayor atención a la subida de la cualidad cultural del pueblo, que se mencionan en el comunicado de la V Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, proporcionan posibilidades de participar en el desarrollo chino a firmas alemanas que están buscando negocios en el mercado global.
“Muchas empresas de Alemania están explorando oportunidades de desarrollo en todo el mundo. Precisamente, China cuenta con el mayor mercado del planeta en múltiples áreas y trae a estas firmas grandes oportunidades. Por otra parte, en China hay una gran cantidad de trabajadores con alta cualificación técnica, bien entrenados y diligentes”.
De acuerdo con el comunicado de dicha sesión, para abrir nuevas perspectivas de apertura al exterior, se debe enriquecer el contenido de la apertura, elevar su nivel, perfeccionar su distribución, impulsar la apertura mutua, formar nuevos mecanismos y mejorar la gobernanza de la ley, la internacionalización y la conveniencia del entorno favorable a los negocios. Según Zhu Baoliang, economista jefe del Departamento de Pronósticos del Centro Estatal de Información de China, el beneficio más directo de la apertura es el beneficio mutuo y el ganar-ganar.
“Por un lado, continuaremos abriendo algunas industrias nuestras al exterior y tenemos que salir a ultramar con el objetivo de realizar una cooperación de capacidad industrial con otros países. Procuramos que dicha cooperación juegue su papel en el extranjero y promueva la exportación y la inversión china. Por otro lado, seguiremos absorbiendo tecnologías y equipos avanzados foráneos, ya que a través de sus efectos aumentamos el nivel científico y tecnológico de China”.
El PIB de China creció un 6,7 por ciento en el segundo trimestre de este año, un ritmo un poco más lento pero que sigue siendo saludable si se compara con el 6,8 por ciento del primer trimestre. China sigue siendo una de las economías de más rápido crecimiento del mundo y su ritmo de expansión encadena 12 trimestres consecutivos entre el 6,7 y el 6,9 por ciento. El impacto de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos aún no ha salido totalmente a la superficie, pero la economía de China, cada vez más dependiente del consumo interno, está bien posicionada para resistir la presión externa.
El crecimiento de las exportaciones, la producción industrial y la inversión disminuyó, pero el consumo doméstico y los servicios, que son ya una fuerza motriz dominante en la economía, han tomado el relevo. El consumo final y el sector servicios contribuyeron a que la mayor parte de la economía creciese en la primera mitad del año y su peso continuó aumentando. La inversión privada repuntó. Las industrias de alta tecnología superaron al sector industrial global tanto en la inversión como en la producción. Los datos de empleo también dan información sobre la fortaleza económica. La tasa de desempleo calculada mediante encuesta en las zonas urbanas fue del 4,8 por ciento en junio, el nivel más bajo desde que el país comenzó a hacer estimaciones con este método en 2016.
El comercio de mercancías de China totalizó 14,12 billones de yuanes (aproximadamente 2,12 billones de dólares) en el primer semestre del año, un crecimiento del 7,9 por ciento interanual, indicaron los datos aduaneros revelados hoy viernes. Las exportaciones aumentaron un 4,9 por ciento interanual durante los seis primeros meses del año, mientras que las importaciones crecieron un 11,5 por ciento en el mismo periodo, lo que resultó en un superávit comercial de 901.320 millones de yuanes, lo que supone una reducción del 26,7 por ciento interanual, de acuerdo con la Administración General de Aduanas (AGA).
El portavoz de la administración, Huang Songping, señaló en una rueda de prensa que el comercio exterior ha mantenido en gran medida un rápido crecimiento en lo que va de año gracias a una continua recuperación económica global y una economía nacional estable. Las exportaciones e importaciones de productos dentro de la categoría de comercio general, que se diferencian del comercio de procesados, se incrementaron un 12,2 por ciento interanual, hasta situarse en 8,33 billones de yuanes, lo que representa el 59 por ciento del volumen total del comercio exterior, 2,3 puntos porcentuales por encima de la cifra del mismo periodo del año pasado.
Estos resultados se han logrado en un momento en el que se está aplicando una política monetaria prudente, con un entorno normativo centrado en el desapalancamiento y con la presión de la escalada de las tensiones comerciales. Este hecho da todavía más confianza en los fundamentos de la economía de China. Décadas de rápida expansión del PIB han producido la mayor población con ingresos medios del mundo, cuyas demandas de mejorar su nivel de vida y de productos de alta calidad dan un impulso al equilibrio y la mejora de la economía. Las ventas de electrodomésticos, dispositivos de comunicación y productos cosméticos crecieron por encima del 10 por ciento en la primera mitad del año. Los vehículos de nuevas fuentes de energia, los robots industriales y los televisores inteligentes superaron a los sectores tradicionales de manufactura.
La economía china no está libre de problemas y sería un autoengaño decir que no hay nubes en el horizonte. Pero los responsables de diseñar las políticas están vigilantes y preparados. Las autoridades han tomado medidas con decisión para contener el apalancamiento, una de las incertidumbres más alarmantes de la economía. El crecimiento de la ratio de apalancamiento de China se ha ralentizado notablemente desde 2017. Y no hay señales de que la tendencia se vaya a revertir. Los responsables de las políticas también están haciendo progresos en la introducción de reformas orientadas al mercado para mejorar el entorno empresarial. Como muestra del creciente interés que genera China entre los inversores extranjeros está la subida del 96,6 por ciento interanual en el número de nuevas empresas creadas con capital extranjero en el país en los primeros seis meses.
Gracias a su fortaleza económica intrínseca, China solo recibirá un impacto limitado de la guerra comercial. Siempre que China acelere la reforma estructural por el lado de la oferta y persista en la mejora de la calidad y la eficiencia de la economía, el país será capaz de resistir los vientos que soplen en contra en el futuro y salir fortalecida de la prueba de presión.
China seguirá buscando su desarrollo a través de la apertura al exterior para adaptarse a la tendencia de una mayor inserción de la economía nacional en la mundial. El país continuará con su estrategia de apertura mutuamente beneficiosa para forjar una economía abierta al más alto nivel. Además, participará activamente en la gobernanza económica global y en la provisión de bienes públicos a fin de aumentar su poder en la elaboración de nuevas reglas de la gobernanza económica mundial y construir comunidades de intereses amplios.
En las tres décadas pasadas, el desarrollo de la economía china a una velocidad alta no solo ha traído prosperidad al país, sino que también ha ofrecido una gran aportación al crecimiento de la economía global. No obstante, en los últimos años, el antiguo modelo chino de desarrollo viene sufriendo un cuello de botella. Por ello, el país asiático empezó a promover un cambio de modalidad y una actualización ante las restricciones de los recursos, el desastre medioambiental, la escasez de tierra y otros factores, lo que acompaña a la desaceleración del ritmo de desarrollo económico. La economía de China ha entrado en una “nueva normalidad”, que se caracteriza por un crecimiento medio-alto, mejora de estructuras, nuevas fuerzas motrices y más desafíos. La investigadora del Instituto de Economía Mundial de la Academia de Relaciones Internacionales Modernas de China, Chen Fengying, manifestaba lo siguiente al respecto:
“Creo que el motor de desarrollo de la economía china ha cambiado. El Décimo Tercer Plan Quinquenal tiene que enfrentar la diferencia de circunstancias y adaptarse a la tendencia de futuro. El establecimiento de nuestras políticas se debe vincular con la ‘nueva normalidad”.
Hoy en día, la economía china está en una etapa en la que se experimentan tres fases simultáneamente: la fase del cambio de velocidad, la previa, más difícil, de ajuste estructural y la preliminar, de digestión de políticas de estímulo. Ma sostiene que la clave del desarrollo de la economía china radica en la transformación del modelo antiguo al nuevo.
“Antes nuestro crecimiento económico dependía de la industria de gama media-baja, como la industria pesada, la química y otras que necesitan grandes inversiones y generan altas emisiones de contaminantes. Pero en el futuro realizaremos un desarrollo intenso a través de promover industrias que cuentan con mayor fabricación, alto valor agregado y tecnología avanzada, y que además producen pocas emisiones. Cabe mencionar que el problema que enfrentamos es que las industrias antiguas están eliminándose, el costo de las industrias de gama baja está aumentando y se están trasladando al exterior. Mientras tanto, las nuevas industrias, basadas en la última tecnología, maduran lentamente. Pero, ¿cómo podemos materializar más rápidamente la transformación de la antigua fuerza motriz a la nueva? Hace falta reformas para resolverlo”.
Tras la celebración del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) en 2012, la profundización de las reformas y el incremento del nivel de la economía abierta se han convertido en dos palabras clave en el país asiático. El profesor de la Universidad de Nankai, Liu Gang, daba su opinión sobre este asunto:
“Las propuestas sobre el XIII Plan Quinquenal (2016-2020) aprobadas en la V Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh prestan mucha atención a la economía abierta. En el pasado, nos abrimos hacia el exterior, sin embargo, hoy en día hablamos de una apertura bilateral con intercambios. Por ejemplo, la Zona Piloto de Libre Comercio de Tianjin, en el norte de China, va a ser un lugar importante donde empresas chinas participen en la competencia internacional y la exportación de capital y tecnologías. Gradualmente, su modelo se ampliará en otros sitios del país, impulsando la reforma y el desarrollo económico de China”.
Mucha gente opina que las reformas y la apertura bajo la “nueva normalidad” de la economía china brindarán más oportunidades al mundo. Uno de ellos es Winfried Bostelmann, presidente de la Federación de Pequeñas y Medianas Empresas de Alemania.