La vida después del TPP
El nuevo escenario podría ser la oportunidad para reforzar la relación de Chile, Perú y México con China
Por MICHAEL ZÁRATE
El Gallo de Fuego llegó con noticias candentes. Cinco días antes de que una parte del mundo celebrara el Año Nuevo Chino, el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió poner fin a la participación de su país en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), al cual se habían adherido 12 países, entre ellos Chile, Perú y México. La decisión de la administración Trump -sorpresiva no por la medida en sí, sino por la rapidez con que se tomó- obliga a aquellas naciones latinoamericanas a reformular sus agendas comerciales, y China ha sido mencionada como el país que podría llenar el vacío dejado por EE. UU.
Globalización y libre comercio
La referencia a China no es gratuita. El 17 de enero, en su primer viaje al exterior de 2017, el presidente chino, Xi Jinping, asistió al Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), donde defendió la globalización y el libre comercio, en momentos en los que los aires proteccionistas soplan fuertemente. “Su defensa de la globalización económica y su compromiso con una apertura inclusiva y justa de China han sido muy importantes”, sostuvo Victor Chu, presidente de la firma de inversión hongkonesa First Eastern Investment Group y asistente al Foro de Davos por 23 años consecutivos, en declaraciones al semanario chino Caixin.
Por esa misma senda se pronunció el primer ministro chino, Li Keqiang, quien por esos días publicó un artículo en la revista Bloomberg Businessweek en defensa del libre comercio. “Es preferible que los países comercien mercancías, servicios y bonos a través de asociaciones de inversión, a que intercambien denuncias y creen obstáculos”, puntualizó Li, quien también conversó telefónicamente con la canciller alemana, Angela Merkel, para expresarle la necesidad de garantizar el sistema económico internacional.
La posición del Gobierno chino ha hecho que hoy se esté discutiendo la posibilidad de reformar el mortalmente herido TPP con una inclusión de China. De hecho, uno de los que lo ha planteado ha sido el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, aunque ello “es poco probable”, refirió Huo Jianguo, investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica. Del mismo parecer es el ministro de Comercio Exterior de Perú, Eduardo Ferreyros, quien ha declarado: “Es muy difícil que un país (como China) que no participó en el proceso de gestación del TPP entre y se adhiera. Para que esto ocurra, lo más probable es que deba iniciarse una nueva negociación, algo muy complejo”.
Sin embargo, China viene impulsando desde hace un tiempo la Asociación Económica Regional Integral (RCEP, por sus siglas en inglés), compuesta por 16 países, así como la creación de la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (FTAAP). La decisión de Estados Unidos de abandonar el TPP podría abrirle la puerta a China para negociar un gran acuerdo comercial con otras naciones asiáticas. Pero, ¿qué podría ocurrir con Chile, Perú y México?
Chile y Perú: los TLC como defensa
En diálogo con China Hoy, el especialista chileno Andrés Bórquez, candidato a doctor en Políticas Internacionales de la Universidad Fudan (Shanghai), sostiene que primero se debe hacer una distinción entre los acuerdos de libre comercio bilaterales y aquellos multilaterales. A pesar de que ambos son diseñados para eliminar barreras y tarifas comerciales, los primeros juegan un rol más técnico y se focalizan en los intereses específicos de las dos naciones firmantes. “Por el contrario, los segundos (como el TPP) poseen un rol más político y buscan establecer las bases para la gobernanza global en materia de comercio exterior”, explica Bórquez.
Chile fue el país pionero en América Latina en buscar alianzas comerciales más allá de EE. UU. y Europa. Por ello, el retiro de Washington del TPP no le afectaría tanto, en vista de que tiene ya acuerdos de libre comercio firmados prácticamente con todos los países de Asia-Pacífico que suscribieron el tratado.
28 de noviembre de 2016. El vicepresidente del Comité Permanente de la APN, Ailigeng Yimingbahai (der.), y el embajador peruano Juan Carlos Capuñay, durante la recepción por el 45° aniversario de relaciones diplomáticas entre China y Perú. Cnsphoto
“Con la automarginación de EE. UU. queda un vacío en el liderazgo de la gobernanza del libre comercio, y el candidato natural para ocupar su lugar es China”, apunta Andrés Bórquez, para quien China está dispuesto a asumir este rol promoviendo la creación de la FTAAP. Por su parte, Chile cuenta con 15 acuerdos bilaterales con economías que son miembros de APEC (el TLC con China entró en vigor en 2006). “En tal configuración, el país sudamericano puede verse beneficiado, puesto que se encuentra en una excelente posición para fortalecer sus relaciones políticas y comerciales con China”, dice Bórquez.
En ese sentido, Perú es otro de los países que tampoco podría verse muy afectado. Actualmente, tiene TLC firmados con nueve economías miembro de APEC (el TLC con China entró en vigor en 2010). Hugo Perea, economista en jefe para el BBVA Research Peru, señaló en el semanario peruano Hildebrandt en sus Trece que la decisión de EE. UU. no tendrá un impacto directo en el país incaico. “El problema está en que las decisiones que Estados Unidos está tomando van a restar competitividad a su país y su crecimiento se hará más lento. Al ser la primera economía del mundo, eso ralentizará a los demás”, opinó.
Por su parte, al hablar de China, el ministro de Comercio Exterior de Perú, Eduardo Ferreyros, se ha referido al país asiático como el abanderado de la apertura. “En momentos de incertidumbre mundial como la que vivimos, cuando los países tienden a protegerse, China es el abanderado de la apertura de mercados, con mensajes clarísimos en contra del proteccionismo”.
México: una mirada hacia el Asia-Pacífico
A diferencia de Chile y Perú, México tiene un mucho mayor riesgo de verse afectado con el desplome del TPP. Estados Unidos es su principal socio comercial y el destino del 80 % de las exportaciones mexicanas. Más aún, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha sacudido la relación bilateral al anunciar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al amenazar con gravar un 20 % las importaciones desde México y, sobre todo, al autorizar la construcción de un cuestionado muro en la frontera.
Ante esta situación adversa, muchos expertos mexicanos han coincidido en la necesidad de que el país azteca busque una propia estrategia comercial con los países del Asia-Pacífico. El pedido fue recogido por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien ha ordenado ya iniciar negociaciones bilaterales para intensificar las relaciones precisamente con países como Japón, Corea del Sur y China. “Queremos atraer inversión y seguir fortaleciendo de una manera integral nuestra relación con ese gran país asiático que es China”, ha dicho el canciller mexicano, Luis Videgaray.
6 de diciembre de 2016. La línea de montaje de automóviles de nueva energía de Jianghuai Automóvil de Anhui de China S.A. (JAC Motors). CFP
Y las acciones no se hicieron esperar. El 1 de febrero se anunció que el fabricante chino de automóviles JAC se aliará con la firma mexicana Giant Motors para producir vehículos en Ciudad Sahagún, en el estado de Hidalgo, lo que supondría una inversión de unos 212 millones de dólares, 1000 puestos de trabajo directos y 4500 indirectos. El automovilístico es precisamente uno de los sectores mexicanos más amenazados por las nuevas políticas de la administración estadounidense.
En diálogo con China Hoy, Efrén Calvo Adame, presidente de la Cámara de Comercio de México en China (Mexcham), abogó por un aumento de la relación comercial y de las inversiones con el país asiático. “Ha llegado el momento que siempre hemos advertido en la Cámara: tenemos que buscar vías concretas de amistad con China para lograr establecer programas a largo plazo”, señala. “China es un país que se caracteriza por establecer bases a largo plazo y eso es lo que México debe hacer”, añade Efrén Calvo, cuya institución cumple diez años de fundación y para lo cual prepara una serie de seminarios y actos de celebración, en el marco también de los 45 años de relaciones diplomáticas entre China y México. “Las amenazas hay que convertirlas en oportunidades”, puntualiza.
Mientras soplan vientos proteccionistas en buena parte del globo, hay todavía países dispuestos a apostar por el libre comercio, la apertura económica y la integración. El nuevo año lunar ya comenzó y el gallo, según la cultura china, representa la confianza y la precisión. Dos virtudes que se necesitan en estos tiempos turbulentos.
El nuevo escenario podría ser la oportunidad para reforzar la relación de Chile, Perú y México con China
Por MICHAEL ZÁRATE
El Gallo de Fuego llegó con noticias candentes. Cinco días antes de que una parte del mundo celebrara el Año Nuevo Chino, el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió poner fin a la participación de su país en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), al cual se habían adherido 12 países, entre ellos Chile, Perú y México. La decisión de la administración Trump -sorpresiva no por la medida en sí, sino por la rapidez con que se tomó- obliga a aquellas naciones latinoamericanas a reformular sus agendas comerciales, y China ha sido mencionada como el país que podría llenar el vacío dejado por EE. UU.
Globalización y libre comercio
La referencia a China no es gratuita. El 17 de enero, en su primer viaje al exterior de 2017, el presidente chino, Xi Jinping, asistió al Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), donde defendió la globalización y el libre comercio, en momentos en los que los aires proteccionistas soplan fuertemente. “Su defensa de la globalización económica y su compromiso con una apertura inclusiva y justa de China han sido muy importantes”, sostuvo Victor Chu, presidente de la firma de inversión hongkonesa First Eastern Investment Group y asistente al Foro de Davos por 23 años consecutivos, en declaraciones al semanario chino Caixin.
Por esa misma senda se pronunció el primer ministro chino, Li Keqiang, quien por esos días publicó un artículo en la revista Bloomberg Businessweek en defensa del libre comercio. “Es preferible que los países comercien mercancías, servicios y bonos a través de asociaciones de inversión, a que intercambien denuncias y creen obstáculos”, puntualizó Li, quien también conversó telefónicamente con la canciller alemana, Angela Merkel, para expresarle la necesidad de garantizar el sistema económico internacional.
La posición del Gobierno chino ha hecho que hoy se esté discutiendo la posibilidad de reformar el mortalmente herido TPP con una inclusión de China. De hecho, uno de los que lo ha planteado ha sido el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, aunque ello “es poco probable”, refirió Huo Jianguo, investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica. Del mismo parecer es el ministro de Comercio Exterior de Perú, Eduardo Ferreyros, quien ha declarado: “Es muy difícil que un país (como China) que no participó en el proceso de gestación del TPP entre y se adhiera. Para que esto ocurra, lo más probable es que deba iniciarse una nueva negociación, algo muy complejo”.
Sin embargo, China viene impulsando desde hace un tiempo la Asociación Económica Regional Integral (RCEP, por sus siglas en inglés), compuesta por 16 países, así como la creación de la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (FTAAP). La decisión de Estados Unidos de abandonar el TPP podría abrirle la puerta a China para negociar un gran acuerdo comercial con otras naciones asiáticas. Pero, ¿qué podría ocurrir con Chile, Perú y México?
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