La fuerza del cambio del modelo industrial

2016-08-29 09:01:22
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Cuando términos de moda como big data, impresión en 3D e inteligencia artificial aparecen como bambú de primavera junto a las empresas emergentes, es que ya ha comenzado la 4ª revolución industrial, que fusiona la industrialización y la informática.

En el X Foro Económico Mundial, conocido también como Foro Davos de Verano, la 4ª revolución industrial, al servicio del ser humano y determinante del futuro del mundo, fue el tema central de debate entre personalidades políticas, empresarios y académicos.

Desafíos bajo reformas

“Históricamente, una etapa de depresión económica significa, precisamente, una época dinámica de innovación”, dijo Feng Fei, viceministro de Industria y Tecnología Informática de China. Feng explicó la 4ª revolución industrial como una estrecha unión entre la tecnología informática y la manufacturera tras la explosión de la crisis financiera en 2008.

Sin duda, este cambio va a impulsar notablemente la eficacia productiva y a plasmar el futuro patrón económico: la producción en escala se va transformando hacia la personalización. Y el ciclo de vida de las empresas y su capacidad de control del mercado van disminuyendo. Al mismo tiempo, esta reforma ofrece una oportunidad para que se produzca un cambio de modelo en la economía mundial. La introducción y empuje de nuevas tecnologías punteras y rompedoras, así como de nuevos instrumentos y materiales, obligan a las empresas tradicionales a actualizarse, a transformarse, de modo que su excesiva dependencia de recursos naturales sea sustituida por otra de recursos humanos e innovación.

Respecto a este punto, Ma Weihua, presidente del Club de Empresarios de China, advirtió: “Antes, el desarrollo de China dependía del dividendo demográfico y de escala, un modelo que no se adapta a los desafíos actuales”. Con la nueva revolución industrial, la economía china tiende hacia la fusión entre nueva y vieja energía cinética. Según el profesor del Instituto Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing Huang Yiping, a la industria tradicional, en este proceso de transición, le cuesta seguir el ritmo de alto crecimiento económico, lastrada por un incremento de costes y una pérdida de competitividad, por lo que es necesario para ella una salida rápida al tiempo que se apoya el desarrollo de las nuevas industrias. Por lo tanto, durante este periodo de cambio de modelo, no existe alternativa a la eliminación de la capacidad productiva obsoleta y la neutralización de la sobrante, lo cual acabará por liberar demandas y por acelerar el nacimiento de nuevas industrias pese a las penalidades que supone el proceso.

Según Ma Weihua, una innovación insuficiente y una falta de intercambio de los logros científicos y tecnológicos son los riesgos que afronta este proceso de cambio de modelo y actualización de las empresas chinas. Long Guoqiang, vicedirector del Centro de Estudios del Desarrollo del Consejo de Estado, coincidió con Ma: transformar las industrias tradicionales a través de las nuevas tecnologías será la clave de esta nueva revolución industrial. Las industrias intensivas en capital y tecnología son el futuro.

Nuevas concepciones forman nuevas energías cinéticas

Apoyar el cambio de modelo y la actualización de la economía requiere de una estrategia de desarrollo que haga de la innovación la fuerza motriz de este proceso. Por ello, en los últimos años, el Gobierno chino ha venido impulsando la innovación tecnológica y de sistemas y mecanismos, que ha acompañado con medidas financieras y fiscales beneficiosas para las industrias nuevas, al tiempo que ha impulsado la transformación de las industrias tradicionales. Gracias a la promoción de las políticas y objetivos de “Emprendimiento-innovación”, “Internet+”, “Hecho en China 2025”, entre otras, diferentes empresas de sectores distintos se han ido fusionando y se ha acelerado la creación de nuevas industrias y modelos empresariales.

Para muchas empresas, este modelo de innovación tecnológica y estrechamente vinculado a Internet ha supuesto su salvación. Ante las muchas y variadas demandas de los consumidores, ofrecerles una atención personalizada y contar con una producción flexible, acelerar el cambio del modelo de producción, administración y marketing, y moldear de nuevo las cadenas industriales, de suministro y de valor son factores importantes para cambiar con éxito el modelo empresarial. Internet proporciona a las empresas la posibilidad de combinar una cantidad masiva de información, tanto de oferta como de demanda, les permite compartir y cooperar en I+D, en conocimientos profesionales y habilidades artesanales, y también permite unir fuerzas y conocimientos a nivel global a fin de resolver problemas.

MI (Xiaomi) es un ejemplo de éxito en la fusión entre software e Internet. Según su fundador y presidente del Consejo, Lei Jun, el crecimiento de MI, que ha pasado de producir celulares a convertirse en el tercer mayor comerciante electrónico de China, se debe a que “ha encontrado el método de combinar Internet con la economía real”. MI no solo ha creado una cadena ecológica de hardware como fabricante o como accionista de otras compañías productoras de hardware como celulares, televisores, etc., sino que también ha establecido una cadena de UGC (contenido generado por los usuarios, siglas en inglés) como inversor en varias plataformas de Internet para ofrecer un rico contenido a sus hardware. Aprovechando la ventaja de que Internet puede disminuir eslabones en la cadena de suministro, MI crea productos de calidad a buen precio. A Lei Jun le encanta ayudar a otras empresas a copiar el modelo de MI para que se produzca un avance común entre diferentes sectores.

A pesar de que cada actualización del modelo industrial supone impactos indeseados en algunos sectores, crea al mismo tiempo nuevas industrias, por lo que esta nueva revolución industrial no implica ninguna catástrofe. Travis Kalanick, fundador y primer administrador ejecutivo de Uber, ha indicado que con esta nueva revolución industrial crece la “economía compartida”, de la que se deriva la “economía emprendedora”. Uber es un ejemplo de “economía compartida”. Esta plataforma para contratar desplazamientos en automóvil, combina eficazmente trabajadores y clientes, y permite a mucha gente realizar un trabajo independiente. “El estímulo del Gobierno chino al emprendimiento y la innovación ha situado a China en vanguardia”, concreta Travis Kalanick.

Cuando las empresas efectúan ajustes para adaptarse al nuevo modelo de desarrollo económico también influyen a otras industrias tradicionales. Liu Zhen, responsable de la estrategia china de Uber, reveló que a medida que aumenta el número de usuarios de Uber se producen cambios casi imperceptibles en sectores como la industria de la automoción, la construcción de carreteras, el sector de los seguros o los sistemas de pago.

Las nuevas energías cinéticas son sumamente importantes para el cambio de modelo y actualización de las industrias tradicionales. Según Feng Fei, viceministro de Industria y Tecnología Informática, cada día se dan más casos de industrias tradicionales que tienen éxito en su cambio de modelo y actualización, como la combinación de la manufactura inteligente con la industria siderúrgica, así como la producción personalizada en el sector textil. Tianjin, ciudad anfitriona del foro, es un ejemplo. Durante mucho tiempo, la ciudad fue una importante base de la industria tradicional; sin embargo, su crecimiento económico durante los últimos años la ha llevado a centrarse en la ciencia y la tecnología biológica, en los nuevos materiales y en las nuevas energías.

El cambio de modelo y actualización de las industrias tradicionales chinas y el acelerado despegue de las empresas locales suponen desafíos para la previsión de crecimiento de las empresas transnacionales. Aun así, éstas depositan sus esperanzas en el mercado chino. Una investigación llevada a cabo en septiembre de 2015 por la Estrategia Accenture y el Instituto FT demuestra que un 71 % de los 119 administradores de alto nivel de las empresas transnacionales en China encuestados planean incrementar las inversiones en China en los próximos años. Al entrevistarse con los representantes empresariales del foro, el primer ministro chino, Li Keqiang, enfatizó que la participación de las empresas extranjeras en esta reforma supone nuevas tecnologías y experiencias administrativas, así como un beneficio para las empresas chinas y su actualización industrial. Al mismo tiempo, escuchar y adaptar las sugerencias de las empresas ayuda al Gobierno chino a reformar su sistema y mecanismo de forma eficaz y a ofrecer mejores servicios para las empresas. “China sigue siendo el mercado inversionista con mayor potencial del mundo, y debe ser la tierra de inversión más atractiva del mundo”, agregó Li.

Ante la nueva revolución industrial, las empresas transnacionales deben ser conscientes de que el marketing preciso y el espíritu innovador son elementos fundamentales para la consecución del éxito en China. Para lograrlo y ganar mercado, es importante que fortalezcan su cooperación con las empresas locales. Por ejemplo, Land Rover y Chery han establecido una compañía mixta, dedicándose especialmente a los autos para el mercado chino, mientras que Uber ha expresado su deseo de cooperar con las pymes chinas para contribuir al cambio de modelo económico chino.

Mirada al futuro

Aunque el proceso no tendrá el viento de cola, confiamos en el cambio de modelo y en la actualización de la economía china. Mio Takaoka, responsable del departamento de desarrollo comercial e inversión de la red de bolsa y comercios Monex, señaló que ante la nueva revolución industrial, China posee un buen ambiente para la innovación, una gran cantidad de personas cualificadas y emprendedoras con visión internacional y espíritu empresarial, y una masa de clientes que adora probar nuevos productos y servicios. Feike Sijbesma, presidente de DSM de Holanda y presidente conjunto del presente Foro, dijo que no se esperan cambios económicos en China y que, además, el país dispone de buenas infraestructuras y un creciente grupo poblacional de ingresos medios. Curtido por la experiencia vivida en su grupo, que pasó de ser una empresa de carbón a un grupo de industria química, Feike Sijbesma sugirió que las empresas chinas aprendan de los diversos conceptos de desarrollo, que se atrevan a abandonar los productos atrasados y que se expandan hacia áreas más amplias.

Frente al acelerado desarrollo tecnológico, surgen dudas sobre el futuro. La clave para vencer esta preocupación reside en superar el temor, en tener la inclusividad y en cooperar. La presidenta del Instituto de Emprendimiento y Administración de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shanghai (ShanghaiTech University), R. May Lee, agregó: “La inclusividad debe ser la base del ser humano para superar el temor. Para apoyar la innovación, se necesita tolerancia ante los errores”.

En épocas de fluctuación mercantil, la fortaleza de la dirección también es un gran factor para vencer el temor. Según Marc R. Benioff, presidente de Salesforce, “los directores deben ser conscientes del plan definido para el futuro”. En su opinión, frente a los desafíos causados por el cambio de modelo económico y por la presión de la desaceleración económica, los dirigentes chinos han considerado perspectivas de desarrollo a largo plazo, lo cual es la fortaleza de dirección necesaria en este contexto de reformas.

Tampoco podemos omitir los beneficios que la 4ª revolución industrial ofrece a la sociedad. Navdeep Bains, ministro de Innovación, Ciencia y Tecnología y Desarrollo Económico de Canadá, y presidente conjunto del foro, sostuvo que el verdadero desafío no está en la revolución industrial misma, sino que reside en si esta puede promover el crecimiento inclusivo y beneficia a la gente.

Posiblemente ante la nueva revolución industrial, solo quien se atreva a levar anclas y esté dispuesto a compartir, podrá tener un brillante futuro gracias a la ciencia y la tecnología.

Por XING WEN

Cuando términos de moda como big data, impresión en 3D e inteligencia artificial aparecen como bambú de primavera junto a las empresas emergentes, es que ya ha comenzado la 4ª revolución industrial, que fusiona la industrialización y la informática.

En el X Foro Económico Mundial, conocido también como Foro Davos de Verano, la 4ª revolución industrial, al servicio del ser humano y determinante del futuro del mundo, fue el tema central de debate entre personalidades políticas, empresarios y académicos.

Desafíos bajo reformas

“Históricamente, una etapa de depresión económica significa, precisamente, una época dinámica de innovación”, dijo Feng Fei, viceministro de Industria y Tecnología Informática de China. Feng explicó la 4ª revolución industrial como una estrecha unión entre la tecnología informática y la manufacturera tras la explosión de la crisis financiera en 2008.

Sin duda, este cambio va a impulsar notablemente la eficacia productiva y a plasmar el futuro patrón económico: la producción en escala se va transformando hacia la personalización. Y el ciclo de vida de las empresas y su capacidad de control del mercado van disminuyendo. Al mismo tiempo, esta reforma ofrece una oportunidad para que se produzca un cambio de modelo en la economía mundial. La introducción y empuje de nuevas tecnologías punteras y rompedoras, así como de nuevos instrumentos y materiales, obligan a las empresas tradicionales a actualizarse, a transformarse, de modo que su excesiva dependencia de recursos naturales sea sustituida por otra de recursos humanos e innovación.

Respecto a este punto, Ma Weihua, presidente del Club de Empresarios de China, advirtió: “Antes, el desarrollo de China dependía del dividendo demográfico y de escala, un modelo que no se adapta a los desafíos actuales”. Con la nueva revolución industrial, la economía china tiende hacia la fusión entre nueva y vieja energía cinética. Según el profesor del Instituto Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing Huang Yiping, a la industria tradicional, en este proceso de transición, le cuesta seguir el ritmo de alto crecimiento económico, lastrada por un incremento de costes y una pérdida de competitividad, por lo que es necesario para ella una salida rápida al tiempo que se apoya el desarrollo de las nuevas industrias. Por lo tanto, durante este periodo de cambio de modelo, no existe alternativa a la eliminación de la capacidad productiva obsoleta y la neutralización de la sobrante, lo cual acabará por liberar demandas y por acelerar el nacimiento de nuevas industrias pese a las penalidades que supone el proceso.

Según Ma Weihua, una innovación insuficiente y una falta de intercambio de los logros científicos y tecnológicos son los riesgos que afronta este proceso de cambio de modelo y actualización de las empresas chinas. Long Guoqiang, vicedirector del Centro de Estudios del Desarrollo del Consejo de Estado, coincidió con Ma: transformar las industrias tradicionales a través de las nuevas tecnologías será la clave de esta nueva revolución industrial. Las industrias intensivas en capital y tecnología son el futuro.

Nuevas concepciones forman nuevas energías cinéticas

Apoyar el cambio de modelo y la actualización de la economía requiere de una estrategia de desarrollo que haga de la innovación la fuerza motriz de este proceso. Por ello, en los últimos años, el Gobierno chino ha venido impulsando la innovación tecnológica y de sistemas y mecanismos, que ha acompañado con medidas financieras y fiscales beneficiosas para las industrias nuevas, al tiempo que ha impulsado la transformación de las industrias tradicionales. Gracias a la promoción de las políticas y objetivos de “Emprendimiento-innovación”, “Internet+”, “Hecho en China 2025”, entre otras, diferentes empresas de sectores distintos se han ido fusionando y se ha acelerado la creación de nuevas industrias y modelos empresariales.

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