Tendencias económicas de China de cara al futuro
Por JIAO FENG
En un contexto económico mundial complejo, China enfrenta una creciente presión a la baja de su economía. La tasa de crecimiento del PIB se redujo al 6,9 % en 2015, la menor en 25 años. El comienzo de 2016 fue testigo de un rendimiento mediocre de los mercados de valores y divisas y de una mayor caída del crecimiento interanual del comercio exterior, lo que causó preocupaciones en el ámbito internacional sobre el estado de la economía china.
14 de marzo de 2015. Buque de carga en el terminal de contenedores del puerto de Lianyungang, provincia de Jiangsu.
El pasado 2 de marzo, Moody´s rebajó la calificación crediticia de China de estable a negativa, sin embargo, el mercado ha respondido con tranquilidad, el tipo de cambio del RMB fuera de China (offshore) se ha mantenido estable y los mercados de bonos y acciones nacionales no se han visto afectados.
El año 2016 es el primero del XIII Plan Quinquenal (2016-2020) para el desarrollo económico y social. ¿A dónde se encamina la economía china? ¿Será China capaz de superar sus dificultades para alcanzar los objetivos del XIII Plan Quinquenal? Numerosos expertos y académicos han respondido a estas preguntas. He aquí sus comentarios.
¿Aterrizaje forzoso?
El año 2016 marca el inicio de la fase decisiva en la construcción de una sociedad modestamente acomodada en todos los aspectos y es también un año importante en la reforma estructural. A nivel global, la economía está experimentando un profundo ajuste y una lenta recuperación, con una desaceleración del crecimiento del comercio internacional, fluctuaciones en los mercados financieros y de materias primas y elevados riesgos geopolíticos. La incertidumbre y los factores internacionales de inestabilidad han ejercido impactos nada despreciables sobre China. Desde el punto de vista interno, han aparecido contradicciones y riesgos acumulativos, que se manifiestan en una menor tasa de crecimiento, sufrimiento por la reestructuración económica, el cambio de los motores económicos y una mayor presión a la baja, de manera que han aumentado las preocupaciones sobre la economía china. Incluso George Soros, gurú financiero, predijo un aterrizaje forzoso inevitable para China.
Cao Heping, economista y profesor de la Universidad de Beijing, sostiene que el sistema económico nacional de China está formado por una amplia gama de sectores, por lo tanto, las industrias emergentes como Internet + compensarán la disminución del crecimiento en el comercio exterior y la inversión. La economía china aún goza de un gran potencial de desarrollo.
Xu Shaoshi, presidente de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, observa que la economía china es flexible y capaz de protegerse contra los riesgos porque tiene un fundamento material sólido, enormes demandas del mercado y un amplio espacio para el desarrollo. Se está mejorando la calidad de los factores de producción, y cuenta con ricas experiencias en el fomento del control macroeconómico. “Tenemos plena capacidad para hacer funcionar la economía china dentro de un rango razonable”, dijo Xu. “Estamos convencidos de que no habrá un ‘aterrizaje duro'.”
¿Un lastre para la economía mundial?
El primer trimestre de 2016 atestiguó considerables fluctuaciones en los mercados financieros globales y un descenso en los precios de las materias primas, lo que incidió en el período difícil que atraviesan las economías emergentes. Algunos medios de prensa occidentales atribuyen el actual resfriado de la economía mundial a un estornudo de China.
“Esa conclusión es falsa”, afirma Liu Shijin, ex subdirector del Centro de Investigaciones sobre el Desarrollo (CID) del Consejo de Estado de China, que funge como grupo asesor del Gobierno. “La tasa de crecimiento del PIB de China en 2015 fue del 6,9%, mayor que el promedio mundial y el de las economías desarrolladas. Ello implica un papel positivo de China en la economía mundial”.
Zhang Xiaoji, ex jefe del Departamento de Cooperación Internacional del CID, considera que China aportó en dicho período un 25% del crecimiento económico mundial, lo que aún supone una alta tasa. El funcionario confesó que resultaría anormal e insostenible inyectar una enorme inversión en infraestructura para estimular los precios de las materias primas y la economía mundial, como ya hizo China durante la crisis financiera mundial. Repetir ese procedimiento, enfatizó Zhang Xiaoji, resultaría negativo para China y el mundo a largo plazo.
Xu Shaoshi recordó que China es actualmente el segundo país del mundo en volumen de importaciones, y que su demanda de crudo, mineral de hierro, fertilizantes minerales y químicos, caucho natural y sintético, granos y otros productos se mantiene en ascenso.
14 de octubre de 2015. Clientes en un supermercado de Huaibei, en Anhui.
¿Es la ralentización del crecimiento económico sinónimo de una “nueva normalidad”?
En 2015, la tasa de crecimiento de China quedó por debajo del pronosticado 7%, lo que generó interrogantes acerca de si el crecimiento del país había perdido impulso.
El economista Li Yining cree que esa tasa está dentro de un rango razonable. A medida que la economía transita de la industrialización a la post industrialización, el sector terciario aporta más de la mitad del PIB. Desde esta perspectiva, la caída de la tasa de crecimiento es igual a la de otros países.
El economista dijo que la prosperidad de la industria secundaria posibilitó que China alcanzara un acelerado desarrollo en las últimas décadas. En una fase en la cual predomina el sector terciario, los países desarrollados pueden alcanzar una tasa de crecimiento de entre un 3 y un 4 %, cifra que satisfaría a muchos. “En este período, China debe ser plenamente consciente de la importancia de la reestructuración y del cambio de modelo de desarrollo económico, en lugar de centrarse en las cifras de la tasa del PIB. En otras palabras, la reestructuración es más importante que el volumen económico global”.
“La economía China está entrando en la fase de ‘nueva normalidad', que supone una ralentización del crecimiento, una estructura optimizada y un cambio en las fuerzas impulsoras. Desde esta perspectiva, el desempeño económico de China es excepcional”, comenta Xu Shaoshi. “Por ejemplo, el año pasado creamos 13,12 millones de empleos, un 30 % más que el objetivo establecido. Los ingresos de los residentes experimentaron un crecimiento de un 7,4 %. El índice de precios al consumo (IPC) subió apenas un 1,4 %. El ambiente ha mejorado significativamente. Por eso creo que la economía está operando dentro de un rango razonable”.
¿Qué dificultades y retos enfrenta la economía de China?
Un informe del CID del Consejo de Estado de China indica que en 2016 la economía del país experimentará el límite de su desaceleración.
A juicio de Xu Shaoshi, China deberá lidiar con varios factores que influirán en su desarrollo económico y social debido a las incertidumbres y la inestabilidad en la economía mundial. No se pueden pasar por alto las fluctuaciones del mercado financiero, la caída de los precios de las materias primas y los riesgos geopolíticos. La economía china continuará enfrentando una notable tendencia bajista, con un resultado de menor crecimiento económico - precios más bajos para los productos industriales, reducción de los beneficios empresariales y una disminución en los ingresos fiscales-, además de los crecientes riesgos en el sector fiscal y financiero. En pocas palabras, el futuro deparará mayores complejidades al desarrollo de China.
Wu Xiaoqiu, director del Instituto de Finanzas y Valores de la Universidad Renmin de China, advierte que la economía china enfrenta un triple desafío. En primer lugar, debe lidiar de modo urgente con la aguda sobrecapacidad productiva. En segundo lugar, debe cambiar su modelo de crecimiento económico y poner mayor atención en el medio ambiente. Y en tercer lugar, China debe pensar en la creciente brecha entre ricos y pobres.
El redactor de temas financieros Wu Xiaobo dijo que China tiene por delante en 2016 un camino lleno de baches. Todo apunta a que el crecimiento de su economía se mantendrá a la baja según se adentre en el período de la “nueva normalidad”. “Las industrias tradicionales siguen tratando de mantenerse a flote, pero lo cierto es que su calvario está lejos de terminar. Pero, como contrapartida, vemos a una creciente y emergente clase media que contribuye al consumo. Habrá cambios por igual en el comercio interior y exterior”.
Junio de 2015. Obreros en un taller de CITIC Heavy Industries Co., LTD., en Luoyang, Henan.
¿Será China capaz de mantener una tasa de crecimiento económico entre media y alta?
El pasado enero, la Administración Estatal de Estadística publicó algunas cifras básicas que demuestran que el IPC se está recuperando y que disminuyó la caída del Índice de Precio de Producción (IPP) sobre bases mensuales y anuales. El superávit comercial alcanzó una cifra récord de 406.200 millones de yuanes (62.400 millones de dólares), mientras crece con rapidez la inversión en el exterior, gracias a la iniciativa de “Una Franja y Una Ruta”.
Aunque la tasa de crecimiento del año 2015 fue inferior al 7 %, el veterano economista Li Yining cree que esa meta es más o menos sostenible si se logra implementar la reforma estructural, que es la cuestión clave. En estos momentos, la confianza resulta primordial, según Li.
Queda claro que la confianza deriva de los logros del XII Plan Quinquenal y del empeño de China en profundizar en la reforma integral. En el presente, se mantienen activas las reformas estructurales enfocadas en la demanda, con énfasis en el recorte del exceso de capacidad, la eliminación de las existencias almacenadas, el desapalancamiento, la reducción de los costos y la identificación de las áreas de crecimiento. Según se manifiesten nuevos beneficios de la reforma, se fortalecerá la capacidad económica periódica y, por lo tanto, quedará descartada la posibilidad de que el potencial de crecimiento de China sufra una aguda disminución.
Las empresas son más sensibles al mercado. Yang Yuanqing, CEO del Grupo Lenovo, dijo que las empresas deben confiar en productos como los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles personales. Si bien este mercado está saturado, eso también propicia la mejora del producto, y dichas mejoras pueden estimular una nueva demanda. En este sentido, se debe mejorar y generar productos innovadores de alta calidad y alto valor.
Zhang Jindong, presidente del grupo Suning Holdings, estima que el consumo conducirá al crecimiento futuro. No duda de que el consumo de productos de alta calidad y marcas importantes será la nueva tendencia. La “nueva normalidad” será un periodo de importantes oportunidades estratégicas para China, indica Zhang.
Por JIAO FENG
En un contexto económico mundial complejo, China enfrenta una creciente presión a la baja de su economía. La tasa de crecimiento del PIB se redujo al 6,9 % en 2015, la menor en 25 años. El comienzo de 2016 fue testigo de un rendimiento mediocre de los mercados de valores y divisas y de una mayor caída del crecimiento interanual del comercio exterior, lo que causó preocupaciones en el ámbito internacional sobre el estado de la economía china.
14 de marzo de 2015. Buque de carga en el terminal de contenedores del puerto de Lianyungang, provincia de Jiangsu.
El pasado 2 de marzo, Moody´s rebajó la calificación crediticia de China de estable a negativa, sin embargo, el mercado ha respondido con tranquilidad, el tipo de cambio del RMB fuera de China (offshore) se ha mantenido estable y los mercados de bonos y acciones nacionales no se han visto afectados.
El año 2016 es el primero del XIII Plan Quinquenal (2016-2020) para el desarrollo económico y social. ¿A dónde se encamina la economía china? ¿Será China capaz de superar sus dificultades para alcanzar los objetivos del XIII Plan Quinquenal? Numerosos expertos y académicos han respondido a estas preguntas. He aquí sus comentarios.
¿Aterrizaje forzoso?
El año 2016 marca el inicio de la fase decisiva en la construcción de una sociedad modestamente acomodada en todos los aspectos y es también un año importante en la reforma estructural. A nivel global, la economía está experimentando un profundo ajuste y una lenta recuperación, con una desaceleración del crecimiento del comercio internacional, fluctuaciones en los mercados financieros y de materias primas y elevados riesgos geopolíticos. La incertidumbre y los factores internacionales de inestabilidad han ejercido impactos nada despreciables sobre China. Desde el punto de vista interno, han aparecido contradicciones y riesgos acumulativos, que se manifiestan en una menor tasa de crecimiento, sufrimiento por la reestructuración económica, el cambio de los motores económicos y una mayor presión a la baja, de manera que han aumentado las preocupaciones sobre la economía china. Incluso George Soros, gurú financiero, predijo un aterrizaje forzoso inevitable para China.
Cao Heping, economista y profesor de la Universidad de Beijing, sostiene que el sistema económico nacional de China está formado por una amplia gama de sectores, por lo tanto, las industrias emergentes como Internet + compensarán la disminución del crecimiento en el comercio exterior y la inversión. La economía china aún goza de un gran potencial de desarrollo.
Xu Shaoshi, presidente de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, observa que la economía china es flexible y capaz de protegerse contra los riesgos porque tiene un fundamento material sólido, enormes demandas del mercado y un amplio espacio para el desarrollo. Se está mejorando la calidad de los factores de producción, y cuenta con ricas experiencias en el fomento del control macroeconómico. “Tenemos plena capacidad para hacer funcionar la economía china dentro de un rango razonable”, dijo Xu. “Estamos convencidos de que no habrá un ‘aterrizaje duro'.”
¿Un lastre para la economía mundial?
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