Xulio Ríos: la relación entre China y EEUU tiene que ser constructiva para el bien de toda la comunidad global

2018-03-28 17:57:59
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El gobierno de Estados Unidos adoptó recientemente nuevas medidas proteccionistas para busca reducir su déficit comercial con China en 1.000 millones de dólares este año.

Sin embargo, el comercio incluye el de productos y de servicios. Sin embargo, el comercio de servicios no está reflejado completamente en las estadísticas. La estimación estadounidense del déficit comercial está sobreestimada en un 20 por ciento debido a las diferencias de cálculo. El desequilibrio comercial también se debe a los estrictos controles de la parte estadounidense de las exportaciones de alta tecnología a China. El déficit comercial sino-estadounidense se reduciría un 35 por ciento si tales controles se relajasen, según el ministro de Comercio chino, Zhong Shan, citando un informe de un instituto de estudios de Estados Unidos. Por eso, para solucionar el problema, Estados Unidos debe hacer esfuerzos reales por flexibilizar los controles de alta tecnología.

En esta ocasión, sostuvimos una entrevista exclusiva con Xulio Ríos, director del Observatorio español de Política China.

CRI: Según el gobierno de Estados Unidos, el objetivo de sus nuevas medidas proteccionistas es buscar reducir su déficit comercial con China en 1.000 millones de dólares este año. A pesar de que el superávit está en China, Estados Unidos sigue siendo quien más se beneficia de él. Más de la mitad del superávit comercial de China viene de las compañías de inversión extranjera y el comercio de procesamiento, lo que deja poco margen de beneficios para el país asiático, mientras que la mayor parte de los beneficios del diseño, el suministro de componentes y el marketing salen hacia Estados Unidos.

¿Cuáles son sus opiniones sobre el accionar de la parte estadounidense que provocó una guerra comercial con una excusa débil? Y ¿cuáles son sus motivos auténticos?

Xulio Ríos: Pues, sin duda, estas medidas de la administración de Donald Trump tienen mucho que ver con la nueva estrategia de seguridad nacional, que identifica a China como el principal competidor estratégico de EEUU. Yo creo que estas medidas de carácter proteccionista en el ámbito comercial, como también las restricciones a las inversiones de China en EEUU, responden a esa idea de adoptar medidas para tratar de dificultar la consolidación de China como el gran competidor de EEUU en los próximos años. Y estas medidas abarcan no solo al ámbito comercial o inversor. Bueno, no es casual que se hayan producido nuevos episodios de incidencia en el Mar de China Meridional con embarcaciones de EEUU, o incluso la reciente promulgación del acta de viajes a Taiwán y el empeño de EEUU de reforzar los vínculos con Taipei. Así mismo podríamos hablar de la estrategia de Indo-Pacífico. Todo este conjunto de medidas trazan un escenario que apunta a la intensificación de una política de contención de China por la que parece apostar la administración de Trump sin ningún de dudas. Por lo tanto, no se trata solo de una medida de carácter comercial sino de una medida que debemos enmarcar en un contexto enmarcado en esa estrategia de seguridad nacional, que apunta a una relación mucho más conflictiva con China en los próximos años para intentar impedir su consolidación como la principal potencia a nivel global.

CRI: En contraste con el proteccionismo de Estados Unidos, China está impulsando la apertura, con mayores esfuerzos como el franqueo de su sector manufacturero general a los inversionistas exteriores y la flexibilización de la regulación en muchas áreas, incluidos los vehículos de nueva energía. Una guerra comercial entre los dos países sería un desastre y afectaría considerablemente a Estados Unidos. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, aconsejó el 21 de este mes que la forma correcta de resolver el desequilibrio es abrir más el mercado entre uno y otro y hacer que la tarta de la cooperación bilateral sea más grande, en lugar de lanzar guerras comerciales.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son las medidas correctas para lograr el equilibrio comercial entre las dos partes?

¿Cómo comenta usted los esfuerzos de China en el impulso de la apertura en los últimos años?

Xulio Ríos: Sin duda, empezando por el final, la apertura de China en los últimos años ha sido espectacular. Hay que tener en cuenta que los últimos 30-40 años se ha producido un gran cambio histórico en la relación de China con el mundo y eso ha tenido su principal reflejo en el ámbito económico y comercial, porque ha sido este ámbito el que ha servido de punta de lanza para una mayor inserción internacional de China en todos los aspectos. Indudablemente, existe un desequilibrio comercial entre EEUU y China, es evidente también que este desequilibrio tiene naturaleza estructural. Y, por lo tanto, no es un desequilibrio que se pueda resolver con medidas unilaterales o medidas aisladas, sino que debe superarse a través de un proceso de negociación entre ambas partes y que ponga en perspectiva, por las relaciones bilaterales como se han desarrollado en los últimos años, incorporando aspectos que tienen que ver no solo con el comercio de mercancías sino también con el comercio de servicios. Que tenga que ver con la adquisición de nuevas tecnologías, la protección de la propiedad intelectual, etcétera; y, es en ese marco de diálogo continuo y de tratamiento uno a uno de los problemas existentes en el comercio bilateral, cómo se pueden superar las dificultades entre ambas economías, que son economías de una gran importancia en el ámbito global.

CRI: La cooperación económica y comercial bilateral entre China y los Estados Unidos en los últimos 40 años ha creado enormes mercados y una gran cantidad de oportunidades de trabajo para ambos países, lo que también ha reducido los costos medios para las familias de los Estados Unidos. Ahora, ante el proteccionismo comercial del país norteamericano, China en absoluto se quedará de brazos cruzados viendo que sus intereses legítimos son dañados.

Según un informe del Instituto Peterson de Economía Internacional, con sede en Washington D.C., una guerra comercial resultaría en la pérdida de millones de puestos de trabajo estadounidenses. Además, limitar la importación de productos afectaría a las empresas y el pueblo de Estados Unidos. Una guerra comercial nunca es la solución apropiada en un mundo globalizado, y dañaría tanto al país instigador como al atacado. En caso de guerra comercial, China y otros países tomarán medidas de respuesta justificadas y necesarias.

¿Cómo la guerra comercial ejercerá influencias en los dos países y en la vida cotidiana de los dos pueblos?

Xulio Ríos: Sin duda va a afectar, en el caso de consolidarse esta tendencia, esta trayectoria, dado el nivel de implicación y de relación bilateral entre ambas economías. Sin duda va a afectar en el ámbito del empleo, de la adquisición de bienes de consumo, en el ámbito de los precios, etcétera; a los dos países. Y por lo tanto generaría una dinámica enormemente perjudicial tanto para EEUU como para China, por eso es fundamental que este tipo de problemas se lleve a una mesa de diálogo, a una mesa de negociaciones, y no se agrave con medidas unilaterales que puedan empeorar la situación. Lo que, indudablemente, teniendo en cuenta que estamos hablando de la primera economía y la segunda economía del mundo, unas tensiones de estas características, dado el nivel de ambas economías, puede tener consecuencias nefastas para la industria, el comercio, el bienestar de las sociedades de ambos países.

CRI: Según los medios de comunicación, la Cámara de Comercio de Estados Unidos y otras asociaciones comerciales instaron al gobierno estadounidense a que no imponga aranceles unilaterales sobre productos chinos, puesto que la acción podría perjudicar tanto a los consumidores como al crecimiento económico del país norteamericano. Como respuesta, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, reiteró que nadie saldrá ganador de una guerra comercial, ni existe una “superarmadura” que pueda garantizar la invulnerabilidad de un país cuando blande el gran palo de proteccionismo comercial contra otros.

¿Cuáles son las influencias ejercerá la guerra comercial entre China y los Estados Unidos en el orden de comercio global y la economía de otros países?

Xulio Ríos: Pues, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad económica globalizada y, por lo tanto, enormemente interdependiente es imposible establecer fronteras para la economía en los marcos estatales o nacionales. Una tensión, un agravamiento de las tensiones entre EEUU en el marco económico y comercial, aunque EEUU establezca exenciones para la UE o para países amigos, o aliados, etcétera; indudablemente nadie está libre de las consecuencias de una guerra comercial entre dos gigantes económicos como son China y EEUU. Por lo tanto, una primera consecuencia es poner en cuestión todo el sistema multilateral de comercio a nivel global, y esto afecta a todos los países, grandes o pequeños, amigos o no amigos, aliados o no aliado. Y por lo tanto las consecuencias de afirmarse esta vía proteccionista, esta vía conflictiva en el comercio global afectará sin duda, en mayor o menor medida, a todos los países. Y afectará sobre todo a las economías más grandes, aun cuando inicialmente puedan establecerse medidas de dispensación para, efectivamente, tratar de evitar un agravamiento mayor. Pero nadie quedaría a salvo de una guerra comercial entre dos gigantes como China y EEUU.

CRI: ¿Cuáles son sus consejos sobre las medidas necesarias que China adoptará para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos?

Xulio Ríos: Bueno, para China yo creo que es una situación bastante complicada. Porque, por una parte, debe responder con proporcionalidad para salvaguardar sus propios intereses. Y necesita buscar una fórmula reflexionada, una fórmula que de alguna manera le permita no quedar corto ni pasarse de largo. Porque si partimos del análisis de que efectivamente estas tensiones comerciales no son estrictamente comerciales, sino que son reflejo de una tensión que tiene una dimensión mucho mayor y que tiene que ver con factores de naturaleza estratégica en la relación entre ambos países; evidentemente, si estas medidas son simplemente el reflejo de una tensión mayor, si China se queda de brazos cruzados evidentemente la situación puede agravarse aún más. Por lo tanto, China necesita responder con prudencia, al mismo tiempo con moderación, pero enviando un mensaje claro a las autoridades estadounidenses de que este no es el camino y que la confrontación tiene perjuicios y consecuencias negativas para ambas partes. Por lo tanto, es de esperar que China reaccione. También es de esperar que China reaccione con prudencia, pero dejando claro que, efectivamente, la relación entre China y EEUU en el futuro depende de un hilo. Y esa relación tiene que ser constructiva, para el bien de ambas partes y para el bien de toda la comunidad global.

CRI: ¿Cómo se reduce el impacto de las medidas proteccionistas de los Estados Unidos hacia China?

Xulio Ríos: Pues indudablemente China tiene ahí una oportunidad para acelerar todo el tránsito en su modelo de desarrollo, tratando de reducir la dependencia de su economía de las exportaciones a EEUU. Es evidente que estas tensiones abren oportunidades en otros ámbitos, en otros escenarios: en AL, en Europa, en África, etcétera. Y este incremento de las tensiones bilaterales entre China y EEUU probablemente va a acelerar mucho más las modificaciones estructurales de la economía china, también en el ámbito de la economía exterior, que ya se han venido aplicando de forma exhaustiva en el último lustro. Creo que esta situación de tensión va a acelerar, va a intensificar aún más todo este proceso de transformación estructural de la propia economía china. Y, en este sentido, la crisis también representa una gran oportunidad para establecer una economía china mucho más holgada y mucho más implicada en el ámbito internacional, más allá de esa dimensión bilateral con EEUU, que seguirá siendo importante a pesar de todo durante muchos años.

La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) publicó el 3 del mes una lista de productos chinos sujetos a un posible arancel de 25 por ciento en medio de una fuerte oposición de China y empresas estadounidenses. La lista propuesta abarca alrededor de 1.300 productos importados de China, incluyendo de las industrias aeroespaciales, de tecnologías de la información y la comunicación, robótica y maquinaria, indicó la USTR, por un valor anual de cerca de 50.000 millones de dólares.

China ha enfatizado que está listo para tomar cualquier medida necesaria para defender sus legítimos intereses, aunque espera abordar de forma adecuada la disputa comercial con Estados Unidos a través del diálogo y consultas. Geng Shuang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo: “No deseamos una guerra comercial, pero no le tememos. Si alguien insiste en iniciar una guerra comercial, combatiremos hasta el final. Estados Unidos debe adoptar una postura racional, debe escuchar los llamados de las empresas y las personas comunes y corrientes, debe descartar el unilateralismo y el proteccionismo comercial, abordar la disputa a través del diálogo y las consultas y trabajar con China por un firme y sano desarrollo del comercio bilateral para beneficio de ambos pueblos”.

En las últimas semanas, grupos empresariales de China y Estados Unidos han advertido a la administración Trump que no siga adelante con su plan de aranceles sobre las importaciones chinas porque elevaría los costos para los consumidores y compañías estadounidenses, además de tener un efecto negativo en los mercados financieros. De acuerdo con Myron Brilliant, vicepresidente ejecutivo y jefe de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, imponer impuestos sobre productos utilizados diariamente por los consumidores y creadores de empleo estadounidenses no es la vía para resolver los asuntos comerciales entre Estados Unidos y China.

La lista de aranceles propuestos se basa en una investigación de la sección 301 sobre las presuntas prácticas de propiedad intelectual y transferencia de tecnología de China emprendida en agosto de 2017 por la administración Trump. La semana pasada, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que se atravesaría un período de comentarios de 60 días después de que la administración diera a conocer la lista de posibles aranceles y que existía la esperanza de que las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos pudieran conducir a un resultado fructífero. Aunque Estados Unidos y China tienen dos sistemas económicos muy distintos, es muy posible que la relación comercial bilateral pueda terminar en un buen sitio después de superar una serie de dificultades en el transcurso de los años.

El gobierno de Estados Unidos adoptó recientemente nuevas medidas proteccionistas para busca reducir su déficit comercial con China en 1.000 millones de dólares este año.

Sin embargo, el comercio incluye el de productos y de servicios. Sin embargo, el comercio de servicios no está reflejado completamente en las estadísticas. La estimación estadounidense del déficit comercial está sobreestimada en un 20 por ciento debido a las diferencias de cálculo. El desequilibrio comercial también se debe a los estrictos controles de la parte estadounidense de las exportaciones de alta tecnología a China. El déficit comercial sino-estadounidense se reduciría un 35 por ciento si tales controles se relajasen, según el ministro de Comercio chino, Zhong Shan, citando un informe de un instituto de estudios de Estados Unidos. Por eso, para solucionar el problema, Estados Unidos debe hacer esfuerzos reales por flexibilizar los controles de alta tecnología.

En esta ocasión, sostuvimos una entrevista exclusiva con Xulio Ríos, director del Observatorio español de Política China.

CRI: Según el gobierno de Estados Unidos, el objetivo de sus nuevas medidas proteccionistas es buscar reducir su déficit comercial con China en 1.000 millones de dólares este año. A pesar de que el superávit está en China, Estados Unidos sigue siendo quien más se beneficia de él. Más de la mitad del superávit comercial de China viene de las compañías de inversión extranjera y el comercio de procesamiento, lo que deja poco margen de beneficios para el país asiático, mientras que la mayor parte de los beneficios del diseño, el suministro de componentes y el marketing salen hacia Estados Unidos.

¿Cuáles son sus opiniones sobre el accionar de la parte estadounidense que provocó una guerra comercial con una excusa débil? Y ¿cuáles son sus motivos auténticos?

Xulio Ríos: Pues, sin duda, estas medidas de la administración de Donald Trump tienen mucho que ver con la nueva estrategia de seguridad nacional, que identifica a China como el principal competidor estratégico de EEUU. Yo creo que estas medidas de carácter proteccionista en el ámbito comercial, como también las restricciones a las inversiones de China en EEUU, responden a esa idea de adoptar medidas para tratar de dificultar la consolidación de China como el gran competidor de EEUU en los próximos años. Y estas medidas abarcan no solo al ámbito comercial o inversor. Bueno, no es casual que se hayan producido nuevos episodios de incidencia en el Mar de China Meridional con embarcaciones de EEUU, o incluso la reciente promulgación del acta de viajes a Taiwán y el empeño de EEUU de reforzar los vínculos con Taipei. Así mismo podríamos hablar de la estrategia de Indo-Pacífico. Todo este conjunto de medidas trazan un escenario que apunta a la intensificación de una política de contención de China por la que parece apostar la administración de Trump sin ningún de dudas. Por lo tanto, no se trata solo de una medida de carácter comercial sino de una medida que debemos enmarcar en un contexto enmarcado en esa estrategia de seguridad nacional, que apunta a una relación mucho más conflictiva con China en los próximos años para intentar impedir su consolidación como la principal potencia a nivel global.

CRI: En contraste con el proteccionismo de Estados Unidos, China está impulsando la apertura, con mayores esfuerzos como el franqueo de su sector manufacturero general a los inversionistas exteriores y la flexibilización de la regulación en muchas áreas, incluidos los vehículos de nueva energía. Una guerra comercial entre los dos países sería un desastre y afectaría considerablemente a Estados Unidos. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, aconsejó el 21 de este mes que la forma correcta de resolver el desequilibrio es abrir más el mercado entre uno y otro y hacer que la tarta de la cooperación bilateral sea más grande, en lugar de lanzar guerras comerciales.

El embajador chino ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), Zhang Xiangchen, manifestó el 4 del mes que la decisión estadounidense de imponer medidas unilaterales contra China en virtud de una investigación basada en la legislación nacional Sección 301 es una violación intencionada y burda de los principios fundamentales de la OMC sobre no discriminación y aranceles consolidados. El diplomático chino efectuó esta afirmación después de que el Gobierno estadounidense anunciase la lista de los productos que deberían recibir aranceles adicionales, con un 25 por ciento de tarifa recomendada para exportaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares.

El Ministerio de Comercio de China indicó el mismo día que China condena en términos enérgicos y se opone rotundamente a los aranceles propuestos por Estados Unidos y está listo para tomar medidas recíprocas contra productos estadounidenses. Un portavoz del Ministerio de Comercio de China protestó: “Sin tener en cuenta las fuertes exhortaciones de China, Estados Unidos anunció unas propuestas arancelarias que son completamente infundadas, una típica práctica unilateral y proteccionista que China condena enérgicamente y a la que se opone firmemente. La parte estadounidense publicó la lista sin tener en cuenta la naturaleza beneficiosa para ambas partes de la cooperación comercial y económica entre China y EE. UU. en los últimos 40 años, las apelaciones de las comunidades empresariales chinas y estadounidenses y los intereses de los consumidores. La medida fue en contra de los intereses de China, Estados Unidos y el mundo en general, y viola gravemente los principios básicos y el espíritu de la Organización Mundial del Comercio (OMC). China planea llevar de inmediato la práctica estadounidense en cuestión ante el organismo de resolución de disputas de la OMC, y está dispuesta a tomar contramedidas contra los productos estadounidenses de la misma fuerza y escala que se publicarán en los próximos días. Tenemos la confianza y la capacidad para responder a cualquier medida comercial proteccionista de EE. UU.”.


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